De todas las personas en el universo, Tony Stark era la menos indicada para ejercer como un padre.
Sin embargo, el millonario se ve forzado a apretar todos los botones cuando en una mision salva a Noventa, una niña que paso toda su vida encerrada si...
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¿Cuántas veces le había llamado "papi" a Howard?
Francamente, no recordaba haber usado aquel apodo más de cinco veces con él.
¿Howard había sentido lo mismo que el en estos momentos? El revoloteo en el estómago, la emoción, las palpitaciones de felicidad en todo su pecho...y también el temor a fracasar, a calzar aquel apodo grande. Temor a no ser una figura paterna suficiente para Morgan.
El café frente a él estaba totalmente frio. No se había molestado si quiera en probarlo.
Analizaba una y otra vez aquella palabra. Los labios de Morgan formulando lo que tanto deseo escuchar por semanas...la desesperación con la que se refería hacia él.
Por fin le había dicho papi, y el no estuvo ahí para ella.
Pepper también estaba sentada a su lado, tomando pacientemente su rodilla y haciendo nerviosos círculos alrededor de esta. Sabia que Tony no deseaba hablar por el momento, y francamente, ella tampoco sabía que decir.
En aquella sala de espera demasiado sofisticada se unieron tres personas mas. Steve Rogers, Natasha Romanoff y Clint Barton no hicieron mas que compartir un gesto de saludo hacia la pareja y se distribuyeron en los sofas disponibles.
Tony no pudo evitar sonreír irónicamente cuando alzo la vista y observo al Capitan America con un peluche demasiado rosado y esponjoso entre sus manos, mientras, que, por otro lado, Barton llevaba globos de helio de distintos colores, alegres y llenos de brillos. Natasha tenia entre sus manos un regalo mas pequeño, pero significativo.
Un peluche verde con una sonrisa nada característica de Hulk observaba a Tony.
Bruce.
¿Cómo le explicaría a Morgan que Banner simplemente habia desaparecido de cualquier radar visible para los ojos de SHIELD?
Ella y el científico eran amigos. Pintaban con los dedos después de una sesión calmada de estudio, bebían Gatorade observando el paisaje de New York, desayunaban Waffles hombro a hombro...y solamente Bruce habia sido el responsable del avance tan significativo de Morgan.
A veces se sentía celoso de las risas que tenían esos dos entre murmuros, de lo bien que les sentaba hacer figuras de plastilina o simplemente, quedarse en silencio mientras el genio escribía apresuradamente en un pizarrón y Morgan mantenía su mente enfocada en sus dibujos.
No iba a ser fácil.
Se llevo ambas manos al rostro, acariciando su desorganizada barba y sus horrendas ojeras.
