La cabecera de la cama golpeaba la pared sin parar, y cada vez más los golpes incrementaban de fuerza logrando dañar un poco la pared. Los gemidos incontrolables del omega eran casi como gritos, los rasguños en la espalda del alfa ardían como el carajo, sus cuerpos eufóricos en continuo moviendo sudaba jadeantes, extasiados, satisfechos por aquellas estocadas arduas y frénicas que los tenían envueltos en una aura relente tan majestuosa gracias los olores distintivos de sus feromonas.
—¡Haaa! ¡Kookie estas m-muy profundo! ¡Aghh!.
La gran habitación no era suficientemente para albergar tan fuertes gemidos, y estos salieron hacia los demás espacios de la mansión, por las escaleras hasta la sala de estar, dirigiendo a la cocina y hasta llegar al jardín.
Una locura.
El azabache lamió, succionó y besó el cuello de su chico, dejando múltiples marcas rojas en la zona, mientras apretaba la mano que tenía entrelaza del mismo, sus caderas no paraban de moverse con fuerza y velocidad, proporcionándoles a ambos un tremenda satisfacción por... ¿tercera, cuarta vez? ¿Acaso importaba?.
—Aquí bebe, siéntelo aquí —llevo la mano de su novio a lo bajo de su abdomen, y allí pudo sentirlo... su pene entrado tan profundo que él mismo podía sentirlo sobre su piel—. ¡Ing! ¿puedes sentirlo?.
Él sonrió.
Tomó la estrecha cintura de su omega y lo giró rápidamente, teniendo una perfecta vista de su bien formando culo en aquella posición llamada perrito, se introdujo en él con profundidad y tomándolo por las caderas volvió a aquellas frenéticas y profundas estocadas.
—¡Haaa! ¡Así, no pares! ¡¡Ah!! ¡Ahí ahí! —tocó ese punto dulce, ese punto que volvía loco al de cabello rosa, que lo hacía apretar las sábanas y le causaba temblor en las piernas—. ¡¡Jungkook!! —se le escapó el nombre de su alfa por los labios al llegar a un pequeño orgasmo.
—Malditasea, que rico —gruñó el ya mencionado, para entonces abofetearle un glúteo dejándole una marca roja con la forma de su mano—. Aghh, Jimin eres genial bebe.
Tras varias embestidas ambos estaban apunto de correrse, la sensación estaba tan cerca, estaban preparados para esparcir su semen y nuevamente sentir esa sensación satisfactoria, pero lamentablemente eso no iba a volver a pasar.
—¡¿Señor?! ¡Señor disculpe, hay un problema! —luego de un par de toques, la voz de un hombre se presentó al otro lado de la puerta, la cual siempre permanecía asegurada con pestillo en ese tipo de momentos.
—No puede ser ¿es enserio? —protestó Jimin con la voz agitada. De pronto su amante dejó de moverse y todo aquello que habían reunido para un nuevo orgasmo se esfumó.
—¿¡Qué diablos quieren!? ¡No escuchan que estoy ocupado idiotas! —increpó completamente furioso Jungkook.
—Lo siento mucho señor, pero hay un problema en las bodegas —informó el hombre con la voz temblorosa y evidentemente nervioso—. Debe atenderlo de inmediato, es muy importante.
—¡Ahh mierda! ¡Todo tengo que hacerlo yo! ¡¿Para que diablos les pagó?! —el pelinegro soltó un prologando suspiro de fatigó—. Lo siento cariño, debo hacerme cargo porque mi personal al parecer es muy incompetente. —salió tristemente de su chico.
—Que odioso ¿acaso no soy tan ruidoso? Mis gemidos debieron escucharse en toda la casa, estoy harto —se acomodo en la cama y giro los ojos enojado junto un puchero.
—Prometo que te voy a recompensar después ¿bien? —besó los carnosos labios color rubí de su omega, luego se levantó para colocarse su ropa—. Sabes que esto puede pasar.
—Lo detesto —protesto poniéndose una almohada en el rostro, berrinchudo.
Jungkook río en voz baja—. Tu escogiste esto, escogiste emparejarte con el hombre más ocupado y peligroso del país —al no poder besarlo en los labios nuevamente, besó sus hermosas piernas gruesas y largas.
—Lo se —se quitó la almohada de la cara y se levantó colocándose sobre la cama de rodillas para quedar a la altura del rostro de su alfa—. No tardes, apenas llevábamos tres horas ¿qué hay de las otras dos? —le tomó el rostro con sus pequeñas manitas.
—Seré un rayo, te lo prometo —le dio un beso en la frente y luego uno corto en los labios—. Te amo.
—Lo se, yo también te amo mi Jungkookie —le sonrió con ternura.
Luego de esas dulces palabras, el alfa salió de la habitación apresurado, Jimin se quedó allí echándose a descansar un poco para luego, cuando él volviera, continuaran con el orgasmo que dejaron pendiente.
Pero entonces, mientras empezaba a quedarse dormido se preguntó ¿como fue que llegó ahí? A ser un chico omega de veinte años completamente común, a ser la pareja del jefe de la mafia más poderosa de Corea del Sur.
Recapitulando todo... de nada se arrepiente.
Siempre fue bastante atrevido y valeroso, incluso siendo un omega tan dulce y delicado, después de todo, todos tienen ese lado oculto que puede dar un poco de miedo. Y Jungkook así como Jimin se hacia la misma pregunta ¿como fue que terminó así? Tan abruptamente enamorado, siendo el alfa dominante más temido y poderoso, teniendo un alma oscura y una personalidad antipática y fría, aún así se enamoró como un idiota de un chico tierno y rosa.
Bien dicen que "Los polos opuestos se atraen" y probablemente sea cierto, ya que ambos han logrando mantener una larga relación amorosa, aún con sus ventajas y sus desventajas.
¿Como carajo?.
Todo sucedió muy rápido, el amor hace esa ilusión, pero su loca y peligrosa historia tiene comienzo unos años atrás...
ESTÁS LEYENDO
The love mafia┊𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍
Fanfic𝑻𝑳𝑴 | La vida de Jeon Jungkook, el temido y poderoso alfa jefe de la mafia más influyente de Corea del Sur, da un giro inesperado cuando conoce a Jimin, un joven omega de cabello rosa y personalidad dulce. La llegada de Jimin a su vida pondrá pat...