#𝐇𝐄𝐋𝐋𝐄𝐕𝐀𝐓𝐎𝐑¡! - 𝐍𝐂𝐓

#𝐕𝐄𝐈𝐍𝐓𝐈𝐓𝐑𝐄𝐒

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Lo único que quería Jeno era salir de ese lugar, esperar que todo haya sido un muy mal sueño y seguir con su vida y amistad con Na. Pero sabía que estaba viviendo la realidad, la muy cruel realidad que le había tocado vivir.

Moría de hambre, frío y miedo.

Tenía miedo de que Jae entrara por la gran puerta de metal, pero tenía la esperanza de que le trajera nuevamente comida. Llevaba días sin comer y se veía mucho más delgado.

—Oye, chico —susurró alguien en la silenciosa habitación. Jeno no hizo caso ya que en el tiempo que llevaba ahí nadie le había dirigido la palabra.— ¡Niño rubio! ¡Voltea! —ahora estaba seguro que le hablaban a él.

—¿Yo?

—Eres el único rubio aquí —sonrió el chico de la celda continúa. ¿Cómo podía sonreír en una situación así?— ¿Conoces a Jaemin? —preguntó refiriéndose a su ex mejor amigo.

—Ah... Sí, era mi mejor amigo.

—¿Y qué haces aquí? —no estaba seguro de querer contarlo. Todavía le dolía demasiado como para contarlo así nada más.

—Bueno... Yo no sabía nada de esto hasta el día que llegué —empezó explicando—, actuaba como un chico tímido y normal a mi parecer.

—¿Cuándo conociste a Jaemin? —preguntó el pelinegro.

—Es una historia larga...

—¿Tienes algún lugar al que ir? —interrumpió. Jeno asintió, dándole la razón y suspiró para empezar su relato.

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Hace 4 años...

Jeno estaba nervioso. Era su primer día en la preparatoria como estudiante de nuevo. No conocía a nadie y realmente no pensaba que alguien le hablaría en el primer día. Caminaba por los pasillos llenos de gente que hablaban en grupos. Algunas de las conversaciones ajenas las entendía pero otras eran completamente desconocidas.

En lo más profundo del pasillo se podía ver mucha gente reunida riendo y gritando cosas que no entendía. Se acercó un poco para ver que era lo que pasaba. Con empujones logró pasar entre la gente hasta ver con claridad lo que pasaba al centro.

Un chico alto pelinegro estaba jalando de el pelo a un chico más bajo que él y que le gritaba cosas. Jeno difícilmente entendía el por qué.

—¿Por qué le hacen esto, por qué no lo ayudan? —pronunció el —para ese entonces— castaño y una chica a su lado lo miro incrédula.

—Es gay, se lo merece —respondió con diversión en su voz. 

Obviamente Jeno se molestó, demasiado. Apenas era el primer día y ya todo iba mal. Estuvo apunto de ponerse en medio de ambos chicos para que el golpe que iba a impactar con el rostro del castaño impactara con él, pero la campana lo detuvo. El pelinegro paró sus golpes y la gente se empezó a dispersar hasta quedar el castaño y él solos.

—¿E-estas bien? —se acercó Jeno para ver si el —en ese entonces— castaño no se había roto ningún hueso o algo.

—No te preocupes, solo son moretones —sonrió el chico adolorido.

—¿Te llevo a la enfermería? —preguntó alterado Lee. ¿Por qué el chico en frente de él no hacía nada al respecto?

—No, de verdad no es necesario, estoy bien ¿Eres nuevo cierto?

—Oh cierto, si soy nuevo, me llamo Lee Jeno —se presentó con una sonrisa.

—Na Jaemin

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—Desde entonces hemos sido muy buenos amigos, no sé que pasó con el Na Jaemin que conocí —terminó la historia con una sonrisa melancólica.

Sonó un ruido muy fuerte, el cual llamo la atención de los dos chicos conversando. Hubo un silencio incomodo y después el rechinado de la puerta de metal abriéndose bruscamente. Jaemin entro con su semblante serio y recorrió toda la habitación hasta el final de esta donde se encontraban unos cajones.

—¿Qué haces? —preguntó preocupado el rubio al ver que su amigo sacaba muchos tipos de armas.

—Me tengo que ocupar de alguien —contestó seco.

—¿De quién? —preguntó calmado, pero al no recibir respuesta tuvo que gritarle—. ¡¿Na, de quién te vas a ocupar?! —gritó.

—¡Kim Dongyoung! —le gritó de vuelta.

Jeno se quedó pensando un momento, conocía ese nombre pero no recordaba de donde. De pronto recordó un platica que tuvo con Jeno en la que le comentó sobre el novio de su jefe Lee Taeyong, cuyo nombre es Kim Dongyoung, pero todos le decían Doyoung.

—¿Doyoung? ¿El novio de Taeyong? —Jaemin asintió con un leve movimiento de cabeza mientras seguía concentrado buscando en el cajón—. ¿Jaemin qué estás planeando? ¡No se te ocurra matarlo! —regañó Jeno agarrando las barras de su celda.

—¡Cállate de una maldita vez! —Jeno sintió su corazón comprimirse al escuchar a su amigo gritarle de esa manera.

—¿Qué ya nuestra amistad se fue a la mierda? —dijo llamando la atención de el castaño.

—¿De qué hablas?

—No te hagas como si no supieras. Años de una muy buena amistad y como siempre abandonas todo por tus malditos caprichos. En la preparatoria fui el único que se quedo apoyándote y siempre estuve a tu lado en las buenas y en las malas. ¿Acaso esos días no importaron? ¿Ya los olvidaste? —lágrimas empezaron a amenazar con salir de sus ojos—. ¿Al final de todo esto también me vas a matar? Las cosas que pasamos juntos no significaron nada y lo tengo más que claro.

—Tú fuiste el que se acercó a mí en primer lugar —se acercó caminando a la celda de Jeno con notable dolor en su mirada.

—Si nuestra amistad no valió nada, mátame ahora —dijo Jeno con su semblante serio. El ambiente se tensó demasiado, las respiraciones pesadas de ambos chicos era lo único que se escuchaba. Jaemin se volteó dando la espalda a Jeno y suspiró.

Na saco una pistola, jaló el gatillo y con su perfecta puntería la bala estalló justo en el brazo izquierdo de Jeno, provocando un grito desgarrador. La gente que presenciaba la escena se encogió en sus lugares, asombrados por las acciones del pelinegro.

Jeno intentaba parar su sangrado mientras lloraba por el insoportable dolor.

—Jódete Jaemin, jódete... —maldecía Jeno entre sollozos.

—Deberías estar felíz de saber que nuestra amistad si valió de algo, no te maté —dijo por último, tomó otra pistola y un cuchillo demasiado filoso del suelo—. Si me disculpas Kim Dongyoung me espera.

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