Roller Coaster ( ꈍᴗꈍ) | -Johnten-

° Capítulo veintiuno °

_Es el momento, John_ animó Yuta _si yo pude, tú también._

_Pero Mark se confesó primero..._

El japonés lo pensó un instante, luego solo negó, restándole importancia.

_A lo que iba_ hizo un ademán para que el rubio se enfocara _es hora de que le digas a Ten lo que sientes, todo irá bien, es obvio que le gustas_ dijo muy seguro.

_Si tú lo dices..._

( ꈍᴗꈍ) ( ꈍᴗꈍ) ( ꈍᴗꈍ) ( ꈍᴗꈍ) ( ꈍᴗꈍ) ( ꈍᴗꈍ)

-Hi Tennie :3
-¿Podemos vernos hoy?

Johnny exhaló el aire que contenía, minutos después, recibió respuesta.

Chitta ♡

-Claro hyung (；^ω^）
-¿Dónde nos encontramos?
-Aún estoy en la uni.

-Puedo pasar por ti cuando termines y hablar en cualquier lugar.
-¿Qué dices?

-Por mí está bien, termino en
dos horas (・∀・)

-Anotado.
-Nos vemos luego ~

-Nos vemos (ㆁωㆁ)

_Todo estará bien_ se dijo a sí mismo.

Se levantó de la cama y comenzó a buscar un atuendo para luego entrar a ducharse.

Tras un baño muy reflexivo, de poco más de media hora, salió en toalla y, una vez en su cuarto, se puso el conjunto que había dejado en la cama; una jean simple con una camisa blanca, la cual cubría con un suéter y un gran abrigo.

De camino a la puerta, su madre lo interceptó.

_¿A dónde vas tan lindo, hijo?_ preguntó emocionada, sabiendo la respuesta.

_Me reuniré con Ten, iré a buscarlo a su universidad y caminaremos por ahí, no lo sé_ se mantuvo pensativo un momento y la mujer lo notó.

_¿Hay algo más, corazón?_ preguntó.

_Le diré que me gusta, estoy muriendo de nervios_ dijo mirando un punto fijo en el suelo.

_Okeeeey_ la había tomado por sorpresa. _Confía en ti, Johnny, tienes que estar seguro_ intentó aconsejar _de cualquier forma, yo estaré aquí para abrazarte mucho y festejar o abrazarte mucho y ahogarnos en alcohol y música triste_ dijo abriendo los brazos.

John, rápidamente, la abrazó fuerte, apoyando su cabeza sobre la de su madre.

_Gracias, mamá_ dejó un beso en su pelo y se acercó a la puerta para ponerse sus zapatillas.

Abrió la puerta y se detuvo mirando hacia afuera, volteó y su madre le sonrió para luego tirarle un beso. Asintió con seguridad y terminó de salir, cerrando detrás de él.

Bajó por las escaleras, necesitaba eliminar energía.

La universidad de Ten estaba en el centro, no muy lejos de donde trabajaba, por lo que decidió caminar.

De camino se topó con una nueva tienda de dulces, entró y compró algunos para dárselos a Ten.

Revisó su reloj y notó que faltaban unos quince minutos para que el menor saliera de sus clases, apresuró un poco el paso y, faltando solo cinco, llegó a su destino.