𝐂𝐇𝐈𝐂𝐀𝐆𝐎 | Michael Jackson

N°11 | 𝐆𝐫𝐞𝐜𝐢𝐚

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CASA DE JOSEPH Y MICHAEL JACKSON
Grecia, Atenas
1:04 pm
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—¿Segura que no quieres almorzar algo?, podría pedirle a alguien del servicio que nos prepare lo que quieras.

Negué por tercera vez— Ahora no tengo hambre, solo me gustaría relajarme un rato— suspiré— Por favor.

Michael asintió con una mueca.

—Bien, iré a verificar que la casa esté en orden, ya regreso— dice y sale por la puerta luego de haberme ayudado a subir las maletas.

Me siento en la cama con la mirada perdida en el lindo piso brillante y de mármol fino.

¿Cómo es que hace dos días estaba llorando porque mis hijos ahora están en un internado y hoy me encuentro en Grecia?

Bueno, Michael está teniendo algunos días libres porque ya está por terminar la gira, él se había preocupado por mi, puesto que me puse muy triste al ver a mis hijos irse lejos, así que me propuso salir de viaje, juntos para distraernos, él de la gira y yo de la tristeza y nostalgia.

Lo que no me dijo es que vendríamos hasta el otro lado del mundo también, no me dijo que vendríamos a otra de las tantas casas que su papá, Joseph, tenía, Michael tampoco me dijo que vendríamos a quedarnos unos días con él, pues Joe ya no vivía en México, sino aquí, en Grecia.

Y un pequeño detalle que tampoco me había dicho el rizado es que esta es otra de las miles de casas lujosas y enormes donde se ubican específicamente los líderes del narcotráfico como él y Joe.

Si, estoy en una casa donde es el centro de operaciones de la droga y todos esos movimientos ilegales que Michael y su papá hacían, este país también era suyo, y de los demás narcotraficantes enemigos.

Lo único que me reconfortaba es que estando aquí en Grecia puedo encontrarme más cerca de mis hijos, Bélgica solo quedaba como a 3 o 5 horas, quizás no es lo más cerca pero al menos ya no me siento en el otro lado del mundo. Aunque técnicamente si lo estoy, pero, ustedes entienden, supongo.

—Listo, todo en orden— Michael regresa a la habitación— Papá está ansioso de hablar contigo, nos invitó a almorzar más tarde, esperando que ya tengas hambre— se acercó a mi— ¿Sucede algo?

—Pudiste haberme mencionado en el camino que esta casa y este país también está involucrado en el narcotráfico— me crucé de brazos echándole una mirada— Contigo estoy destinada a lo ilegal.

Eso le causó gracia, Michael se sienta en el borde de la cama girándose hacia mi.

—Creí que te gustaba lo ilegal— me guiñó un ojo— Aunque debo admitir que después de lo que te pasó en México dudé mucho en traerte aquí, pero precisamente por esto mi papá quiere hablar contigo.

—Joe de seguro va a estar molesto porque rompí tu corazón un momento— dije.

—Él no está enojado, quiere hablarte de otra cosa, te servirá mucho— Michael palmea el colchón de la cama— Oh, y te traje aquí porque quiero que conozcas, esta es igual mi casa, está a mi nombre, y cuando seas mi esposa será tuya también, esto y todo lo que tengo.

Fruncí el ceño.

—¿Será mío?— reí no muy comprensiva— ¿Tienes más casas?