➝ 28 장

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➝ Capítulo 28


El viernes siguiente, todavía nevaba.

Respiré profundo tratando de recuperar mi aliento y apoyé mi nariz en la mejilla izquierda de Jimin, todo mi cuerpo temblaba por el reciente orgasmo y mi mente estaba nublada por los cosmos, como pequeñas partículas moviéndose rápidamente detrás de mis párpados. Entre jadeos, esperé unos cuantos minutos hasta volver a la realidad. Sonreí, satisfecho.

Ugh, amaba esto.

Y lo odiaba al mismo tiempo.

Comencé a reírme cuando el rubio hizo cosquillas en mi espalda y me levanté un poco bajándome del regazo ajeno, Jimin gruñó cuando su miembro flácido salió de mi interior y yo caí de espaldas en el colchón, todavía riéndome. Cerré los ojos mientras él cortaba un poco de toallas descartables que había en la mesa de luz y comenzaba a limpiarnos. La ola de cariño me cubrió hasta las puntas de mis pies cuando abrí los ojos y lo miré de costado, tirando los residuos en el tacho de basura.

Mi sonrisa se borró y me giré de lado, mirándolo cuando se dio la vuelta acostándose y golpeando su frente contra la mía. Su aliento caliente golpeó mi boca y mi corazón latió fuerte por las caricias de su mano derecha en mi mejilla. Él me besó en los labios entreabiertos y después me sonrió. Me perdí en sus ojos brillosos y en la manera que yo me veía en ellos como si fuera el único planeta en nuestro universo, cuando no era cierto. Sin embargo, me gustaba pensar por un momento que así era, me hacía sentir bien, me hacía sentir amado y correspondido, me hacía sentir que esto que estábamos haciendo era para siempre. Así que, trazando el contorno de su rostro de querubín con mi dedo índice, me di cuenta que las palabras que Umma me había dicho el miércoles eran ciertas, amores habían muchos, pero siempre habría uno que era más fuerte que los demás.

Y que también habían cosas que no se podían hacer, ni tener, ni amar.

Triste bajé mi mano hacia sus clavículas y las miré curioso, me pregunté si las personas que hicieron esos recientes chupetones en esa piel también se habían sentido como yo: en las nubes, en el espacio, en una habitación del tiempo infinito para después caer a la tierra como un meteorito. Me pregunté si Jimin las trataba igual que a mí, si les acariciaba sus mejillas y después las besaba en la boca, si les decía todos esos te quiero mientras se hundía en ellas y si después les hacía cosquillas, ellas se reían como yo lo había hecho.

Si las hacía sentir como el único planeta en nuestro universo.

Mirándolo ahora, me pregunté también si deberíamos romper esta especie de tonteo antes de que para mí —sí, para mí— fuera peor. Quería decir, no quería hacerlo, jodida mierda que no quería hacerlo, tal y como se lo había dicho a Umma, pero temía llegar a un punto donde diferenciar al Jimin que me besaba con el hermano de alquiler fuera increíblemente doloroso.

Pero ya qué, tampoco como si hubiera una solución para todo esto. Todo estaba yendo a mi gran atractor, que sería el día cuando Jimin se fuera de mi vida para siempre. Yo sabía que me merecía más que esto, que él, pero ¿Qué más daba? Lo viviría mientras tanto, peor era no disfrutar de esta ilusión que no haberlo intentado ni probado nunca.

Porque, de todas maneras, no había futuro para nada de esto, ni en las miles de razones posibles.

—¿Te divertiste hoy? —él murmuró interrumpiendo mis pensamientos.

Asentí. Tal y como él me lo había dicho el miércoles en la madrugada, me llevó al planetario. Nos la pasamos caminando alrededor de los telescopios y pantallas cuyas vistas eran del espacio, había sido lo mejor que vi en mi vida porque todos los planetas a través de las imágenes holográfica que giraron a nuestro alrededor eran reales y se movían en tiempo preciso. Luego de eso, habíamos ido a cenar y por consiguiente, terminamos en mi cama sin razón alguna, se suponía que yo le entregaría a Jimin la chaqueta que se había olvidado el lunes y de un abrir y cerrar de ojos, ya estábamos desnudos a media escalera a mi habitación besándonos como dos adolescentes cachondos, maldita sea.

Eoduun • JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora