○ Cap. No. 11 ○

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—Bueno, me tengo que ir, si fueras tan amable de desatarme, te lo agradecería.—Saint sonrió.

Zee se levantó poniéndose el boxer.

—Sabes, sería muy interesante tenerte atado en mi cama para siempre y cada vez que vuelva de algún lugar, cansado, verte aquí, en mi cama, desnudo, expuesto y listo para recibirme.

Saint lo miró asustado, aunque en el fondo también le parecía interesante esa idea.

—Es broma.—Zee desató la corbata y Saint se levantó.

Miró su pecho y vientre, estaban pegajosos.

—¿Puedo tomar una ducha?—Preguntó Poniéndose únicamente el boxer.

—¿Desde cuando tienes que preguntar para hacerlo? ¿El sexo te ha hecho olvidar cosas?

—Cállate.—Saint se levantó y casi se vuelve a sentar. Un dolor en la cadera le hizo quedarse quieto, no miró a Zee, de seguro se reiría. Intentó caminar normal, pero cojeó un poco por el dolor. Menos mal Zee tenía un baño en su habitación

—Yo también necesitó una ducha.—Zee le siguió.

—No, luego, primero yo.—Lo detuvo

—¿Tienes miedo que te lo haga contra la pared de la ducha? Podría enseñarte, así se lo haces a Megan cuando vaya a ducharse después de haberlo hecho contigo. —Zee Sonrió irónicamente.

—No, no digas tonterías.

—Era una sugerencia.—Dijo restándole importancia, y dándose la vuelta para ordenar la habitación.

Saint miró a Zee. Miró su espalda y esos hombros anchos. Maldita sea.

Cerró la puerta del baño y se quitó su única prenda, se metió a la ducha. Se había acostado con su mejor amigo. Un chico, no eran besos, era sexo…. Mierda. Aunque, bueno, ya era demasiado tarde como para arrepentirse. Lo hecho, hecho estaba. Aparte que fue tan jodidamente rico, lo que sintió.

Dejo de pensar en lo sucedido o eso creía, se limpió, se puso una toalla en la cintura y salió.

Zee estaba haciendo su cama. Saint se sonrojó, en esa cama...

—Termina de ordenar, voy a ducharme.—Zee lo miró y se metió al baño.

Saint asintió aunque Zee ya no estaba para mirarlo.

Abrió el cajón del pelinegro y tomo una bóxer limpio y se lo puso.

Empezó a ordenar los cojines, abrió la ventana, para que se ventilara la habitación. ¿Podría decirse que olía a... sexo?

El castaño empezó a vestirse cuando Zee salió del baño con otra toalla en la cintura, solo lo miró y le sonrió.

—Oye... Zee... Sobre lo sucedido...-

Zee estaba dándole la espalda, se giró alegremente y habló.

—Oh, sí, ¿tomaste nota? Espero haberte sido de ayuda... Aunque pensándolo bien... Parece que me has utilizado. Acaso... ¿soy tu juguete sexual?

Saint lo miró confundido pero soltó una risa incómoda.

—Bueno... Sí, he tomado nota... Y no eres mi juguete sexual porque yo no soy gay. -Saint estaba seguro de su sexualidad.

Zee volvió a darse la vuelta buscando una camisa. —Ja, si vieras como estabas gimiendo hace poco y pidiendo más.— Pero tu no eres gay.

Saint le dio una mirada fulminante a Zee.
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Si Saint te creemos no eres gay, solo fue practica. 😌

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