Capítulo 21

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Narrador Omnisciente.

Las notas se oían desiguales debido a la falta de concentración y práctica por parte del pequeño grupo de amigos quienes tenían ya bastante tiempo sin ensayar. Necesitaban sonar más que excelente porque Michael les había conseguido una tocada en un bar club nocturno bastante pacífico pero en donde varios productores iban en busca de nuevos talentos y, quizás con algo de suerte, ellos serían las próximas estrellas en ascenso.

Los dedos del chico de cabello verde se sentían entumecidos gracias a las doceavas veces que habían repetido la misma canción por culpa de la distracción de la ojiverde al saltarse algunos versos de la letra.

—¿Alguien sabe si Lauren ya volvió?- preguntó Michael a los demás integrantes luego de una pausa para descansar.

—¿De qué estás hablando? Estoy justo aquí.

—Quizás tu cuerpo si, pero tu mente aún sigue en júpiter.

Con desánimo, Lauren bajó del pequeño escalón en el que estaba subida y fue a por un poco de agua ignorando los comentarios de su amigo. Y es que aunque quisiera negarlo, debía admitir que las palabras de Michael no estaban lejos de la realidad con la excepción de que su mente no se encontraba en júpiter sino más bien en un planeta de ojos marrones. No había visto a la menor en varios días pues, según su justificante, ha sido el exceso de trabajo en Erotic. Su interés por su proyecto había crecido desde que fueron a investigar en el concesionario del padre de Ally; la emoción dominaba su cabeza pues no sólo se dejó llevar por el entretenimiento y la adrenalina, sino que también sería una buena forma de estar cerca de la castaña.

—Lo lamento, chicos.

Esta vez si hizo un mayor esfuerzo en esfumar sus pensamientos y concentrarse de lleno en el ensayo. Tenía que dar todo de sí porque esa noche prometía cosas buenas.

Siguieron tocando unas horas más hasta que sus cuerpos no pudieron más. Cada uno aún tenía cosas personales que hacer antes de la noche. Por su parte, la ojiverde no tenía turno en Ángeles, así que se le hizo fácil quedarse en la casa de Normani.

***

Camila se secó el exceso de sudor en su frente para luego tomar un respiro y seguir en su trabajo. Lo más odioso de su puesto eran los baños ¿por qué las personas tenían que ser tan desagradables al momento de hacer sus necesidades? ¿acaso no conocían la palabra "higiene personal"? Al ver la manchas amarillentas en el suelo y papeles usados fuera de lugar, Camila supo que hasta los animales pueden ser más limpios que los borrachos.

Cuando terminó la ardua tarea de dejar el baño como nuevo, se aplaudió a sí misma al ser consciente de la hora. Justin estaba en uno de esos extraños y escasos días en los que su humor no era del todo desagradable. En el comienzo de la noche comentó a cada uno de sus compañeros que podrían retirarse sólo si ya habían acabado con el trabajo. Todos se alegraron por dentro, y el equipo de limpieza se organizó gracias a la ayuda de Jenny, quien extrañamente también estaba de buen humor, que lograron repartir las tareas. A Camila sólo le faltaba el vestuario de chicas y podría disfrutar un poco de la madrugada pues había recibido un mensaje de la ojiverde como una invitación para una tocada de su grupo, así que, recordando la única vez que los había oído, se emocionó, ya que deseaba volverlos a escuchar. Además, los planetas no pudieron alinearse mejor para su suerte aquella tranquila noche; al ocuparse del vestuario de chicas, podría hurgar en el casillero de Kiss en busca de alguna prueba. Su moral se caería por los suelos al cometer dichos actos de invasión personal, pero se repetía constantemente que era por una buena causa, es decir, su proyecto de investigación.

Quiero conocerte (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora