#𝐇𝐄𝐋𝐋𝐄𝐕𝐀𝐓𝐎𝐑¡! - 𝐍𝐂𝐓

#𝐃𝐎𝐒

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Jeno esperaba a su amigo. Ya había tardado más de lo normal y empezaba a preocuparse. Un minuto. Dos minutos. Tres minutos.

—Por eso no confío en ti... —dijo preocupado dando vueltas a la sala. Miró nuevamente el reloj y siguió caminando en círculos hasta que tocaron la puerta—. Hasta que te dignas a llegar —fue enojado a la puerta, sin pensarlo la abrió. Ahí estaba Jaemin, manchado con gotas de sangre por toda su ropa y rostro. Balbuceaba cosas inentendibles por el llanto y señalaba la calle—. ¿¡Qué mierda te pasó!? —gritó el rubio para que el menor reaccionara. Este tomo aire para hablar e intento tranquilizarse.

—Acabo de ver... como alguien intentaba matar a una persona —no pudo contenerse y siguió llorando.

—¿Por qué estás tú manchado en sangre? —preguntó Jeno tomando su celular para llamar a la policía y tal vez a un médico.

—La dejó con vida y escapó cuando me vio, me acerque a ver cómo estaba e intente parar su sangrado, ¡Jeno tenemos que ayudarla! —gritó Jaemin.

—Llamare a la policía, vamos a donde está la chica —afirmó el mayor—. Pero antes cámbiate, no vayan a pensar que tú fuiste... —le lanzó su mochila para que sacara otra ropa.

El lugar era cerca de la tienda, mejor dicho, era en un callejón detrás de la tienda.

—¿Cómo fue que llegaste atrás? —preguntó Jeno, colocando su capucha para cubrirse del frío.

—Escuché unos gritos, corrí para ver si todo estaba bien y ahí la vi —explicó con más calma—. Está inconsciente, llama a un hospital.

—Los policías vienen en camino —el contrario soltó un bufido.

—Jeno entiende, no lo atraparán, estaban cerca y no lo vieron —dijo enojado Na—. Llama a la ambulancia —repitió.

—Bien —sacó su celular del bolsillo y caminó algo lejos para poder hacer la llamada. Mientras tanto Jaemin checaba el pulso de la víctima. Tenía un ligero corte en la garganta, como todas las personas atacadas. Por pura suerte Jaemin llegó a tiempo.

Luces rojas y azules empezaron a ser visibles a los pocos minutos, ambos chicos miraron al frente esperando ver a la policía o la ambulancia.

—¿Qué paso aquí? —del carro salió un oficial apuesto. Al ver a la víctima se acercó a paso rápido—. ¿Llamaron a la ambulancia? —preguntó. Ambos chicos asintieron sin hacer ningún ruido. Igual que Jaemin, checó el pulso y con suerte tenía vida—. ¿Cómo la encontraron?

—Mi amigo la escucho gritar y... —antes de que continuara Jaemin le dio un codazo. El menor lo que menos quería era ir a la comisaría a describir cómo fue todo y meterse en problemas, por eso odiaba la policía— llegó hasta aquí —gruñó Jeno ignorando a su amigo.

La ambulancia se hizo presente y salieron dos médicos de esta. Hicieron una reverencia y se abrieron paso para ver a la chica desmayada. La cargaron y metieron a la ambulancia.

—¡Donghyuck! ¿Qué pasó aquí? —uno de los médicos le habló a el policía "Donghyuck".

—Al parecer iba a ser otro asesinato si no hubiese sido por este chico —puso su mano en el hombro de Jaemin y este se tensó e hizo una mueca. Jeno lo miro divertido y le sacó la lengua.

—¿Puedes quitar tu mano de mi hombro? —preguntó Jaemin enojado.

—Cálmate Nana —lo regañó Jeno riendo.

—Mañana necesito que vayas a la comisaría, tengo que hacerte unas preguntas, eres el primero en ver al asesino —mierda, justo lo que Jaemin no quería estaba ocurriendo—. Vayan ambos, si el asesino vio tu cara estarías en peligro —el menor asintió de mala gana y Jeno sonrió pensando que vería al policía que rondaba constantemente su cabeza.

—Vámonos —Na jaló al rubio lejos de el policía para irse. Al estar lo suficientemente lejos el menor bufó—. Malditos policías.

—Ya supéralo —rio al ver tan enojado a su amigo.

—Juro algún día matarte —bromeó Jaemin soltando a Jeno.

—Solo volvamos a la casa —caminó el mayor en frente.

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—¿Es cierto? ¿Alguien estuvo presente mientras intentó matar a alguien? —el jefe de policía, Taeyong, hablaba con Donghyuck mientras regresaba a la estación de policía—. Le dijiste que viniera, ¿cierto? —preguntó.

—Sí, le dije —contestó el chico al otro lado de la línea mientras manejaba.

—Cuando despierte la chica quiero que vayas a interrogarla —dijo firme para colgar. Se acomodó en su silla y tomó un sorbo a su café. Podía ser muy tarde para estar tomando café, pero no podía dormir, hacía lo posible para mantenerse despierto. Con tanto trabajo encima no tenía tiempo para dormir.

Tomó unas hojas y siguió escribiendo con su fina letra.

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