○ Cap. No. 15 ○

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Zee quiso besar a Saint, pero el castaño no se dejo.

-No hay beso hasta que me digas qué vamos hacer, qué cosas faltan.

-Puff.-Zee bufó. Él quería besarlo.-Mmmm.

Se te apetece un oral.

Saint abrió los ojos, estaba sorprendido.

-¿Qué?

-Sí, ya sabes, eso que se hace con la boca.

-Eso si es asqueroso.

-Ya veremos.

Zee se levantó, cerro la puerta con seguro y fue por una corbata.

Saint levantó las cejas, pero no estaba sorprendido.

-¿Vas a atarme de nuevo?

Zee no dijo nada, se acercó al castaño y lo ató.

El pelinegro le quito el pantalón junto con el bóxer.

-E-espera... Déjame hacerlo a mi.- rogo el castaño con un puchero.

Zee no podía decir que no a esa carita, levanto a Saint y se acomodo en la cama.

Saint se arrodilló enfrente del pelinegro y como pudo le quito los pantalones y el bóxer, se acerco y acarició el pene de su besa-amigo y miró su rostro.

Zee intentaba aguantar, era demasiado ver a Saint arrodillado frente a él, desnudo y acariciando su pene. Maldita sea... Cerró los ojos e intentó respirar bien, concentrándose en no correrse.

Hasta que algo húmedo hizo que abriera sus ojos.

Santa mierda...

Zee había levantado la cabeza para mirar que estaba haciendo Saint, se volvió a derrumbar cuando el castaño empezó a mover su lengua en la punta de su pene.

No pudo evitar gemir.

Saint lo fue devorando poco a poco, aunque se estaba ahogando por el gran tamaño, pero le gustaba. Eso lo hacía pensar...¿realmente sería masoquista?

Zee colocó su mano en el pelo de Saint y la empuño.

-Déjame...-Zee pidió.

Saint lo miró y entendió. Cerró los ojos esperando.

Zee soltó un gruñido y empezó a mover sus caderas, embistiendo la boca del castaño, Saint tenía los ojos cristalizados, soltaba algunos gemidos por la falta de aire pero lo disfrutaba.

La boca del castaño y el pene del pelinegro soltaban sonidos húmedos. Que los excitaba aun más.

Zee dejó de moverse, agarro a Saint de los brazos y lo acomodo en la cama.

Él pelinegro le quitó la corbata de las muñecas, le abrió las piernas y metió su rostro entre ellas. Se fue acercando a la entrada del castaño.

-Ni se te ocurra hacer eso, eso sí que es asq-

-shhh, silencio.

Zee introdujo un dedo y empezó a mover su lengua por fuera de la entrada del castaño, así lo dilataría un poco más rápido.

-Para... Da asco. Por dios... No sigas.

Zee no le hizo caso y apartó su dedo, introduciendo su lengua. Saint se estremeció al sentir algo húmedo dentro de él.

La lengua del pelinegro empezó a moverse, lamiendo las paredes del castaño.

Saint, por más que se negara, lo estaba disfrutando, algo tan asqueroso, algo imprudente e inmoral -bueno, pueda que estuviera exagerando, pero eso le estaba gustando.-lo hacía gemir y lo torturaba.

El castaño se mordió el labio intentando no soltar ningún gemido que confirmara el placer que Zee le daba.

Dios, Zee era tan bueno con su lengua.

Y ahí estaba. La espinita. Saint sintió celos al pensar que Zee había hecho lo mismo con otra persona. Era algo tan íntimo que no se podía hacer con cualquiera.

Es obvio que Saint no era cualquiera, los demás con quien Zee había estado, sí eran cualquiera.

-Zee, bésame.-Fue una orden.

Zee lo miró.-Pero acabo de...-

-Da igual.-Saint insistió .

Zee lo besó, tan profundo, que Saint se probó a sí mismo, El castaño quería besar los labios del pelinegro y así sentir que solo era suyo y de nadie más.

El pelinegro metió dos dedos a la vez en esa estrecha cavidad, haciendo que el castaño gimiera y le mordiera el labio. Zee solto un quejido.

-Me has sacado sangre.

Saint miró la poca sangre que brotaba del labio y sonrió.

-Dame tu cuello.-Saint volvió a pedir.

Zee lo miró frunciendo el ceño y quitó los dedos dentro del castaño. Lo fue penetrando poco a poco. Mientras le daba su cuello.

Saint empezó a besar y a morder el cuello del pelinegro.

Zee lo embestía de una forma que le encantaba, cada vez más rápido. Ambos gimiendo y gruñendo.

-Zee...-Saint se aferró a la espalda del pelinegro-Maldita sea.-Zee estaba apunto de llegar. Antes de correrse salió de Saint y unió ambos penes, masturbándolos juntos.

Semen caliente salía de sus penes, haciendo que los amigos se tensaran y disfrutaran del placer.

-Dios.-Zee se dejó caer, al lado de Saint.

Su respiración era agitada.

-Zee hora si me apetece el jugo. Saint reía.
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Como terminara este par...

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