Capitulo treinta: Familia

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Se quedo parado en el marco de la puerta, totalmente paralizado los primeros segundos de hacer contacto con ella.

Ojos cansados, pero mirada relajada. Aparatos mecánicos y ruidosos apagados, ningún suero a la vista. Solo pequeños moretones y rasguños en el rostro, que en pocos días serian solo recuerdos.

¿Esa era la niña que había dejado hace algunas horas con preocupación mientras doctores lo sacaban a la fuerza?

A Tony le costaba creer aquello. Era como si hubieran intercambiado a su hija.

Vacilo unos segundos sintiendo un nudo en la garganta oprimiéndole. Sus ojos se cristalizaron de forma apenas perceptible, mientras aún se debatía entre acercarse hacia Morgan o no. ¿Podría lastimarla si la abrazaba tan fuerte como lo deseaba?

La puerta detrás de él se cerró con calma, dejándolos totalmente solos a ambos. Tony al fin pudo soltar un suspiro entrecortado y caminar torpemente hacia la camilla.

Morgan estaba aún recostada en la cama, pero al ver a su tutor en ese estado esbozo un gesto de confusión, inclinando la cabeza con aquel gesto tierno mientras se incorporaba tal y como el genio lo hacía cuando Noventa tenía pesadillas por las noches.

—No probé ninguno de los apios, Tony. –Murmuro la pequeña con una mueca apenas perceptible.

Había cruzado medio globo terráqueo, utilizado indiscriminadamente sus dones, había dado batalla a un androide que el mismo creo...y al parecer, Morgan se preocupaba más por haber desobedecido la orden de los apios.

El millonario rio al escuchar la voz de Morgan y se inclinó a su altura abrazándola sin dudarlo.

Primero solo la rodeo con cuidado, recargando su cabeza sobre el pequeño hombro de la pelirroja, pero después la niña se encargó de intentar rodear completamente su espalda con fuerza. Solo así, Tony se sintió completamente seguro de cargarla en brazos y después separarse a penas un poco para examinarla de pies a cabeza.

¿El hombre estaba llorando?

Morgan llevo ambas manos hacia las mejillas del millonario, humedeciéndose al instante mientras el genio volvió a acurrucar a la niña sobre su hombro.

—Lo que menos me preocupa ahora son los apios, Morgan. —Respondió Tony con la voz quebrada, pero aun así sonriendo a penas un poco.

Los pies de la niña tocaron la cama y Tony se separó aun mas para poder verla de pies a cabeza, nuevamente, sin poder creerlo.

—¿Te duele algo o te sientes muy cansada? Puedes recostarte si no te sientes segura....oye, ¿De verdad estas brincando en la cama como si no te doliera nada o ya me estas volviendo loco?

El tono de voz preocupado de Stark hizo que la niña sonriera ampliamente mientras se balanceaba con ayuda de sus pies de forma calmada ante la mirada atenta de su tutor.

Tony se contagio de aquella sonrisa dejando un poco de lado su preocupación y tomo a la niña en brazos sin previo aviso para después sentarse junto con ella en la camilla. El hombre de hierro vacilo en su pregunta, sin embargo, tenia que hacerla.

Debía poner a la niña al corriente, por mas que detestara hacerlo.

—¿Recuerdas bien que paso antes de...bueno, quedar inconsciente?

Morgan movió rítmicamente los pies unos segundos y después sus hombros se tensaron un poco.

—Un poco. –Hubo un silencio incomodo mientras la pequeña parecia reflexionar. – Estaba con Pietro, y después...el se fue. Habia mas gente y el...¿Me dejo con alguien?

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⏰ Última actualización: Jul 27, 2021 ⏰

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Te Amo Tres Mil. (IronDad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora