🔥 BIENVENIDA 🔥

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Mis ojos comienzan a abrirse y mi cabeza da vueltas, la oscuridad sigue presente a pesar de mi reciente despertar, una tela me impide la visión.

Poco a poco comienzo a levantar mi cabeza y siento el dolor en mi cuello, intento mover las otras partes de mi cuerpo y me doy cuenta que soy atada con mis manos a la espalda y pegada a una silla...

Algo en mi pecho se oprime robándome el oxígeno, «pánico», mi cuerpo ha sentido el peligro y la adrenalina comienza a hacer efecto, provocando el sudor frío y la aceleración de mi corazón al punto de escucharlo tronar en mis oídos.

¿Habrá alguien ahí? ¿Me estará viendo? Trato de parecer tranquila, pero la reacción de mi cuerpo no ayuda, “—tengo miedo —” mi respiración comienza a tornarse pesada, rápida y profunda, ¿debería gritar? No lo creo...

Shisui: —Oh... Ya despertó — escuché la voz de un hombre y me paralicé.

Obito: —Y está asustada... Se ve adorable — dijo una segunda voz y el pánico aumentó.

Itachi: —Ve por Madara, dile que está despierta — ordenó una tercera voz... Y yo me quería morir. ¿Cuántos eran?

Obito: —¿Por qué yo? Que vaya Sasuke.

Itachi: —Calla y obedece, Obito — la voz se tornó más gruesa.

Se escucharon los pasos y el azotar de la puerta, mis sentidos estaban más que alerta y cualquier sonido me hacía saltar.

Sasuke: —¿Seguros que ella es la correcta? — escuché la voz de un cuarto y me estremecí.

Shizui: —Oh, tranquila — esa voz se escuchó demasiado cerca, —no te haremos daño — sentí como tomó unos mechones de mi cabello y los elevó.

Por instinto, moví mi cabeza bruscamente para apartarme —¿entonces, por qué estoy atada?

Sasuke: —Jmh, no es de tu incumbencia.

Itachi: —Me disculpo, no tenemos la delicadeza para tratar una dama, espero eso cambie pronto.

¿Qué? ¿Qué quiso decir? ¿Para qué estoy aquí? Me removí en la silla, incómoda, está situación parecía una pesadilla de la que quería despertar, lo peor de todo... No sabía que pasaría conmigo ni cómo llegué aquí, no recuerdo nada.

—¿Qu-qué qui-quieren de mí? — mi voz temblaba.

Unos pasos resonaron en el suelo, pude sentir la presencia imponente y el silencio pesado alrededor. Un nudo en mi garganta me avisó que el llanto no tardaría en brotar por mis cuencas.

Sus pies se detuvieron frente a mí, sentí el roce en mi mejilla y volví a apartar el rostro.

Madara: —Oh... Es perfecta.

La cinta en mis ojos cayó a mi regazo, permitiéndome ver en la penumbra de la habitación.

Mis ojos se expandieron y mi corazón dio un vuelco robándome el aliento, unos ojos rojos carmesí brillaban puestos sobre mí como si fuera una presa a punto de ser devorada. Mis orbes se movieron rápido mirando a cada uno, eran cinco hombres de cabello negro que estaban en la habitación.

—¿Qu-qui-enes son us-ustedes? — no podía articular bien las palabras, mis quijadas temblaban.

Itachi: —Uchihas... — dijo el chico con marcadas ojeras.

—¿Qu-qué qui-eren de mí? — necesitaba respuestas.

Shisui: —No mucho... Te necesitamos para cumplir nuestro objetivo — sonrió amable, pude notar una banda ninja de Konoha en su frente.

—Po-por favor — supliqué —no tengo nada especial, soy una simple Kunoichi, no-no pu-puedo ofrecerles nada — las lágrimas comenzaron a escapar de mis ojos —se-se equi-equivocaron de-de persona — mi voz se quiebra.

Sasuke: —Vaya molestia con la que vamos a lidiar — se cruzó de brazos, mirándome arrogante.

Obito: —Oh, no, cariño, no nos equivocamos... Eres perfecta — dijo el sujeto de ojos bicolor —¿puedo ser el primero? — preguntó mirando al que parecía ser el líder.

Itachi: —Obito... — lo reprimió.

¿Primero? ¿En qué? ¿Para qué? Quería gritar, pero mi voz no salía, el nudo en mi garganta crecía con el llanto.

Su mano enguantada viajó a mi rostro, acunando mi mejilla, limpiando las lágrimas que corrían con su pulgar.

Madara: —No llores, bello botón de rosa, te acostumbrarás. Siente orgullo de ser tú quien llevará la semilla del fruto Uchiha.

Mis ojos casi salen de sus cuencas —¡¿qué quieres decir con eso?! — pude gritar con fuerza mientras me movía bruscamente en la silla. 

Shisui: —Serás nuestra esposa — sonrió como si esto fuera normal.

Una sonrisa tétrica se visualizó en el más joven de los hombres.

Sasuke: —Esto comienza a interesarme, pido ser el primero — sus pasos acortaron la distancia entre nosotros.

Una mirada de advertencia apareció en el Uchiha mayor, pero sus pasos no se detuvieron, bajó su rostro hasta el mío y sus ojos carmesí se encontraron con los míos. Tomó mi barbilla entre su mano derecha y presionó, quise apartar el rostro pero él me obligó a verle.

Sasuke: —Viendo de cerca, no estás nada mal... Darás buenos frutos — sonrió de lado antes de soltarme.

Mi mandíbula quedó adolorida, pero mi ceño se frunció, rogar y hacerse la víctima no era opción, esas bestias no sentirían piedad por su presa. Mi mirada determinada miró al que parecía el líder.

Madara: —Esa mirada me gusta — se lamió los labios.

—¿Qué quieren que haga? — mi voz dejó de temblar y mis lágrimas apaciguaron, tal vez podría llegar a un acuerdo o negociación.

Sus miradas penetrantes e indiscretas me estaban intimidando cuando hice la pregunta, como si la respuesta fuera obvia.

Una sonrisa maliciosa por parte del de cabello largo ante mí.

Madara: —Somos los últimos del linaje Uchiha, como vez, no hay mujeres, sería una lástima que un clan tan poderoso se extinguiera.

Obito: —Por eso te necesitamos — dijo con seriedad el sujeto detrás.

—¿Por qué yo? — esto se va a poner feo.

Itachi: —No lo entenderías, te falta odio — su mirada me erizó la piel.

Shisui: —Podemos llegar a un acuerdo — al fin, alguien diplomático.

Madara: —Por lo pronto... Bienvenida al clan Uchiha.

¿Tenía yo alguna otra opción?

Los ojos brillantes se volvieron a posar sobre mí, tan rojos y ardientes como el mismo infierno...

Entonces, me desvanecí otra vez.

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#SoyEscritora ✍️
#SoySakuraPinku 🌸

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