○ Cap. No. 18 ○

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Saint agarro a Megan de la mano y se dirigieron al hotel.

La pareja entro a la habitación, besándose.

Saint apretaba su agarre en la cintura de la chica mientras que ella intentaba quitarle la camisa al castaño.

El castaño recosto a Megan en la cama y se puso de pie para quitarse la ropa. Al tocar el cinturón. Escucho.—Ven aquí.

Saint observó rápidamente  al dueño de la voz y se encontró con un pelinegro con ojos oscuros y un pelo despeinado.

El castaño cerró los ojos con fuerza y al abrirlos de nuevo se encontró con una peliroja desnuda.

Saint carraspeó y se quito los pantalones, se acomodó entre las piernas de la chica.

¿Qué se hace ahora? ¿La ataría? No, eso no.

Tendría que penetrarla. Ah, mierda, eso no le gustaba a Saint...

Todo era muy cansado, él tenía que hacerlo todo, quería decirle a Megan "haz algo tú" pero eso no sería normal.

Bien, solo es de meter su pene, en ella, le daba asco solo de pensar que sería algo pegajoso.

Vamos, tranquilo, es tu primera vez con una chica, es normal. Él mismo se daba animo...

Y se dispuso a seguir,  aunque el rostro que venía a su mente no era de una chica peliroja, era de un chico pelinegro con unos hermosos ojos brillantes que lo miraban.

Aunque él se imaginara a Zee, quien estaba con él en la cama era Megan.

Saint besaba a Megan sus labios recorian su cuello, sus manos acariciaban su cintura, la peliroja se aferra a él.

En cada toque que le daba a la chica, Zee estaba presente.

Por más hermosa que fuera la peliroja, no era la persona que Saint quería a su lado.

El castaño se detuvo y le dijo no puedo hacerlo, no en este momento.

La chica se decepcionó, era el momento que ella había esperado por tanto tiempo, lo habían planeado. Pero comprendía a Saint y lo esperaría hasta que el estuviera listo.
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Saint no puedes estar sin Zee...

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