° Capítulo diecisiete °

53 9 0
                                    

_No más alcohol para ustedes, aún deben ir a casa de Yuta para esperar a los chicos_ dijo Johnny quitándoles sus latas de cerveza y guardando el resto del alcohol.

_Papi tiene razón_ dijo un tanto ido el menor _voy a asesinar a tu hermano si le hace algo a mi primo_ le dijo amenazante a Taeyong.

_Y yo voy a matar a tu primo si le hace algo a mi hermano_ dijo, en el mismo estado, el peliverde.

_A mi copito no le tocarás ni un pelo, ¿entendiste?_ se levantó como pudo y lo apuntó desde arriba.

Taeyong le dio un golpe a su dedo y trató de pararse también, luego de dos intentos y con ayuda de un sofá, lo consiguió. Cuando sus rostros estuvieron frente a frente, se miraron, mejor dicho, se lanzaron cuchillos por los ojos.

_Tú no tocarás a mi príncipe_ dijo el mayor entre dientes, cada vez más cerca.

_¿Ya van a golpearse o se van a besar?_ preguntó divertido Johnny desde el marco de la puerta que conectaba la sala y la cocina.

_¡Johnny!_ su madre lo reprendió, le dio un leve golpe en el brazo y se acercó a los menores para separarlos.

Puso una mano en cada hombro a su alcance y los separó, tomó ambos rostros y los obligó a mirarla.

En cuanto ambos pares de ojos la enfocaron, enseguida suavizaron sus expresiones, podrían estar medio ebrios pero su omma seguía siendo su omma.

_John, tráeles algo de café_ no apartó su vista de los menores, su hijo asintió y fue a prepararlo. _Chicos, no peleen por esto._

_Omma, no quiero que mi pequeño salga lastimado_ comenzó Taeyong.

_Tampoco yo quiero que mi copito sea herido_ continuó Yuta.

La mayor los miró con ternura, ambos parecían a punto de llorar. Los entendía, ella también se preocupaba por su hijo y su corazón.

_Pequeños, no podrían evitarlo aunque quisieran, los niños tienen edad suficiente para decidir si quieren estar juntos o no. Lo único que pueden hacer es interesarse pero no meterse, demostrarles que están apoyándolos y que siempre que los necesiten estarán para abrazarlos_ dijo mientras acariciaba sus mejillas, limpiando a su vez, las pequeñas lágrimas de ambos.

Puso sus manos en cada hombro otra vez y, con una pequeña presión, los hizo sentarse una vez más.

_Ten, ma_ Jonh le extendió dos tazas de café.

_Gracias, cariño_ le sonrió a su hijo.

Se sentaron frente a los menores y la mujer le dio a cada uno una taza. Ambos comenzaron a tomar en silencio.

Luego de una media hora, ambos se sintieron un poco mejor. Una hora más y se sentían en cuatro de sus cinco sentidos, solo en ese momento los dueños de casa los dejaron partir hacia el apartamento del menor.

Al inicio, el camino fue algo silencioso e incómodo, si bien estaban ebrios al momento de su mini pelea, recordaban muy bien su causa.

_Lamento lo de recién, Kitten, sé perfectamente que Sungchannie es un chico maravilloso_ dijo Yuta, sinceramente arrepentido.

_También lo lamento, Yuta-chan, Taro es un masita de amor y sé que no le haría daño a mi príncipe_ volteó el rostro para sonreírle y, luego de recibir el mismo gesto, continuaron su camino como si nada hubiera pasado.

_¿Y si les gastamos una broma?_ preguntó el castaño con una sonrisa maquiavélica.

_¿Qué tipo de broma?_ el peliverde sonrió igual.

Roller Coaster ( ꈍᴗꈍ) | -Johnten-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora