Capítulo 18

494 39 6
                                    

Narrador omnisciente.

—Si te mueres, Lauren ¿a quién le voy a dejar mi herencia?

—¡Ay, abuela!

La ojiverde hizo una mueca de cansancio ante la octava repetición de su abuela sobre ser descubierta por su madre por prestar los equipos de la Academia.

Su amiga Normani siempre se la había llevado muy bien con Angélica y ante tantos ruegos por parte de la anciana, la de piel oscura accedió a tomar una taza de té en casa de los Jauregui. Fue así que, entre charla y charla, a Normani se le soltó la lengua al revelar el paradero de su amiga; por consecuente, una Angélica curiosa preguntó cuál era el motivo de Lauren para estar en la Academia si ese día no tenía porqué asistir y, aunque Normani simplemente pudo haber inventado cualquier tipo de excusa para ocultar la verdad de su amiga; enfrentarse ante la mirada azulada y acusatoria de la mujer mayor, le hizo casi vomitar de la presión.

—¿Es que cómo se te ocurre hacer semejante acto de suicidio? ¿sabes lo que pasaría si tu madre se entera?

—No es para tanto, abuela- Lauren resopló.

Las tres se encontraban sentadas en una mesita de jardín fuera de casa.

—Aún no me explico cuáles fueron tus razones.

Normani achinó sus ojos y sonrió.

—Esas razones tienen nombre, apellido y un gran trasero.

—¡Mani!- la ojiverde reclamó con las mejillas rojas. Su amiga sólo se rió.

—¿Qué?- Angélica estaba confundida.

—Oh, Angélica. Tu querida nieta ha perdido el juicio por una chica.

La mirada de la mujer mayor se posó en su nieta quien seguía con las mejillas encendidas.

—Ya decía yo que esos actos no eran por gusto. Siempre haces cosas de ese estilo por amor. Cariño, dime una cosa ¿qué es lo que pasa con esta jovencita? ¿son novias? Porque si es así creo que se está aprovechando de tu buena bondad.

Lauren jugó con sus dedos. Estaba empezando a hacer frío pues el sol comenzó a ocultarse.

—Camila no se está aprovechando.

—Pero quisieras.

La risa de Normani ya empezaba a molestar. Lauren rodó los ojos.

—Me gusta, es verdad. Pero no somos nada- comentó con decepción.

Angélica sostuvo en alto el rostro de su nieta.

—Sé que no es tu caso, mi niña, pero nunca desvíes tu camino por una mujer.

Lauren asintió, aunque por dentro quiso rodar los ojos.

***

El tiempo parecía pasar más lento dentro de aquel lugar abarrotado de gente. Camila se había quedado detrás de la barra limpiando todas las botellas quebradas y bebidas derramadas que para su suerte, no eran muchas; sin embargo, no todo era color de rosa detrás de la barra pues, hace unos momentos su falda había sufrido un aparatoso accidente y estaba pidiendo a gritos ser lavada. Un hombre, con alto de grado de alcohol en su sistema, no había coordinado bien sus movimientos a la hora de recibir su trago, el cual terminó esparcido por todos lados.

—Voy a ponerme celoso.

Aaron retomó la charla que hace unos momentos había sido interrumpida por un cliente.

—¿Qué? ¿por qué?- Camila estaba confundida. No entendía lo que su amigo estaba diciendo.

Lauren esto, Lauren aquello- imitó el pelinegro con voz afeminada. Camila rió —Por lo visto esta chica ahora es la nueva protagonista de tu aburrida vida, al menos dime ¿es bonita?

Quiero conocerte (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora