✧Para él, yo era un diamante. Un azul diamante que es de las gemas más puras y preciosas sobre la tierra. Los diamantes han fascinado a la humanidad desde hace muchísimos siglos, han sido participes al escribir la historia del mundo, pues por ser lo que son, provocan guerras, conquistas y traiciones.
Quizás, hasta decepciones.
—Lamento si estoy hiriéndote, pero en verdad, no puedo casarme contigo— con toda la pena en mi ser le repetí, llevaba minutos completos viéndome fijamente, observando mi rostro, buscando tal vez alguna posibilidad de que estoy bromeando.
No la hay.
—De acuerdo— ríe sin gracia y cierra la cajita en sus manos avenándola sobre la cama— ¿Hice algo malo?— pregunta, en su cuello una vena empieza a notarse— ¿Es muy apresurado cierto?
Tragué saliva sintiendo mis piernas temblar y debilitarse.
—Michael... te dije "te amo" hace dos días— murmuré con obviedad— No es... no es posible que ya estes pensando en casarnos.
Intenté darle la vuelta a las cosas, no podía permitirme explicarle las verdaderas razones del porqué no puedo casarme con él.
Pero solo quiero tomar ese anillo y ponerlo en mi dedo. Sin embargo, en casa está mi ya anillo de matrimonio, el cual me quito cada vez que veo a Michael.
—Bien, es culpa mía, estoy siendo idiota— empieza a caminar por toda la habitación con las manos en su cintura, sus pasos tercos me indican que está angustiado, de pronto, se gira a verme señalándome con su dedo— Entonces, se que no estás enamorada como pensé, se ahora que no soy el indicado como solías pensar.
—No, no, no me estás entendiendo— niego inmediatamente— Es... muy pronto para pensar en matrimonio— me hice la desentendida.
Y, conocí aquella faceta que antes nunca salió de él. En un abrir y cerrar de ojos, Michael me toma del brazo estrellándome contra la pared y quedando extremadamente cerca de mi, el golpe que recibí en la cabeza por el impacto me hizo asustarme.
Le miré confundida— ¿Qué haces?
—Nadie me había rechazado jamás— susurra a centímetros de mis labios, su voz se había ensombrecido y mis manos ahora también tiemblan.
Fruncí mi ceño— ¿Ah?
Entonces me besa, me besa bruscamente y no me gusta, me toma por la fuerza y muerde mi cuello con posesión.
—¡Michael, suéltame!— grité tratando de salirme de su agarre pero él no se detenía, metió sus manos bajo mi vestido— ¡Suéltame!
—No puedes hacerme esto ahora que estoy enamorado de ti— murmura contra mi piel sin dejar de tocarme, sus dedos se clavan en mi piel y mi corazón late con fuerza al sentir el miedo convertirse en pánico.
De repente, me alza en el aire y me tira sobre su cama, di un grito y pataleé, él se aventó sobre mi a seguir besándome sin ningún tipo de calma o amabilidad.
—¡¿PERO QUÉ HACES?!— las lágrimas empiezan a salir de mis ojos cuando trata de quitar mi vestido sin mi permiso.
Las imágenes de la noche en la que fui violada regresan a mi mente, mi respiración se agita. No puedo creer que esté tratando de hacerme lo mismo.
Estaba enojado, estaba furioso y tardé en darme cuenta, sus dedos clavándose en mi piel, sus besos marcando mis labios, y sus dientes apoderándose de mi cuello sin dejarme ir solo me daban a entender que quería hacerme suya.
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𝐂𝐇𝐈𝐂𝐀𝐆𝐎 | Michael Jackson
Hayran Kurgu❝ La conocí en mi camino a Chicago donde ella estaba completamente sola, yo también lo estaba, así que le pregunté por su nombre. Ella sonrió y me miró, yo estaba sorprendido de ver que una mujer así estuviera interesada en mi ❞ Obra original de:...