Capítulo diecisiete: Un refugio.

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Hoy me herí a mi mismo, para ver si sigo sintiendo

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Hoy me herí a mi mismo, para ver si sigo sintiendo

Yo me concentro en el dolor: Lo único que es real.

La aguja me desgarra, el viejo pinchazo familiar

Intente matarlo desde afuera, pero lo recuerdo todo.

-Nine Inch Nails, Hurt

En el quinjet gobernaba el silencio.

Todo el equipo había sido golpeado, sin excepciones.

Pero definitivamente, las personas que más se encontraban estables mentalmente eran Tony y Clint Barton.

Y ellos debían sacar adelante la situación. ¿Qué estaban diciendo de Banner a nivel mundial? ¿Cuál era la posición de los vengadores en este momento? ¿Sospechaban de Morgan?

Así que Tony Stark coloco a Morgan en una de las camas del quinjet con sumo cuidado, limpio las manchas de sangre seca que tenía en su rostro, y con un suspiro la arropo. Tenía algo de fiebre, pero nada de lo que no pudiera estar al pendiente mientras hablaba con Maria Hill.

El hombre se tomó unos segundos, observándola. ¿De verdad todos los niños te sacaban de quicio de aquella forma? ¿Así se habrían sentido sus padres ante sus múltiples rebeldías?

Porque si, Anthony Stark estaba molesto con Morgan. Sin embargo, su enfado era mínimo comparado con la preocupación que sintió cuando no tuvo control de la situación y Noventa se expuso. Eso lo llevaba a pensar muchas cosas, tener diversas dudas en su mente.

Pero ahora no era momento.

Por lo cual se dio la media vuelta y se quedo parado frente a la pantalla más cercana comenzando a descifrar varios códigos, todo con el fin de no delatar su ubicación.

Cuando la voz de Maria Hill sonó en todo el Quinjet, Bruce se movió algo incómodo de su sueño.

—Los noticieros los adoran, señores...pero nadie más.

—Hola, Hill. –Murmuro Tony con desgane. – ¿Cómo va nuestra situación legal allá abajo?

—El gobierno no ha solicitado que Banner sea arrestado, pero...se está considerando.

El genio se llevó ambas manos al rostro dejándose caer en la silla más cercana, delatando su estrés. ¿Cuántos millones debía donar para reparar el daño? No importaba cuantos fueran, iba a hacerlo por Bruce.

— ¿Y la fundación de ayuda Stark?

—Está en la escena. –Hubo unos segundos de silencio donde al parecer Maria Hill tecleaba frenéticamente el teclado, hasta que varias imágenes de pestañas colocándose una sobre otras aparecieron ante los ojos de Tony. –No me digas que ese pequeño Iron Legion es la niña que te encontraste hace un mes, Tony....

Te Amo Tres Mil. (IronDad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora