➝ Capítulo 8
Las diminutas goteras que caían desde mi cabello mojaban la hoja de la revista en un lugar sin importancia y que no servía. Sentado en el borde del colchón de mi cama con la música sonando desde mi teléfono y siendo apenas iluminado por la bombilla de la lámpara de la mesa de dormir, yo me encontraba cortando las figuras geométricas que había encontrado en la tapa de aquella revista y les cortaba el borde con una concentración que jamás creí de tener.Desde que Jimin, el hermano de alquiler, se había marchado el sábado por la mañana, estuve sentando en este mismo sitio recortando figuras, letras, palabras y cualquier otra cosa bonita que hubiera en las revistas que él me había dejado, tal y como yo le había dicho el viernes cuando comenzamos a hablar personalmente por primera vez. Yo había puesto todos los recortes dentro de una pequeña caja de madera y estaba seguro de que unas cuantas figuras más y la cajita estaría llena. No sabía por qué, pero me sentía bien haciendo esto, más bien, me sentía cómodo y alegre haciendo algo nuevo y que no tuviera nada que ver con mi rutina. Cortar figuras con sumo cuidado y prolijidad se había llevado mi atención en estos dos últimos días, al punto en el que le había dedicado todo mi aburrido tiempo a ello.
De lo ocupado que había estado haciendo esto, no pude pensar con claridad lo que había sucedido el viernes por la noche. Mi mente había ignorado por completo esa parte y se encontró ocupada poniendo su atención a las revistas. Tanto así, que la tristeza y la oscuridad se había ausentado de mí cuerpo haciéndome sentir entusiasmado y ansioso de continuar recortando las ridículas figuras de las hojas. No lo entendía. Nunca antes me había llamado la atención hacer algo como esto, pero ahora parecía ser la cosa más divertida de hacer.
La sola idea de que alguien había entrado a este departamento después de mucho tiempo y de que yo mismo tuve un mínimo intercambios con esa persona real me hacía estallar la cabeza, por lo que prefería simplemente olvidarme de ese día y pensar en otras cosas. Si lo pensaba mucho iba a enloquecer y no tenía ansias de tener un ataque cuando me había comprometido a recortar las revistas para el hermano de alquiler.
Había sido difícil, pero pensé que podría ser peor. Jimin me hizo sentir cómodo y me dio mi espacio, lo sentí como si él hubiera pertenecido aquí conmigo desde hacía mucho tiempo atrás. No noté mucho la diferencia de hablar con él a través de la puerta o hacerlo personalmente. Quizás era porque ya habíamos estado intercambiando diálogos desde hacía mucho o porque el hermano de alquiler me estaba dando demasiada confianza, siendo que yo no lo conocía en exactitud. Era inaudito creer en como mi vida social había cambiado desde que él había llegado a mi vida.
Tal vez debía darle la razón al gobierno de que tener un hermano de alquiler sí hacía bien, pero cuando Jimin se fuera... ¿Qué sería de mí? ¿Regresaría a mi vida asocial sin hablar con nadie más que Mía?
Recordar a Jimin sonriendo y hablándome hacía a mi corazón latir rápido en mi pecho y mi vientre se llenaba de una sensación abrumadora, desconocida y descabellada que me hacía sentir cosquillas internas por doquier. Su imagen sentada sobre el suelo de la sala de estar me daba vueltas la cabeza y el aroma dulce de su perfume había quedado impregnado por todos lados, como si su presencia todavía siguiera aquí y estuviera a mi lado cortando las figuras de las revistas mientras sonreía y la tormenta seguía cayendo allá afuera.
El timbre sonó.
Justo cuando había terminado de recortar el final de la página de la última revista, el timbre sonó haciéndome saber que Jimin había venido a su día de trabajo. Tragué en seco y rápidamente apagué la música de mi teléfono. Me paré sosteniendo la caja de madera donde estaban los recortes y apagué la lámpara, minutos después bajé las escaleras y me senté en el suelo al lado de la puerta con las piernas cruzadas y la cajita en mi regazo. Mi corazón latió más rápido cuando escuché el sonido de la mochila de Jimin cayendo al suelo y el bolígrafo golpeando en la hoja.
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Eoduun • Jikook
FanficEl gobierno nacional de Seúl emprende un nuevo proyecto de protección y asesoramiento a sus habitantes que, por alguna razón, se aislaron de la sociedad para no salir nunca más de sus hogares. Park Jimin, quien experimentó de todo en su vida, es asi...