Diana.
Una pluma hizo que estornudara y abriera mis ojos. Parpadeé varias veces para acostumbrarme a la luz, mientras miraba como Drew roncaba junto a mi. El cuarto era un caos y me pregunté mil veces qué había sucedido anoche.
—Drew —dije tocando a mi hermano para que despertara.
Él hizo un sonido extraño y entre abrió su ojo derecho. Me miró y volvió a cerrarlo. Le di un golpe en la nuca y él se quejó, mientras se levantaba y me miraba asombrado.
—¿Y eso por qué fue? —gritó haciendo que Uriel se levantará rápidamente, haciendo que Remiel lo pateara en el estómago.
—Debemos ir a entrenar, recuerda que debemos terminar antes de la cena —dije bajando de la cama y tambaleándose en el acto. ¿A qué hora nos habíamos dormido?
—Chicos, son casi las tres —dijo Remiel señalando el reloj que estaba colgado en la pared.
Miré a Drew y él corrió hacia el baño, mientras yo buscaba que ponerme. Uriel y Remiel me pidieron, amablemente, que saliera mientras se cambiaban. Drew tardaria mucho en el baño, dicho y hecho. Al menos había dejado mi ropa en mi cama, solo debía darme una ducha.
Salí en pijama al pasillo y me senté junto a la puerta. No había nadie por ahí, me parecía raro que en ese castillo vivieran al menos diez personas y no las veía a todas.
Jugué con mis rizos hasta cuando sentí a alguien acercarse.
—¿Por qué estás sentada ahí? —preguntó Azrael sentándose junto a mi.
—Espero a que los chicos se cambien —respondí encogiéndo mis hombros. Él asintió comprendiendo la situación.
—¿Qué tal te va?¿Todo bien? —preguntó mirando mis alas. Tragué saliva y asentí.
—Si, todo va de maravilla. ¿Qué tal tú? —pregunté y él asintió lentamente.
—Todo va bien. Abigaíl me pidió que te buscara a ti y a Drew. Dice que es hora de su entrenamiento —murmuró y miré mi atuendo. Estaba en pijamas, tal vez por eso Azrael estaba tan extraño. Aunque no se por que, mis pijamas no tenían nada de malo.
Miré hacia abajo y noté que era lo que lo tenía tan nervioso. Todo quedaba en torno a mis pechos.
Supongo que era un hombre después de todo, no podía culparlo.—Hum... —Crucé mis brazos sobre mis pechos y miré a Azrael quien estaba tan rojo como mi cabello.
—Yo...los esperaré abajo —dijo señalando el pasillo a sus espaldas. Asentí mientras él avanzaba.
—Si, es una buena idea —replique y él se alejó. Cuando lo perdí de vista por las escaleras, casi tire abajo la puerta—. Chicos rápido —grité justo cuando Remiel abrió la puerta. Llevaban ropa normal, no pijamas, y se veían menos desastrosos.
Drew estaba poniéndose sus botas, sin pensarlo corrí hacía el baño.
—¿Tanta prisa tienes? —preguntó Drew cuando escuchó que la puerta se cerró. Supongo que Uriel y Remiel si tenían prisa.
—Abigaíl mandó a Azrael a buscarnos. Ya estamos tarde —respondí tomando el jabón y moviéndome lo más rápido que podía. ¿Como rayos es que las alas seguían intactas?
Salí envuelta en una toalla y miré a Drew. Él miró mis piernas y luego subió su mirada hasta mis hombros.
—Saldré —dijo asintiendo mientras se dirigía a la puerta, cuando salió me apresure a vestirme.
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Paraíso (Celestial 2#) ✔
Fantasía༺ Libro dos de la saga Celestial ༻ «Diana había dejado atrás su humanidad, ahora todo parecía ir bien, pero realmente algo andaba mal. Lo supo en cuánto nuevos problemas surgieron. Ella y sus amigos tienen nuevos situaciones, acertijos y secretos q...