De todas las personas en el universo, Tony Stark era la menos indicada para ejercer como un padre.
Sin embargo, el millonario se ve forzado a apretar todos los botones cuando en una mision salva a Noventa, una niña que paso toda su vida encerrada si...
No importa lo que hagamos, seguimos hechos de codicia."
-Demonios, Imagine Dragons.
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El Doctor Banner y Natasha estaban sentados en el comedor mientras la observaban.
Morgan tenía el cabello húmedo aun, se encontraba sentada en un extremo de la mesa, dibujando calmadamente con sus crayones.
La niña no era de muchas palabras, menos si Tony Stark no estaba en la sala, así que ambos se conformaban con que se mantuviera tranquila y callada. Compartían de vez en vez comentarios ajenos a Morgan, hasta que justo a las nueve en punto, Steve entro a la sala junto con Clint y Thor.
El primer vengador observo a la niña, la cual le saludo con una tímida mirada y después siguió en lo suyo, haciendo su dibujo mientras que Thor se colocaba a su lado y elogiaba su gran talento.
¿Realmente esa niña de ahí era un arma?
Quizá había actuado muy impulsivamente. Pero era tarde, y esto apenas empezaba.
Minutos después, Tony Stark entro al comedor con el semblante notoriamente cansado y un portafolio que se notaba lleno de documentos. Sus ojeras eran muy marcadas, y la taza de café en su mano detonaba los desvelos que había hecho todos estos días desde que rescato a Morgan.
La niña al parecer no noto el mal aspecto del señor Stark, y cualquiera en su sano juicio hubiera evitado hablarle, ya que desvelarse continuamente lo ponía de mal humor. Sin embargo, cuando Morgan vio a Tony le sonrió de oreja a oreja y lo tomo de la muñeca. El hombre calmo al instante su semblante y dejo sus cosas sobre la mesa, tomando asiento a un lado de Noventa y esforzándose por sonreírle.
—Hola, Noventa.
Banner compartió una mirada con Steve, y este último desvió la vista avergonzado.
—Sr. Stark. –Respondió la niña en voz baja. – ¿Comer?
Natasha sonrió de ternura y Banner escondió su rostro comenzando a armar un cubo Rubik. Esto no iba a terminar bien.
—Después, ¿sí? Debes conocer a alguien ¿Recuerdas?
Tony espero a que la niña diera afirmación a que había entendido, y el hombre revolvió su cabello de forma aun seria. Cuando se giró a ver a sus compañeros, todos desviaron la mirada fingiendo no haber visto nada, y el millonario se sonrojo levemente.
—Padre Stark, ¿Eh? – Se burló Clint en voz baja.
Antes de que Tony pudiera decir algo, Nick Fury entro por la misma puerta y la habitación se tornó totalmente seria.
