🖤 OJOS ESCARLATA ❤️

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Había salido como alma que lleva el diablo desde la cumbre kage. La noticia de que «su nombre» estaba en el libro BINGO la había destrozado, lo único que agradecía era que Naruto no estuviera ahí para escucharlo.

Sus visión se nubló por el llanto pero aun así no redujo la velocidad y su cuerpo se encontró con el suelo en más de una ocasión. Cuando sintió que sus pulmones casi colapsaban y su corazón le reclamaba salir de su pecho, se detuvo, se tumbó en ese lugar y miró las flores del cerezo caer.

Agitada, agobiada, triste, enojada y temerosa, eran demasiadas emociones que la intentaban sofocar, seguía llorando, como siempre... Lo único que podía hacer.

Apretó los puños en respuesta y se reincorporó para sentarse, pegando sus rodillas al pecho y abrazando sus piernas comenzó a divagar en todo lo que había pasado y sobre quien era el responsable de tanto dolor y sufrimiento, llegando a una sola conclusión, señalando a un solo culpable... Su cejo se frunció al pronunciar aquel nombre...

—Uchiha... Itachi.

¿Y si ella pudiera encontrar a aquel sujeto? De eliminarlo por su propia mano. No, eso era imposible para alguien como ella, ese tipo estaba en otro nivel, uno que no podría alcanzar.

Nunca pudo imaginar que su suerte estaba echada y que el destino le tenía una mala jugada preparada.

Se reincorporó lentamente, presa de sus pensamientos, comenzó a caminar de regreso a la aldea, su mirada opacada y sin brillo.

Ahora su preocupación era ¿cómo decírselo a Naruto? Claramente sería ella quien se lo dijera, nadie más lo haría.

(...)

Una hora más tarde, se encontraba reunida con un equipo de tres personas y un perro a las afueras de la aldea.

—¿Cuáles son tus ordenes, Sakura? — extendió su mano sobre su frente y se paró firmes hacia ella.

—Vamos Lee, no es para tanto, ni siquiera sé por qué la quinta los comisionó a esto, solo iré a entregar un mensaje a Naruto — obligó una sonrisa.

—Recibimos la orden de escoltarte y obedecerte como líder de misión — respondió el chico pálido, a lo que Sakura arqueo una ceja incrédula.

—No digas tonterías Sai, yo y Akamaru solo estamos aquí para guiarlos hacia el estúpido ese de Naruto — el perro chilló, movió la cola y ladró.

—Como sea, vámonos — fue la primera en emprender la marcha.

(...)

Durante el camino planeaba la forma en que le diría a Naruto, fue ahí donde se dió cuenta que no era lo bastante fuerte para explicarle la situación a su amigo, y que debería idear la manera de deslindarlo de la promesa que le había hecho tres años atrás.

A un par de horas de llegar a su destino, una presencia ante el equipo les detuvo su marcha. Dos sujetos con capas negras y grabados de nubes rojas se interponían en su camino, eso bastó para que los cuatro se pusieran en guardia.

—¡Maldición! ¡¿Cómo es posible que ni Akamaru o yo los detectaramos antes?! — el perro ladró en confusión. —Muy tarde Akamaru.

—¿Qué dijo Akamaru? Kiba — preguntó insistente el chico de ojos redondos.

—Su chakra... Es increíblemente espeluznante... — fijó su mirada al enemigo.

—No importa, le pondremos fin a esto — estaba a punto de liberar las puertas kaimon cuando Sai lo detuvo.

—Tranquilo Lee, no es conveniente enfrentarlos, debemos buscar una forma de huir... ¿Tú que dices? Sakura — la miró esperando apoyo a su plan, sin embargo, lo que encontró fue a una chica anonadada.

Los Cuentos de PinkuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora