Tiró de la corbata hacía arriba. Con ojos algo cansados, miró a la enorme puerta de roble que estaba delante de él, con dos hojas gruesas que probablemente no serían removidas con una explosión y servirían de refugio a los altos mandos. Naruto mismo pensó en las pocas ocasiones que fue llamado a aquella sala, donde había un pequeño estrado con unos pocos miembros de alto nivel de Seguridad Nacional. Si no recordaba mal, incluso un enviado del mismo gobierno estaría pendiente como un testigo.
Naruto soltó un suspiro y bajó la cabeza, pasando las manos por su cabello desordenado. Parecía un simple oficinista a punto de una entrevista con su jefe y, probablemente, estar a punto del despido. Pero eso estaba demasiado alejado de la verdad.
Como el Maestro le había señalado, él como Makima contaba con una cierta autonomía dentro de los cazadores de demonios al servicio de Seguridad Pública, lo que le permitía realizar ciertas acciones sin el control asfixiante que otros miembros estaban sintiendo. Incluso Makima con su unidad llena de demonios estaba siendo presionada de cierta manera; pero siendo como era Makima, la presión sobre ella sería completamente insignificante.
―¿Ansioso?
A su lado, Maestro estaba parado con las manos en los bolsillos de su gabardina. En los recuerdos de Naruto, no recordaba haberlo visto sin ella en ninguna ocasión, ni siquiera durante los combates y era extraño que hubiera durado tanto tiempo. Pero debía ser de buena tela y debía proteger al hombre si no la había cambiado.
―No es la primera vez que vengo.
Naruto entrelazó ambas manos, colocándolas delante de su rostro. No apartó ni por un segundo los ojos de aquella gruesa puerta. Lentamente, fue observando las imperfecciones, como a la madera le faltaban pequeños cachos y como algunas fisuras habían comenzado a tomar forma con el tiempo.
―Cierto. Tres ocasiones antes que esta. Una de ellas por la muerte de tu compañero y otra por tu insubordinación, ¿no?
El chico hizo una mueca con los labios, formando levemente un pequeño gesto de malestar. Maestro no hizo por indagar de más, pero ya conocía los detalles de aquellas acusaciones que lanzaron los altos cargos contra él a un modo de derribarlo. A pesar de todo eso, Naruto se mantuvo fiel a Seguridad Nacional.
―...
Naruto no respondió. Él recordaba aquellos incidentes demasiado bien, sobre todo cuando uno de ellos involucró la muerte de uno de sus compañeros. En aquel momento, él solamente destrozó a los demonios y tomó el corazón del líder de aquella horda sin importar que tipo de demonio era.
Los mató a todos.
―¿Algo que deba saber, Maestro?
Naruto lanzó la pregunta sin mirar al hombre. Maestro dejó escapar el aire de una manera silbante, entre los dientes y escapando de su boca por los labios entreabiertos.
―No. Makima será el centro de la conversación y, probablemente, tu lealtad hacia Seguridad Nacional―expresó el hombre con palabras lentas, seguras, para que Naruto las captara―. Con los posibles planes de ella sobre el tablero, perderte sería algo inoportuno para la humanidad. ¿LO sabes?
―Me hago una idea. Debido al pacto entre el demonio que oculta Makima y la misma Makima, todo puede ser un caos. Realmente lo es cuando ella actúa―Naruto murmuró, enterrando las palabras en los oídos del cazador de demonios―. Y lidiar con ella es como lidiar con un grano en el culo. Demasiado dolor por un instante.
―¡Ja! ¿La comparas con un grano?
―Ella es un grano demasiado gordo. Aunque tira más a unas almorranas bien potentes―el muchacho señaló aquella comparación, enfatizando la palabra almorranas con un poco más de intensidad en su voz joven pero cargada de experiencia―. Y quiero reventarlo.
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Un Demonio Peculiar
FanfictionGuidado por una frase, por un legado familiar. Unido a un extraño demonio a cambio de algo que muchos darían, pero que él ya veía como una eterna maldición, pues es lo que era, una eterna maldición. Naruto x Chainsaw Man