27• 𝐄𝐧 𝐦𝐢 𝐜𝐚𝐦𝐢𝐧𝐨 𝐚 𝐂𝐡𝐢𝐜𝐚𝐠𝐨

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PARÍS, FRANCIA
Hotel Internacional
8:46 pm


Permanezco varios segundos sentada sobre la cama escondiendo mi rostro entre mis manos, no digo nada, no quiero sentir nada.

Minutos largos más tarde, la puerta de la habitación se abre con fuerza quedando abierta completamente. Me aterro y corro a ver quién es, ¿quién más podría?

—Creí que ya no ibas a venir— Tristan le habla al Michael enojado quién se vino hasta aquí con el traje del medley de off the wall.

—¿Dejaste el concierto a medias solo por venir?— me atreví a preguntarle, pero su mirada queriendo desaparecerme provocan que me sienta pequeña e intimidada.

—Más te vale que tengas una excelente explicación a esto— una lágrima de rabia brota de sus ojos— Porque yo no entiendo nada.

Trago saliva duramente, les indico que por favor se sienten ambos en el borde de la cama, lo hacen, cada quien en una esquina, yo me pongo frente a ellos a cierta distancia y al verlos ahí a los dos, mi estómago siente nauseas.

¿Como pudo pasar esto y ahora?

—Yo...

—¡Mentirosa!— Michael me grita, pero en automático respira con mucha fuerza— Joder, mira que me has hecho.

Trato de controlar mis emociones y la angustia que aprieta mi pecho, Tristan está más calmado que nunca, así que le miro a él.

—¿Como supiste que estaba saliendo con Michael?, ¿acaso me espiaste?— le encaré, moría de la incertidumbre.

—No lo supe al principio, lo descubrí cuando él mismo me mostró una fotografía tuya en su teléfono, diciendo que "eras un diamante" y no se que mierda— Tristan se burla— Pero me quedé callado, me aguanté que me mintieras en la cara, solo para no perderte.

—¡Tú mismo me dijiste que no te contara con quién estaba saliendo!, ¡Dijiste que no te interesaba!— exclamé sin comprenderle.

—También mentí, mataba por saberlo— responde cruzándose de brazos.

Golpeé el piso enojada y frustrada, pero lo último que debía de hacer ahora es perder la cabeza.

—Maldición, solo dime la verdad, Chicago— Michael interviene— No quiero saber qué ocurre entre ustedes.

Pasé una mano por mi cabello para concentrarme, mientras mi mente me guiaba.

Ya los tienes frente a frente, habla y a ver quién de los dos te puede perdonar, a ver quién de los dos te ama más.

¿Qué?

Así que lo hice, simplemente toda la verdad salió de mi boca como vomito verbal atascado, las lágrimas corrían por mi mejilla y las miradas penetrantes de Michael y Tristan se clavaban más en mis movimientos conforme el tiempo transcurría.

—Cuando tenía 19 años mi padre falleció, junto a mi madre nos quedamos solas y con muchas cuentas para pagar, yo quería estudiar la universidad así que entré a trabajar en un bar que cierta amiga en ese entonces me recomendó, lo que yo no sabía es que en ese bar trabajaría como prostitution y no como mesera— mordí mis uñas intranquila— Tristan y yo éramos novios desde hace tiempo, jamás le dije a él y a mi madre en que trabajaba, solo quería reunir dinero para la universidad y para ayudar a mi mamá— mi labio inferior tembló, quiero llorar tanto.

—Chicago...— Tristan trató de interrumpir.

—Hasta que quede embarazada de Santi— pero no se lo permití— No sabía quién era el padre de mi bebé, quizás podría ser Tristan o cualquiera de los hombres para los que trabajaba. Al enterarse mi madre sobre esto ella me despreció completamente y me dijo que debía buscar una solución a mi problema— miré a Michael— Allison se volvió una adicta al dinero, me obligó a casarme con Tristan a esa edad porque era millonario y me amaba mucho, él no se negó, quiso ayudarme, aceptó casarnos y criar a Santi como si fuera su hijo, así fue como solucionamos el "problema"— sollocé— También le daba mucho dinero a Allison para que no me siguiera chantajeando a mi.

𝐂𝐇𝐈𝐂𝐀𝐆𝐎 | Michael Jackson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora