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Ya habían pasado 3 días desde el último asesinato. Las calles se encontraban casi desiertas. Y en las noches no había ninguna alma.
Aunque a Jaemin ya le picaba la garganta por matar a alguien, su "nuevo trabajo" no lo dejaba estar tranquilo.
Jisung no entendía la razón de el estrés del mayor, bueno el llevaba mucho más tiempo trabajando ahí y ya estaba acostumbrado pero igualmente veía a su empleado muy atareado con esto.
—¿Seguro no necesitas un descanso? —era la tercera vez que le preguntaba y siempre recibía la misma respuesta.
—Estoy bien, poco a poco le agarro al ritmo —sonrió, como siempre hacía y siguió atendiendo gente. Jaemin lo veía divertido mientras él escribía unas cosas en su libreta mientras una chica con su hija hacía su pedido—. Un chocolate caliente y un expreso —no se dio cuenta cuando el pelinegro ya estaba entregándole la hoja en frente suyo.
—Mmm... Oye Jaemin —tomó la hoja entre sus manos y leyó nuevamente lo que decía. Pensando en sus siguientes palabras agarró todos los materiales que necesitaba para preparar las bebidas—, mañana no abriré la cafetería, tengo que comprar algunas cosas que faltan así que puedes tomarte el día.
—¿¡De verdad!? —Jaemin gritó llamando la atención de los clientes. Finalmente podría tomarse un descanso y pensar en su siguiente atentando. Se removió con felicidad y brincó en su lugar emocionado. Jisung realmente encantado con la actitud infantil de ese chico.
—¡Hola Jisung! —otro cliente entró por la puerta de cristal y Jaemin tuvo que parar a su emoción. Cabizbajo y algo avergonzado de sí mismo, entregó las ya preparadas bebidas.
—¿Por qué no me llamaste me preocupe? —Jisung corrió a abrazarlo. El menor se apartó y miró a Jaemin un segundo.
—¿Lo contrataste?
—No me cambies de tema, ¿Qué paso contigo?
—Oh... Perdí mi celular y no tenía cómo hablarte —habló avergonzado con un leve sonrojo en sus mejillas.
—Ven te preparo algo —ofreció Jisung ignorando el leve rubor del mayor, ya estaba acostumbrado a eso y se le hacía demasiado tierno.
La platica entre los dos chicos era calmada involucrando varias risas de ambos. Ningún cliente había entrado hasta el momento lo que dejaba algo de descanso a Jaemin el cual estaba siendo ignorado.
—¿Quién es él, Sung? —insistió nuevamente el mayor.
—Oh, cierto, Jaemin —llamó su atención moviendo su mano—, ven un momento.
Jaemin se paro desconectando los audífonos de su celular y guardándolos en la bolsa de su suéter.
—Te presento a Chenle un amigo mío —comentó su jefe.
«Chenle, ya te encontré».
—¿Chenle? —preguntó Jaemin para asegurarse de estar viendo al correcto.
—Sí —Dijo tímido.
—Un gusto —sonrió el pelinegro y extendió su mano para estrecharla con el menor que no dudo ni un segundo en tomarla y sonreír de vuelta.
—Lo veras por aquí mucho por lo que creo que seria buena idea que se conozcan... ¿Qué les parece? Yo atenderé a los clientes mientras tanto —Jisung propuso esa idea con una sonrisa en su rostro.
—Claro —los menores dijeron al mismo tiempo.
Jisung pidió la libreta de Jaemin y éste se la entregó junto con la pluma alejándose para atender a algún cliente que acababa de entrar.
—¿Cómo te llamabas? —repitió el menor.
—Zhong —pronunció Jaemin en un hilillo de voz.
—¿Cómo dijiste? —el corazón del menor se aceleró demasiado. Jisung nunca había mencionado su apellido ¿Había escuchado bien?
—Zhong —repitió más seguro. Chenle abrió su boca para preguntar algo pero las palabras no salieron estaba muy confundido—. No podemos hablar aquí, ve a el elevador en... —Jaemin miró su reloj calculando a qué hora debía regresar a su casa del trabajo.
—¿Dos horas? —interrumpió el menor con una sonrisa divertida, cualquier rasgo de inseguridad había desaparecido de su rostro.
—¿Cómo sabes?
—Yo sé a que hora cierran la cafetería. Ahí te veo... Zero
—Jaemin —corrigió—. En la calle llámame Jaemin, en trabajo todo es lo mismo —dejó en claro.
—Claro Jaemin —el menor tenía un millón de dudas, tal vez podría resolverlas dentro de unas horas... O tal vez no, JM.Zero era un jodido misterio.
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Jeno no se atrevía a salir de casa como si de un apocalipsis zombie se tratase. Tenía las noticias puestas en la televisión «como siempre» esperando a algo importante.
Todavía no recibía ninguna llamada de su primo y eso le preocupaba más, ¿Y si le había pasado algo? Él era la única pequeña esperanza que tenía para encontrar la razón de su aislamiento.
Tomó una palomita del plantón situado en medio de la mesa. Tenía cerca de veinte cobijas encima mismo para cubrirse de el espantoso frío que hacía, algo inusual para la época del año.
Agarró con ambas manos la taza caliente de café y dio un pequeño sorbo.
Jeno realmente se preguntaba si los policías podrían atrapar a JM.Zero, hasta el momento no lo habían hecho.
—Los policías no lo atraparan —las palabras de Jaemin resonaron en su cabeza una y otra vez. Odiaba la poca fe de su amigo.
Una sonrisa se dibujó en su rostro cuando se lo imaginó en la misma situación de miedo que él.
Tras unos minutos de que en las noticias no hubiera nada interesante el sueño se apoderó de Jeno después de no haber dormido nada la noche anterior.
Apagó el televisor y camino arrastrando sus cobijas escaleras arriba. Se tumbó en la cama mirando el techo sin pensar en nada. Pura tranquilidad.
Sus ojos le empezaban a pesar y dejó de poner resistencia en estos.
A los segundos su respiración se calmó al igual que los fuertes latidos de su corazón dando a entender que ya estaba profundamente dormido.
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#𝐇𝐄𝐋𝐋𝐄𝐕𝐀𝐓𝐎𝐑¡! - 𝐍𝐂𝐓
Fanfiction«[死亡]»: 𝗗𝗼𝗻𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗮𝘀𝗲𝘀𝗶𝗻𝗮𝘁𝗼𝘀 𝘀𝗲 𝘃𝗼𝗹𝘃𝗶𝗲𝗿𝗼𝗻 𝗮𝗹𝗴𝗼 𝗰𝗼𝗺𝘂́𝗻 𝗲𝗻 𝗹𝗮𝘀 𝗰𝗮𝗹𝗹𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗦𝗲𝘂́𝗹. 𝗤𝘂𝗶𝘇𝗮́𝘀, 𝗹𝗮𝘀 𝗿𝗲𝘀𝗽𝘂𝗲𝘀𝘁𝗮𝘀 𝘀𝗲 𝗲𝗻𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗿𝗲𝗻 𝗯𝗮𝗷𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗽𝗼𝗿 𝘂𝗻 𝗲𝗹𝗲𝘃𝗮𝗱𝗼𝗿. -¿...