15. FEMTEN

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Drew.

Las miradas estaban sobre mí, no sabía qué pensar al respecto. Gabriel estaba sentado frente a mí, con sus cejas juntas y frente arrugada; era obvio que su preocupación era notoria. Junto a él estaba Miguel, quien simplemente anotaba cosas en un pergamino todo marrón y una mancha que lo que creía era mantequilla de maní.

—¿Incrementarán los equipos de búsqueda? —preguntó Miguel alzando su mirada y fijando sus ojos en mí. Tragué saliva porque no sabía qué decirle, mi cerebro sufrió un leve colapso. Además, el que estaba a cargo eran él y Gabriel, no sabía porque me estaba preguntando eso.

—No lo sé —respondí mientras bajaba mi mirada.

Mi sueño había sido pésimo las últimas semanas, después de que se llevarán a Diana no podía conseguir calmar mis nervios.

Gabriel soltó una leve risa, casi inaudible, pero sorprendió tanto a Miguel como a mi. Ambos nos miramos sin creerlo, pero no dijimos nada al respecto.

—Drew, creo que tú eres el mejor ángel para comandar la búsqueda de tu hermana. Abigail ha estado teniendo problemas con algunos demonios que quieren poseer a los humanos; tal vez todo esté conectado. ¿Por qué no vas y la acompañas?

No sabía qué responder, llevaba días sin hablarle a Abby. Principalmente, porque de cierta manera ella me evadía y también porque definitivamente me podría rebanar la cabeza si me acercaba a ella. Todo era tan confuso.

Aún así, no podía decirle que no a mi padre.

—Si, señor.

Miguel se rió al escuchar mi respuesta, pero no dijo nada. Apreté a Muerte en mi correa y salí de la oficina con los cachetes colorados. No sabía qué hacer. Primero opté por ver hacia afuera, el sol brillaba sobre el Palacio y todas las personas cantaban dando saltos por todos lados.

—Adoro cuando hacen eso. —Una voz junto a mi me hizo girar mi cabeza. A mi lado, había un chico de pelo oscuro, ojos claros y piel clara. No tenía alas, casi lo hice pasar por un alma más, pero luego vi sus manos y pies.

Me arrodillé al instante. —Yeshua Adonai.¹

Él se rio alegremente y me hizo ponerme de pie. —Drew, dime que te preocupa.

No me sorprendí en lo absoluto, Él lo sabía todo.

Suspiré y de mis ojos salieron un par de lágrimas, Él sonrió con pesar y pasó su brazo por mis hombros.

—Sé de que es capaz Diana, sé que estás preocupado por ella, pero también sé que ella está bien.

Mi mirada se alzó y sus ojos brillaban cuál estrellas. —¿Ella está bien?

—Cansada, pero se encuentra bien —me respondió asintiendo—. Por ahora, tendrá que estar sola, por cierto tiempo, pero eso no quiere decir que no la vayas a encontrar. Escuché que Gabriel te envío con Abigail, tal vez deberías buscarla antes de que parta. Recuerda, Drew, que Diana es la clave para detener a quien sea que esté detrás de todo.

Su voz sonaba calmada, me llenó de fe y paz al instante, pero también me dejó mucho en que pensar. No sabía dónde estaba Diana, pero estaba bien, viva, aun luchando. Eso era lo único que me importaba.

—Gracias, mi Rey. Es un alivio saber que mi hermana se encuentra bien. Debería ir a buscar a Abby —Él asintió levemente y sonrió.

—También recuerda que, el amor lo puede todo. Soy fiel testigo de eso —dijo mostrándome las marcas en sus pies y manos—. Ahora ve, joven guerrero. Deben llegar antes de la cena.

Paraíso (Celestial 2#) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora