Capítulo 26

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Narrador Omnisciente.

La lluvia era torrencial. Fuertes ráfagas de viento azotaban los vidrios del pequeño local y, aunque la música rebotaba en las paredes sin poder expandirse, aún se podían escuchar las potentes gotas de agua que chocaban contra el suelo de manera fugaz. Desde la mañana las nubes grises hicieron presencia en el cielo advirtiendo el mal tiempo para la ciudad como para que los habitantes se quedasen en casa, pero las reglas del mundo moderno impiden detener la vida de los trasuntes por unas inocentes gotas de agua. Así que, al igual que todos, Camila escogió lo más abrigado dentro de su armario para irse junto con Dinah a sus respectivas clases. Los estudiantes tenían que recorrer el campus para ir de una facultad a otra saltando entre los senderos de concreto y las áreas verdes que generaban charcos de lodo; Camila incluso estuvo a punto de resbalar por varias huellas de barro en el suelo de los pasillos. Con todo eso, a pesar de la lluvia, el tiempo de estudio pasó relativamente normal pues al parecer el cielo estaba tomando un descanso al dejarse caer con una ligera llovizna, dándole a las chicas la idea de ir a Ángeles un rato; sin embargo, ni bien pusieron un pie dentro del lugar cuando la lluvia se volvió a desatar, dejando a las mejores amigas atrapadas junto con los demás clientes dentro del local.

Ambas se habían sentado en una pequeña mesa cerca del ventanal. Dinah fue la que colocó el paraguas a escurrir a un lado de la silla y continuamente sacó una laptop junto a un Block de notas. Camila, por su parte, rodó los ojos ante los movimientos de su amiga sabiendo que si querían algo para beber, ella era la que tendría que ir al mostrador a pedirlo, lo cual no quería, ya que ansiaba evitar encontrarse con cierta chica de ojos verdes. Aún no estaba lista para enfrentarse a Lauren, aunque de todas formas no entendía cuál era ese miedo interno que se instaló en su cabeza tras pensar el próximo encuentro con la mayor, es decir, ¿qué le iba a decir? ¿Cómo debía actuar? Por su lado, ella trataría de no sacar el tema como si nunca hubiese pasado. Consideraba que era lo mejor, pero ¿Y si Lauren hablaba sobre eso? No tenía idea de qué decirle si ese fuese el caso.

De repente, la respiración de Camila se volvió más agitada tras imaginar un sinfín de escenarios de los cuales no podía formular una respuesta coherente.

—¿Y a ti qué diablos te pasa?

Su amiga la sacó de lo que pudo haber sido un mini ataque de pánico.

—Nada, solo me preocupa no poder salir de aquí para cuando vaya a Erotic.

Dinah rodó los ojos y volvió su atención a la computadora frente a ella.

—¿Puedes pedir por mi un chocolate caliente? Con extra leche por favor.

Esta vez fue el turno de la morena en rodar los ojos. Le sorprendía que después de tanto tiempo conviviendo con la rubia, no se haya quedado vizca de todas las veces que ha rodado los ojos a causa de las palabras o actitudes de su amiga, pero aún así la amaba con toda el alma.

—De acuerdo. Espera aquí.

—No tenía intenciones de irme tampoco.

Camila se movió caminando entre las mesas. El lugar no estaba tan abarrotado como se esperaba; la mayoría de las personas estaban sentadas en el fondo tratando de compartir el calor acumulado en el rincón, también estaban aquellas que simplemente se quedaron bajo el techo de la entrada esperando a que pase la lluvia.

La morena se acercó al mostrador con unos cuantos dólares arrugados en la mano, mirando por encima del exhibidor de dulces si veía a Lauren cerca, sin embargo, fue recibida por la sonrisa de Nina.

—Que buen tiempo ¿eh? Apuesto a que quieres un chocolate caliente. Todos lo pidieron hoy.- Camila sonrió entendiendo la razón.

—Que sean dos por favor... y uno con extra leche.

Quiero conocerte (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora