#𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐄𝐓𝐄

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Mark checó su celular por tercera vez en los últimos diez minutos, esperando una llamada de alguien. Después de que Renjun le había dicho que su cita con Jeno fue cancelada, intentó llamarle nuevamente, pero nunca obtuvo respuesta y eso le empezaba a preocupar.

¿Y si ya no quería volver a verlo? ¿Y si usó a sus amigos como excusa para no ir a la cita?

Había pasado exactamente un día desde su llamada y desde ahí Mark no sabía nada de el rubio.

—¿Todavía no contesta? —Donghyuck se acercó al escritorio del más bajo al ver que se encontraba con una mueca en sus labios. Mark negó volviendo a checar su celular— ¿No has pensado en ir a su casa? Sé que sabes dónde vive —dijo pícaro.

—¿Y si no me quiere volver a ver? —Mark miró a los ojos a su amigo. Donghyuck nunca había visto a Mark enamorado y sabía que era difícil para él.

—No digas eso, pareces niño chiquito, además ¿Quién no te querría ver?

—Tú.

—¿Quién no te querría ver que no sea yo? Venga Makku, voy contigo —Donghyuck intentó subirle los ánimos.

—Bien... —iba a empezar a condicionar a Donghyuck, cuando una tercera persona lo interrumpió.

—¿Puedo ir con ustedes? —Renjun habló algo tímido a sus espaldas.

Donghyuck se encogió de hombros y asintió.

—No hagan ninguna estupidez, por favor —bufó Mark, parándose de su silla y tomando su abrigo para salir. Donghyuck lo siguió con una sonrisa divertida en su rostro y Renjun sólo iba para investigar sobre Jeno.

La casa del rubio no estaba muy lejos, por lo que fueron caminando en completo silencio, Mark liderando el pequeño grupo.

—Aquí es —señaló el pelirojo.

Los tres voltearon su vista hacía la casa, cuya puerta extrañamente se encontraba entre abierta. Se acercaron en silencio por si lograban captar algún sonido dentro de la casa pero no se escuchó nunca nada.

Mark tomó el pomo de la puerta y la abrió por completo. La casa estaba a oscuras y completamente vacía.

—¡Jeno! —gritó Mark como si fuera su propia casa.

—Cállate ¿Y si esta durmiendo? —lo regañó Donghyuck.

—Son las tres y media de la tarde —Renjun miró confundido al moreno.

—Puede tener sueño pesado —el menor se encogió de hombros, dando un paso dentro de la casa.

Dieron vueltas por toda la casa del rubio pero no encontraron ni una alma en el lugar. ¿Entonces por qué la puerta estaba abierta? Jeno no parecía ser tan despistado como para hacer eso.

—Aquí no hay nadie... —Donghyuck afirmó lo obvio.

—¡Encontré su celular! —gritó Renjun desde la cocina.

Llegó a la sala donde estaban los otros dos policías y como era de esperarse, el celular no requería ninguna contraseña.

Renjun leyó las últimas conversaciones rápidamente ante la atenta mirada de Mark.

—Na Jaemin estuvo aquí ayer junto con el primo de Jeno —aclaró Huang, guardando el celular en su bolsillo.

—Bueno Mark, si no se puede con Jeno, intenta con el primo —bromeó Donghyuck que recibió un codazo de parte del de menor estatura.

#𝐇𝐄𝐋𝐋𝐄𝐕𝐀𝐓𝐎𝐑¡! - 𝐍𝐂𝐓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora