👨‍👩‍👧 BIENVENIDO A CASA 💞

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—Ha pasado casi 1 año desde que Sasuke se fue de la aldea a una misión, se fue sin saber que tenía un mes de retraso, no pude avisarle por carta porque nunca supe su localización, cuando regrese se llevará una gran sorpresa... ¿Verdad, Sarada? —, sonríe a su pequeña en brazos mientras la alimenta directo del seno materno.

—Recuerdo cuando hablamos sobre hacer una familia, ambos nos pusimos rojos — ríe —tu padre dijo que quería una niña con el nombre de Sarada y un niño que se llamara Hitachi. Creo que Hitachi tendrá que esperar un poco — se sonroja.

—Me pregunto, ¿qué estará haciendo tu padre ahora? Quiero que sepas que él es muy fuerte, guapo, atractivo, inteligente y lindo, y, y, ¡kyaa! — sus mejillas ardían al recordarlo.

La bebé mira atentamente a su madre sin despegarse de su alimento.

—Dios, debo estar loca. Quisiera que Sasuke volviera pronto, él debe enterarse de esto, aún que no sé realmente cómo lo tome — mira a su pequeña hija y suspira, imaginando muchas maneras en las que Sasuke podría reaccionar a la noticia.

Los sentidos a peli-rosa la ponen alerta, quita inmediatamente el seno a su hija y se cubre para luego abrazarla con firmeza contra ella. Sakura ha sentido una presencia tras la puerta de la habitación.

Ella está segura de haber cerrado la puerta de la entrada, no sabe si es un enemigo, pero abraza fuerte a su bebé al recordar que habían intentado robarla en su nacimiento, todo por ser hija de un Uchiha, eso la ha puesto sobre alerta y algo paranoica.

No aparta la vista de la puerta de la habitación, mira como la manija gira y sus nervios empeoran. No le hará frente, no pondría a Sarada en fuegos cruzados, si no que, intentará huir en el mínimo signo de amenaza, mira hacia la ventana de la habitación en busca de una salida.

Antes de realizar cualquier acción, cuestiona —¿Quién eres? Identifícate.

La manija de la puerta deja de moverse y la puerta se abre. Sakura se pone en guardia con su hija en brazos y frunce el ceño, amenazante.

El semblante que tenía ha cambiado por uno de sorpresa, sus ojos se abren en órbita al mirar que su esposo va entrando a la habitación.

—Sa-su-ke-kun...

Él la mira inexpresivo y su mirada cae hacia los brazos de ella —¿Era de eso de lo que tenía que enterarme, Sakura? — Él había escuchado las últimas palabras que había dicho desde atrás de la puerta.

Ella sigue mirándolo incrédula, son tantos sentimientos concentrados en el mismo punto y momento que se le hace difícil pronunciar palabra, sus ojos verdes se cristalizan por el llanto amenazante por desbordarse.

El Uchiha se acerca, acuna la cabeza de su esposa y une sus frentes mientras sus miradas se encuentran.

—Estoy aquí — baja la mirada y ve a su pequeña hija que intenta tocarlo.

—Sasuke, yo, yo... — Comienza a llorar por la emoción. —Bienvenido a casa — sonríe con sus mejillas sonrojadas y empapadas —Ella es Sarada... Mi... Tú hi...

—Nuestra hija, Sakura —. Él le regresa la sonrisa de la misma manera, con lágrimas estancadas en los ojos ónix, el orgullo no le cabe en el pecho. —Bienvenida seas, Uchiha Sarada — mira de nuevo a la bebé —tú serás la pequeña flama que reviva el clan Uchiha.

Los ojos azabache se encuentran una vez más con los ojos jade —Sakura, estoy en casa... Gracias.

Los Cuentos de PinkuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora