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Taeyong junto con Donghyuck esperaban pacientemente a los dos chicos de la noche anterior. Ambos tenían notables ojeras por quedarse despiertos hasta muy tarde la noche anterior haciendo su trabajo.
—Donghyuck vete a casa, yo los interrogaré... —habló el mayor acomodando su corbata nuevamente mientras se miraba al espejo de su oficina.
—Este es mi caso, y estoy dispuesto a quedarme despierto días si es necesario —respondió Lee a su jefe mirando la hora en su reloj. 9:37 a.m. Los chicos no debían tardar en llegar.
Esperaron diez minutos, mas sin moverse de sus asientos. Cada uno absorto en sus pensamientos hasta que tocaron la puerta.
—Jefe Lee... —entró un joven haciendo una reverencia—. El testigo y otro muchacho lo esperan afuera...—ambos policías intercambiaron sonrisas y siguieron a el menor.
Na Jaemin estaba recargado en una pared y Jeno le hablaba de su amor platónico con uno de los policías de la estación. El menor no prestaba atención. Estaba perdido en sus pensamientos, muy serio.
—Na Jaemin, Lee Jeno... Soy Lee Taeyong, jefe de policía —se presentó haciendo una reverencia a los menores los cuales siguieron su acción—. Ya conocieron a Lee Donghyuck... Él es el encargado en los asesinatos que están ocurriendo —Jaemin no pudo evitar hacer una mueca. Pues claro, era el mismo policía molesto de la noche anterior.
—Pasemos por acá —el apuesto jefe los guio por unos pasillos hasta llegar a una habitación con una mesa en el centro.
—Na... Por favor pasa —abrió la puerta, dejando pasar al joven con una mirada cargada de nervios.
—Por favor, espere afuera —Donghyuck se adelantó antes de que el rubio entrara junto con su amigo. Este asintió algo desanimado. No era su culpa ser curioso, todos lo somos, quería saber que había visto su mejor amigo.
—Na Jaemin, 19 años, 13 de Agosto del 2000. Estudiaste en Japón... Naciste en Corea... —empezó hablando Taeyong.
—¿Cómo sabes todo eso? —preguntó el menor. Él nunca había revelado nada de su información.
—Soy policía... —recalcó lo obvio—. Cuéntame Jaemin, ¿Cómo te acuerdas que sucedió? —preguntó, dejando los papeles con la información del menor en la mesa.
—Iba por comida a la tienda cuando escuché gritos por detrás de la calle. Sólo fui a ver si no pasaba nada malo y cuando llegué había un joven intentando matar a la chica —empezó a contarlo como se acordaba.
—¿De cuántos años se veía el joven?
—Como de... Mi edad, talvez mayor —contestó Jaemin.
—¿Estaba cubierto de la cara? —preguntó, anotando todo lo que Na decía.
Unas cámaras grababan absolutamente todo lo que pasaba en la habitación desde diferentes ángulos. En otra habitación estaban Donghyuck y Jeno viendo todo a través de esas cámaras, escuchando todo.
—Creo que no —contestó después de un momento de silencio.
—¿Te acuerdas de cómo era?
—No, corrió antes de que pudiera verlo bien.
—¿Algún otro detalle que te acuerdes?
—Dejo una carta, con una palabra escrita —de su bolsillo sacó una hoja doblada, extendió su mano para dársela a Taeyong y este la tomó.
«JM.Zero».
—JM.Zero... ¿Qué es esto? —preguntó Taeyong mirando confundido a Jaemin. Éste se encogió de hombros y miró a otra pared.
—Pensé que podía ser útil —afirmó.
—Sí, esta perfecto... Bueno Jaemin si vuelves a verlo recuerda marcarnos.
—Claro —obviamente no lo haría, pero no le diría.
—Cuando despierte la víctima le haremos las mismas preguntas que a ti, talvez ella le vio la cara —Jaemin sonrió forzado y ambos salieron de la pequeña habitación negra encontrándose en la entrada con Jeno y Donghyuck.
—Ves cachetón, no era tan difícil y "desesperante" como dijiste que iba a ser —agregó el rubio.
Jaemin hizo un puchero con sus labios y Donghyuck sintió ternura por el chico frente a él.
—Cuídense y no salgan tarde en la noche —Taeyong hizo una reverencia para despedirse y seguir trabajando.
Los menores se alejaron un poco y un policía con el cabello de un llamativo color rojo, pasó frente a ellos llamando su atención, principalmente la de Jeno.
—Oh, ¡Mark! —gritó el rubio para llamar la atención de el policía.
—¡Jeno!
«¿De dónde se conocen los dos?».
—¿Cómo vas con los casos de desaparición? —preguntó jugando con sus dedos nervioso.
«¡Claro! Él es el amor platónico de Jeno».
—Es cansado, pero estamos avanzando, poco a poco los encontramos —sonrió cerrando ligeramente sus ojos—. Tengo trabajo que, hacer cuídense.
—¿Qué te gusta de él? —preguntó Jaemin ya estando fuera de la estación.
—No lo sé, sólo me encanta —caminaba dando leves saltitos demostrando su emoción. Na rodo sus ojos y sonrió ladino.
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Taeyong no entendía. ¿Por qué JM.Zero? ¿Qué clase de pista era esa? De cualquier punto que lo veía, no tenía ningún sentido.
No era ninguna dirección, ningún código. Tal vez no era nada y Jaemin lo tomó por equivocación, pero no era nada, no era una pista.
Se estaba saltando algo muy grande, algo faltaba. Sentía al culpable tan cerca pero tan inalcanzable y astuto, que hacía que le doliera la cabeza de solo pensar en él.
Aflojó un poco la corbata que tenía puesta y se recargó en el respaldo de su silla.
—JM.Zero... ¿Qué es eso..? —sonrió al pensar que sólo era una distracción. Alejó el papelito con las palabras escritas y se concentró en otro caso.
Tocaron la puerta y sin esperar respuesta entraron.
—La víctima despertó, suponemos que esta lista para ser interrogada y hablar sobre lo que se acuerde de lo ocurrido —el mismo joven que había entrado horas atrás estaba en la puerta.
—Dígale a Donghyuck que se encargue —mandó Taeyong y el joven desapareció nuevamente dejando la oficina en silencio.
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#𝐇𝐄𝐋𝐋𝐄𝐕𝐀𝐓𝐎𝐑¡! - 𝐍𝐂𝐓
Fiksi Penggemar«[死亡]»: 𝗗𝗼𝗻𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗮𝘀𝗲𝘀𝗶𝗻𝗮𝘁𝗼𝘀 𝘀𝗲 𝘃𝗼𝗹𝘃𝗶𝗲𝗿𝗼𝗻 𝗮𝗹𝗴𝗼 𝗰𝗼𝗺𝘂́𝗻 𝗲𝗻 𝗹𝗮𝘀 𝗰𝗮𝗹𝗹𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗦𝗲𝘂́𝗹. 𝗤𝘂𝗶𝘇𝗮́𝘀, 𝗹𝗮𝘀 𝗿𝗲𝘀𝗽𝘂𝗲𝘀𝘁𝗮𝘀 𝘀𝗲 𝗲𝗻𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗿𝗲𝗻 𝗯𝗮𝗷𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗽𝗼𝗿 𝘂𝗻 𝗲𝗹𝗲𝘃𝗮𝗱𝗼𝗿. -¿...