🍅 DESAYUNO DE CUMPLEAÑOS 🍅

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Se removió entre las sábanas al escuchar la dulce voz de su madre.

—Cariño, despierta — lo llamó.

Talló con sus pequeñas manos sus cuencas para ayudarse a despejar sus ojos.

—Pero mamá, quiero seguir durmiendo — se quejó resaltando su labio inferior.

Ella se sentó al borde de la cama y sonrió, la dulzura del menor de sus hijos le provocaba querer apapacharlo como cuando era un bebé.

—Feliz cumpleaños mi pequeño Sasuke — no lo contuvo más y lo estrechó en sus brazos, quería ser la primera en felicitarlo.

El pequeño azabache se sorprendió, pero después cayó en la calidez del abrazo y cerró sus ojos suspirando, relajado por la tranquilidad y seguridad que sentía en los brazos de su progenitora.

—Mamá, ya no soy un bebé, hoy cumplo 5 años — le reclamó sonrojado.

Mikoto se apartó y miró el tierno rostro de su pequeño, no pudo evitar mirarlo con nostalgia, era cierto que estaba creciendo muy rápido.

—No importa el tiempo que pase, o que tan grande y fuerte te vuelvas, para mí seguirás siendo siempre mi pequeño.

El niño cruzó los brazos sobre su pecho e hizo una expresión ruda –según él– pero ante los ojos negros de su madre se veía aún más adorable.

—Vamos cariño, hay una sorpresa especial esperando por ti — se levantó de la cama.

Sasuke sonrió entusiasmado y salió de un salto del colchón. —¿Es papá y mi hermano? —, quiso saber, no había nada mejor que estar con ellos dos el día de su cumpleaños.

La mujer sonrió —lo sabrás cuando lo veas.

Y así fue, tras salir de la habitación se encontró a su padre y hermano sentados a la mesa, con lo que parecía un gran banquete para el desayuno y al centro un pastel de cumpleaños.

—Feliz cumpleaños, Sasuke — dijo su hermano mayor regalándole una sonrisa.

Su padre solo estaba en silencio, con los ojos cerrados y los brazos cruzados sobre su amplio pecho.

La felicidad iluminó su rostro, como cualquier niño de 5 años no controló sus emociones y corrió hacia ellos.

Primero abrazó a Itachi y éste le correspondió.

—¿Qué quieres de regalo, Sasuke? — le preguntó.

Él se apartó del pecho de su hermano y le respondió —quiero que me enseñes a lanzar shurikens.

Inevitable rió con sutileza, su hermano menor era tan adorable —será el siguiente año, Sasuke — sus dedos medio e índice hicieron “poke” en la amplia frente del menor.

Posó su pequeña mano en la frente —Ay ¿por qué? Entonces no me preguntes qué que quiero — luego volteó a ver a su padre. Éste sostenía una caja blanca con una cinta roja formando un moño.

—Es para ti — extendió el regalo hacia Sasuke.

La expresión del líder de la familia siempre era de indiferencia, dura y calculadora, pero eso no le importó a un inocente niño, así que dejando de lado el obsequio se lanzó a abrazar a su padre.

En respuesta, Fugaku acarició el cabello azabache de su hijo con una tenue sonrisa.

Y así, la familia Uchiha disfrutaba un desayuno de cumpleaños juntos, la felicidad reinaba esa bella mañana. Sasuke abrió el regalo de papá encontrando un pequeño dinosaurio de felpa...

Pero todo eso se vio interrumpido.

—Cariño... Es hora de despertar.

La carita confundida de Sasuke miró a mamá, y ella le sonrió brillante. Luego volteo a ver a papá y a Itachi esperando una respuesta a tan extraña situación.

Su hermano mayor posó su mano en la cabeza del pequeño y se inclinó para poner su frente en la de él.

—Lo siento Sasuke, será para el próximo año.

—Pe-pero... ¿De qué hablas? — la agonía de no entender nada se reflejó en su rostro. Seguía mirando a su familia buscando respuesta.

—Sasuke, estoy orgulloso de ti — dijo su padre.

Luego su madre lo abrazó —te amamos Sasuke...

Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas cuando la comprensión lo golpeó, luego todo se desvaneció con una brillante luz.

—Cariño... Despierta.

[...]

—Cariño, es hora de despertar... — una dulce voz lo llamó.

—Papá, ¿estás llorando?

Por inercia llevó su único brazo al rostro para ocultarlo al mismo tiempo que tallaba sus ojos.

—¿Qué hacen aquí?

Sarada bufó mientras acomodaba sus lentes —vaya, realmente lo olvidó.

Sakura sonríe —¿otra vez ese sueño cómo todos los años?

Sasuke solo asintió con la cabeza sin mirarla.

—¿De qué rayos hablas mamá?

La pelirrosa volteó a ver a su hija con una sonrisa —algún día papá te lo va a contar.

Para entonces, él las miraba a ambas con ternura desde la cama.

—Oh vamos, siempre lo mismo con ustedes — rodó los ojos.

—Entonces, ¿no venían a darme algo? — sonrió peresozo.

—¡Oh, cierto! — ambas se miraron y sonrieron cómplices.

—¡Feliz cumpleaños querido!

—¡Feliz cumpleaños papá!

Un cálido y fuerte abrazo de tres.

Luego, un delicioso desayuno de cumpleaños con la familia Uchiha.

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