○ Cap. No. 41 ○

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VIVIENDO EN FAMILIA...

Saint se sentó con dificultad en un sillón que estaba en el jardín, mientras observaba a Zee bajar las cajas del camión de mudanza.

—¿Amor ya te sentaste?.—Dijo el pelinegro dejando la caja en el piso y se acercándose a su novio.

—Estoy cansado.

—Apenas ayudaste con una lámpara.

Saint lo miró mal.

—Tengo 6 meses de embarazo, ¿crees que esta cosa no pesa?

¿Cosa... Es nuestro bebé? Zee se aguantó reírse. Era mejor no hacerlo, los cambios de humor de Saint hacían que se enfadara por tonterías. 

—Si, lo siento, amor.

Zee le dio un beso en la frente y siguio ayudando al chico a bajar las cajas.

Saint miró su vientre.

—Definitivamente quiero que ya salgas.—Habló.

El castaño volvió a mirar a Zee, vio que una chica de pelo color rosa, se le había acercado a su Zee, parecía haberle llevado algo de comer. Seguro sería una vecina. Una vecina muy atrevida, ¿por qué se le acerca tanto?

Saint se levantó con mucho esfuerzo sujetándose la espalda y caminó hacia el pelinegro.

—Mi amor, tengo mucha sed.—Dijo tocándole el hombro.

Zee de inmediato se giró y lo miró.—¿Mucha? Emm... Si cariño... Te ire a comprar algo. Zee espera, ¿si amor?

El castaño se acercó y le dio un corto beso.

Saint miró a la chica, quien lo miraba asombrada.

Si... Tiene novio y espera un hijo.

Saint.

El castaño frunció el ceño, ¿como sabía su nombre?

—Soy Janis, ¿no me recuerdas?

Saint, hizo memoria. Era su prima la castaña, la que tenía un enamoramiento obsesionado por el pelinegro.

—Oh... Sí, la que no dejaba en paz a Zee, sí, me acuerdo de ti.

Janis suspiró.

—Esa misma. Mi tía me dijo que tú y Zee estaban juntos, pero parece que se le olvidó un pequeño detalle.—Dijo mirando el vientre abultado de su primo.

—¿Pequeño? Es enorme.

Janis rió.

—No puedo creer que estés esperando un hijo de tu amigo, yo sabía que desde pequeños se traían algo.

Saint se sonrojó.

—¿Tú que haces aquí? ¿Sigues acosando a Zee? Porque eso es lo que siempre hacías.

—Digamos que fui yo quien ayudó a Zee a encontrar esta casa.

—Entonces sabías que nos estabamos mudando.

—Asi es querido primo. Yo vivo a dos casas.

—¿Sola?

—No, con mi esposo.

Saint frunció el ceño.

—¿Te casaste? Pero...

—Si, aunque sea incluso más joven que tú.

—Pero yo no sabía nada, Zee nunca me contó.

—Más bien nadie sabía, me he vuelto un poco... Rebelde. —Dijo señalando su pelo.

Saint sonrió.

—Pues nos tienes que presentar al afortunado.

—Claro.

—Bebé, aquí tienes.—Zee llegó con una botella de jugo y los miró confundidos.

Saint y su prima nunca se habían llevado bien. Era extraño ver que sonreían.
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Saint marcando territorio😌

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