12. TOLV

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1982

Azafeth.

La mirada de Samantha iba desde mi hasta la pizarra. Era nuestro último año de instituto, por lo que unos meses después iríamos a la universidad. Por supuesto, ella estaba más emocionada que yo y era notable, aunque no hablará conmigo en lo absoluto.

—¿Acaso te gusta, hermano? —preguntó Vikk, ganándose un golpe de mi parte.

Nada me gustaba, simplemente esa chica causaba cierta curiosidad en mi interior. Como si algo en ella fuera distinto, como si la conociera de mucho antes.

—Déjate de tonterías, Vikk. A él no le gusta nada —espetó Drakk desde su cama.

Estábamos en el castillo, después de salir del instituto y casi hacer que Samantha me cortara el cuello, decidimos que sería mejor irnos a casa para mañana volver. Esta vez, si le hablaría.

Soñé con una chica, era tan parecida a Samantha, pero a la vez parecían dos personas distintas. Cuando supe quién era sentía que me transportaba otra vez a 1704.

Era un recuerdo, ahí estaba yo, sentado en un bar mientras veía como una hermosa dama pasaba frente a mí, del otro lado de la calle. Su hermosos cabello naranja iba recogido debajo de un pañuelo y parecía estar huyendo de alguien. Recordé donde estaba, me encontraba en España, justo en el año de la Guerra de la Secesión.

Instintivamente pague el trago y salí de ahí, dispuesto a seguir a la chica. Había doblado por un callejón y estaba muy segura de sí misma, ni siquiera miraba a sus espaldas a pesar de que yo la seguía.

Cuando vi que entró a una pequeña casa me detuve. No parecía transitar mucha gente por ahí, por eso andaba tan confiada.

Avancé lentamente hacia la casa, pero antes de que pudiera tocar siquiera la puerta una mano se me adelantó y me atrajo dentro de la casa.

—¿Quién es usted y porqué me seguía?

Sobre mí vi a la chica pelirroja mirarme furiosa. Su cara estaba cubierta de pecas y tenía los ojos verdes. Hermosa.

Perdóneme, por consiguiente, no soy de aquí y su belleza captó mi atención, bella dama.

Ahorrese sus halagos y conteste mi pregunta.

Arrugué mi frente y sentí un escalofrío recorrer mi columna. Ella me miraba furiosa, pero su enojo se esfumó en cuanto una bomba resonó a pocos kilómetros de ahí.

—Rápido, arriba. Debemos irnos si no queremos morir.

Me asombró tal valentía por parte de la dama, por lo que no rechiste y me fui detrás de ella. Afuera todo era un caos, habían personas disparando a otras y familias huyendo de la masacre.

—¿Cuál es su nombre?

No quería decírselo, la pondría en riesgo saber mi identidad. Aún así, sabía que no la vería después de ese día.

—Azafeth —respondí y ella me miró para luego murmurar.

—Un placer, señor Azafeth, soy Mary Trace. Ahora, que tal si... —Antes de que pudiera seguir hablando, uno de los soldados fue directamente hacia Mary, por lo que no pude llegar tan rápido hasta ella. La había apuñalado.

Tan solo la había visto una vez y la habían asesinado frente a mí. Me había enamorado sin siquiera conocerla.

Me encontré en Francia, 1800, estaba disfrutando de la hermosa vista de la ciudad, hasta que captó mi atención. Un hermoso y rebelde cabello naranja. Primero pensé que se trataba de Mary Trace, pero sabía que era imposible. Ella había muerto frente a mí.
Decidí seguir a la persona y me llevé una enorme sorpresa al ver a Mary frente a mis ojos. Mary se giró y soltó un resoplido lo bastante alto como para dejarme confundido.

Paraíso (Celestial 2#) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora