XXXI

958 136 18
                                    

*Nota de Autor: no me hago responsable de los sucesos del final. Un saludo  los navegantes que llegaron hasta el final de estos días.


La sangre goteó hacia la hierba del cementerio. La respiración salía entrecortada de la boca de Denji, quien lentamente estaba perdiendo su forma de híbrido a los ojos de Makima, colocada a unos diez pasos del adolescente de cabello desordenado, mirando al muchacho con cierta burla venenosa como si ella hubiera estado sabiendo el resultado del enfrentamiento entre los dos. Y, de cierta manera, ella llevaba razón en su propio pensamiento.

Makima había pasado más tiempo siendo el Demonio Control que Denji siendo el Motosierra. Era posible que ella estuviera obsesionada con obtener el poder que tenía el chico y hacerlo suyo, doblegarlo hasta más no poder y hacerlo completamente su esclavo. Pero Denji no había tenido el tiempo necesario para crear una sinergia con el Motosierra, no había llegado a obtener todo el poder de su demonio, al contrario que Makima, y ella lo estaba apabullando con dicho poder, superándolo hasta tal punto, que la mente del muchacho solo podía pensar en los huesos destrozados, en los músculos desgarrados y en la sangre que goteaba de su abdomen perforado.

No importaba el dolor en ese momento o al menos a Denji no le importaba el dolor y ni siquiera tenía una neurona pensando en el abdomen perforado por el que salía la sangre, creando un enorme charco bajo sus pies. Y tampoco pensaba en los dolores futuros. Sus ojos estaban puestos en Makima y no se movieron en ningún momento, ni cuando una de sus extremidades fue separada de su cuerpo con un estallido invisible de energía.

Y para Makima aquello era solamente una decepción.

El Motosierra había sido algo que buscó en todo momento, que necesitó como una persona normal necesitaba respirar. Y Denji la había decepcionado en distintos niveles llagando muy profundo en ellos. ¿Cómo podía moverse sin estar bajo su control o como podía simplemente creer que podía vencerla? Sin el miedo, el poder que tenía el Motosierra era completamente nulo. Se había encargado de todo ello al dar a conocer al chico en su forma demonio como un héroe. Era su plan.

Pero no le hacía falta Denji. El corazón del Motosierra era todo lo que ansiaba y, a partir de él, podría crear otro Motosierra que le fuera leal, otro perro guardián que la siguiera como debería haber hecho Denji, como deberían haber hecho todos.

El viento se agitó y el olor a humo y cenizas inundó las fosas nasales de ambos. Makima giró la cabeza a tiempo para recibir un poderoso derechazo que la envió volando a estrellarse con un conjunto de criptas que cedieron ante el proyectil, creando una estela de polvo y escombros dando la imagen de que Makima era un verdadero proyectil.

―¡Pibe Motosierra!―la manga derecha había sido devorada por las llamas. La sangre había salpicado la camisa, tiñéndola de un tono rosado que recordaba a las manchas de vino―. Kishibe va a vivir más de lo que crees y tienes una hermosa mujer esperando por ti―el brazo derecho se movió veloz desviando una bala imaginaria. Los ojos de Makima se ensancharon cuando vio detrás de su atacante nueve colas ondeando con fuerza―. Déjame terminar lo que debía terminar en su momento.

―Jajajaj. Mataste a todas esas personas sin temor alguno a las represalias. Lo has hecho sin mostrar ni una pizca de sentimiento o de arrepentimiento por tus actos. ¡¿De aquí quien es el monstruo, Uzumaki?!

―¡Oh!―una cola azotó el suelo con fuerza levantando una nube de polvo que obligó a Makima a cerrar los ojos por unos segundos, los cuales Naruto aprovechó para golpear a la híbrida con un rodillazo que la envió a estrellarse contra otro conjunto de lápidas―. No, no intentes alagarme. ¡Porque no voy a permitir que tus palabras manipulen mi mente, mujer!

Las manos azotaron el suelo al tiempo que Makima se ponía de pie. Un segundo después, antes de que ella pudiera reaccionar, un enorme pilar de fuego la rodeó y la hizo gritar agónicamente, sintiendo como si piel era devorada por las llamas, como su cuerpo era engullido por unas enormes mandíbulas de un feroz animal gigante.

―¡Gha!

―Ese dolor que sientes―Makima levantó los brazos, pero fueron cortados con un simple movimiento de la espada de su adversario. Sus extremidades cayeron al suelo, ennegrecidas por el hollín y el humo del fuego generado a su alrededor―; es el dolor de todas las personas que has manipulado en todos estos años. Que, por cierto, aquellos altos mandos del gobierno, te van a acompañar en tu inminente muerte. Y con esto, me convertiré en el monstruo que devorará todas tus pesadillas en cada reencarnación, cada vez que vuelvas al mundo Demonio Control. Quiero que recuerdes a Uzumaki Naruto, el portador del Zorro de Nueve Colas y tu verdugo, aquel que nunca te permitirá volver a tener una vida ordinaria ni un pensamiento feliz por el resto de tu existencia, pues Kurama no te va a devorar, lo que hará que reencarnes en el infierno y cuando mueras, reencarnaras en la Tierra―la espada atravesó el pecho de Makima partiendo el corazón de la mujer en dos. La sangre pronto llegó a su boca, llenándola del líquido rojo hasta el punto de que ella lo tosió sobre los pies de Naruto―. Después de todo, el final es breve cuando la muerte va a la zaga. Y la muerte en este caso, ha remoloneado esperando que tu pensamiento cambiara, Makima. Pero dejé demasiada manga ancha. Te dejé mucha libertad y dejé que esos idiotas de arriba pusieran un collar sobre tu cuello. Si reencarnas alguna vez en este mundo, entonces me encargaré de todo aquello que debía hacer en su momento. O, en su defecto, lo hará el idiota de Denji. Él es mejor chico que yo.

La espada abandonó el cuerpo de Makima, el cual cayó inerte al suelo, sin vida alguna, con la piel chamuscada y el cabello ennegrecido por el fuego y el humo.

Varios días después

El gabinete gubernamental fue cambiado en su totalidad. Los atentados en los distintos puntos de Tokio, fueron atribuidos a las operaciones de Seguridad Pública y a su cabeza visible: Makima y el Primer Ministro japones, lo que obligó al hombre a dimitir cuando todo se descubrió y a ser tachado de corrupto y de mal gobernante, prohibiendo al hombre el volver a tomar cualquier cargo público por el resto de su vida y a una sentencia elevada dentro de una cárcel de máxima seguridad.

Seguridad Pública fue reconstruida desde los cimientos y Kishibe tomó el mando de las distintas divisiones, fusionando a todas en solamente una, intentando de algún modo deshacerse de la enemistad entre equipos y fomentar el compañerismo, lo que muchas personas apoyaron al entender que combatían contra enemigos comunes.

Denji fue enviado a una escuela pública en compañía de Reze como su compañera de clase/protectora y Quanxi como una maestra de dicha secundaria e instructora de los dos jóvenes adolescentes a su cargo, lo que era un gesto de buena fe del nuevo gobierno y la nueva Seguridad Pública.

―O-oye―orbes azules se movieron hacia abajo, hacia la cabeza que se movía hacia adelante y hacia atrás con una intensidad regulada y de una manera constante―. ¿Podrías detenerte? Tengo que terminar este informe.

Pronto la cabeza detuvo cualquier movimiento, pero un gruñido escapó de los labios de Naruto cuando sintió que descargaba todo el contenido en solamente un segundo.

―¡No es mi culpa!―de debajo del escritorio, Power asomó la cabeza mostrando una sonrisa diabólica―. Has estado trabajando demasiado tiempo. ¿Por qué no un descanso?

Naruto miró al Demonio de Sangre y enarcó una ceja. ¿Trabajar mucho? Desde la muerte de Makima y la destitución del gobierno por la familia imperial, él y Power no habían dejado la cama en ningún momento, lo que le había obligado a comprar otra cama por haber destrozado la anterior.

―En serio, Power, ¿cuánta energía tienes? ¡Llevamos así una semana!

Naruto y Power habían comenzado a vivir juntos. Sin Makima de por medio, el Uzumaki podía tomar una vida mucho más tranquila y personal, más centrada en lo que un humano normal haría, aunque fuera realmente un ser inmortal.

―¡Venga, venga bigotes! ¡Quiero romper la cama nueva!

Power desapareció por el pasillo y Naruto rodó los ojos soltando una escueta risa. Cerró el portátil y corrió hacia la habitación.

―¡No quiero comprar camas cada dos días!

Después de unos miles de años, tomar una vida humana ordinaria no sonaba tan mal.

Un Demonio PeculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora