Capítulo once: Serie numérica.

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Pepper abrazo a Tony y se recargo en su pecho cerrando los ojos un momento

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Pepper abrazo a Tony y se recargo en su pecho cerrando los ojos un momento.

Una fina sabana los cubría, y el atardecer había caído ante sus ojos. Tony dibujo círculos imaginarios en la espalda de Pepper utilizando la punta de sus dedos.

—Así que... ¿Morgan Stark Potts?

El hombre de hierro sonrió de lado, un sentimiento cálido recorrió su pecho.

—Solo se me ocurrió de improviso. Ya sabes...pensé en...

— ¿Mi tío lejano excéntrico del que te conté? –Se burló Pepper.

Stark asintió riendo levemente. Esa mujer lo conocía malditamente bien.

—Exacto, y es un bonito nombre, con mucho carácter. –Y aquello era verdad. Tony guardo silencio unos segundos y luego beso la frente de Pepper – ¿Se te ocurre algo más?

La mujer alzo la vista para verlo.

—Ya lo platicaremos con ella, quizá solo con Morgan se sienta cómoda.

El hombre suspiro, algo en el fondo le remordía hace algunos días. Y necesitaba compartirlo con Pepper.

—Aún no hay...nada firmado. –Confeso. –Quiero esperar a que entienda más palabras y poder proponérselo. Siento que, si se lo impongo...o si solo firmo los papeles sin preguntarle seremos igual a Strucker. Por ahora legalmente soy su tutor.

Pepper se recostó ahora a su lado para verlo mejor, utilizando aquellas sabanas para cubrirse.

—Me parece bien esperar, Tones. Pero no seas tan desconfiado en ti mismo, cielo. Has estado sin parar desde que ella llego a la torre y...creo que ambos se llevan bien.

El moreno estaba por replicar aquello con un comentario sarcástico, pero FRIDAY los interrumpió.

—Señor Stark, la joven Morgan parece estarlo buscando. ¿Desea que la guíe hasta tu alcoba?

Tony y Pepper se miraron. La habitación estaba hecha un desastre, la cama totalmente destendida y había ropa regada en todas partes.

—Eh...no, nena. Condúcela al Lobby. Estaremos ahí en unos minutos.

—De acuerdo, señor.

La pareja se levantó tan rápido como un rayo y cada uno fue a su respectivo closet, buscando algo sencillo para ponerse. Tony eligió, al igual que Pepper, un Pants Nike. Solo que el millonario se colocó gafas de sol.

Cuando ambos estaban por salir de la habitación, Pepper hizo un gesto nervioso.

— ¿Crees que le agrade, cielo? –Pregunto con cierto miedo en su tono de voz.

Tony sonrió.

—Yo le agrado y soy un egocéntrico, ¡Por supuesto que tú le caerás bien!

Potts sonrió, y el moreno le abrió la puerta permitiéndole pasar.

Te Amo Tres Mil. (IronDad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora