27. SYV OG TYVE

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Apreciemos, en multimedia, como me imagino a Vikk.

<3

(**)

Drakk.

—¿Era muy necesario que golpearas a ese sujeto? —pregunté, haciendo que mi hermano mayor me mirase molesto.

Una de las cosas que sabía, muy bien, de Azafeth, era que su paciencia se agotaba demasiado rápido. Y aquel tipo, un demonio de unos tres metros, pudo notarlo en cuánto sintió un dolor atroz en su feo rostro.

—Pregúntale a su ojo morado si estuvo bien que me dijera traidor —contestó él.

Estábamos en Shanghai, dentro de mi bar, mirando como todos temblaban ante la imponente presencia de Azafeth.

Todo el mundo sabía quién era. El primogénito de Lucifer que lo traicionó al enamorarse de alguien medio humano, hija de un arcángel. No había nadie que no supiera lo tenebroso que era, incluso tal vez le temieran más a él que a nuestro propio padre.

—Es normal que lo hayan dicho. Te fuiste del Infierno.

Azafeth asintió y sorbio un trago de su copa, restándole importancia a mis palabras.

—¿Alguna pista de Diana? —pregunté.

Él negó y cerró con fuerza sus párpados.

—¿Y qué tal los demás bares? —preguntó él cambiando de tema.

Junte mis cejas y decidí seguirle la corriente para que no se sintiera mal.

—Todo va bien. ¿Crees que puedas pintarme unos lienzos para ponerlos detrás de la barra?

Él era la clara definición de talento. La manera en que pintaba y plasmaba sus sentimientos en el papel me asombraban. Me hacía ver que no podía llegar a ser ni la mitad de talentoso como lo era Azafeth.

—Claro. Pero debo decirte que mi inspiración se ha ido al caño durante estos meses.

Y lo entendía a la perfección. Diana era parte de la fuente de inspiración detrás de sus pinturas y todo lo que le salía ahora eran manchas y garabatos sin sentido.

Creo que Vikk lo había llamado "arte abstracto".

—Estoy seguro de que cuando todo esto acabe, podrás volver a pintar como antes.

Él asintió, —He estado pensando en abrir una galería, en realidad.

Lo miré, un tanto emocionado por la gran idea que tenía en mente.

—Eso es increíble, Azafeth. ¿Tienes algún lugar pensado?

Se encogió de hombros y me reí al ver que no había cambiado casi nada. Seguía siendo tan impredecible, amargado, frío y enigmático como siempre. Exceptuando una cosa, por supuesto.

Qué estaba triste por no encontrar a su amada.

Si no me equivocaba, había pasado un lapso de cinco meses desde que Aarón capturó a Diana. En todo ese tiempo, mi hermano mayor no paró de buscar en cada rincón del mundo a su chica, hasta que un vampiro, Aerin, le dio información a Cam, Vikk y Samid sobre donde podía estar ella.

No estaba de más decir que Azafeth quería comprobar por sí mismo que esa información era cierta.

—Sabes que soy malo para elegir esa clase de cosas y a Diana no le gusta ningún lugar en específico —aclaró él.

—Yo diría que sí. Tú.

Me miró con cierta melancolía.

—Si ella te escuchara justo ahora, diría que eso sonó demasiado cursi.

Paraíso (Celestial 2#) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora