○ Cap. No. 48 ○

346 58 13
                                    

Saint miró las casas oscuras poco iluminadas.

—¿Y a dónde vamos? Pregunto.

—A cenar.—Dijo el pelinegro cambiando de marcha y girando en otra calle.

—Mmm... Hace tiempo que no salíamos.—Saint sacó su móvil le había llegado un mensaje de su madre.

Sonrió al ver la imagen.

—Mira.

Zee dio un vistazo rápido y siguió viendo la carretera.

Los bebés estaban dormidos, Luke tenía puesta la mano sobre la de Billy.

—Son tan lindos.—El castaño sonrió.—Se parecen a su padre.

Zee se mordió el labio y giró su rostro para que Saint le diera un pequeño beso.

—Bien llegamos.

Zee estaciono el coche y bajaron.

—Cena a la luz de la luna.—Dijo tomando la mano del castaño.

Zee había llevado al castaño a un hermoso bosque.

Saint vio a lo lejos el brillo de un lago, con un pequeño muelle el cual todo el caminó estaba decorado con velas azules, al final un henorme corazón de petalos de rosas rojas con una mesa en el centro. Era hermoso.

—Oh... Esto es realmente hermoso. Me encanta.— Abrazó y beso al pelinegro.

—Tu me encantas más.—Murmuró Zee mordiéndole el labio. —Bien, siéntate.

—¿Amor tu cocinaste?—pregunto Saint  al ver la comida.

—Si. Cariño.

—Oh, eres tan... completo.—Soy tan afortunado de tenerte.

La cena trascurrió tranquila, con risitas coquetas, miradas llenas de amor y alguno que otro beso.

–Oh, cariño mira las estrellas, como se reflejan en el agua.—Zee se levantó y se llevo a Saint a la orilla del lago.

—Todo esto es herm... Saint fue interrumpido, por el sonido de un Yate que se encontraba, en el centro del lago con unas letras luminosas que decian. "BEBÉ TE QUIERES CASAR CONMIGO".

Saint se llevo las manos al rostro y se giró a ver a Zee, quien estaba arrodillado, con una cajita de terciopelo en su mano.

—Oh... Dios.—Saint sintió un apretón en su corazón.

—Bueno, llevo unos meses pensando en como hacerlo y esto es lo que se me ocurrió.- Bebé ¿Quisieras pasar el resto de tu vida leyéndole libros a este chico? ¿Cuidando juntos a sus hijos y los que vendrán? ¿Vivir cada momento y experimentar cosas nuevas? ¿Quisieras amarme toda la vida?—La voz de Zee temblaba.

Saint soltó unas lágrimas.— Zee como me haces esto.—Saint se dejó caer y lo abrazo, amor Si, si quiero casarme contigo.

El pelinegro hundió su rostro en el cuello del castaño y lloró.

—¿Cariño por qué lloras?

—Porque, porque te e amado por tanto tiempo y por fin serás mi esposo, por fin serás mío.—Saint le limpió las lágrimas.—Bobo, ya tenemos dos hijos, más tuyo no creo que se pueda.

Zee le puso el anillo al castaño y lo besó.

—Sé que aún tienes que terminar la universidad, cuando te gradúes, si quieres, nos casamos.

— Aunque Saint no quería esperar, pero sería lo mejor.

.
.
.
.
.

🍁🍂🍁🍂🍁🍂🍁🍂🍁

Yo quiero un Zee en mi vida...

BESOS INDECENTES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora