#𝐂𝐀𝐓𝐎𝐑𝐂𝐄

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Muy temprano por la mañana Doyoung se despertó de golpe al creer haber escuchado un grito agudo pero lejano.

—Fue una pesadilla —suspiró hablando para sí mismo. Salió de su cómoda cama y se colocó las pantuflas que estaban a un lado de esta. Caminó con pesadez mientras arrastraba los pies hasta llegar a su pequeña cocina. Tomo un vaso y empezó a verter agua dentro de este hasta que estuviera lleno. Todo estaba en completo silencio, como era normal en el departamento.

Dos gritos más, algo largos pero no tanto. Eso fue lo suficiente para hacer que Doyoung escupiera el agua que había tomado encima de su pijama azul.

—¿Qué mierda fue eso? —algo asustado dejó el vaso en una barra de madera y caminó a una pequeña ventana a un lado de la puerta para asegurarse que todo estuviese bien.

Como se lo esperaba, no vio nada, ni se volvió a escuchar ningún otro grito. Talvez, su mente le había jugado una muy mala broma otra vez, como de vez en cuando lo hacía.

No era la primera vez que se despertaba a altas horas de la noche por haber escuchado algo "inusual" que terminaba siendo absolutamente nada. Pero todas esas cosas de escuchar cosas que en realidad no eran nada, habían empezado desde que se mudó a su departamento actual. Además, Do tenía el sueño ligero y cualquier sonido por más pequeño que fuera, lo podía despertar fácilmente.

Regresó a su pequeña habitación en silencio, en caso de que algún otro ruido se presentara.

Dejó sus pantuflas acomodadas en el mismo lugar de donde se las había puesto y se sentó en su cama bostezando. Le llegó una notificación en su celular que hizo que la luz se reflejara en su rostro. En vez de ver de qué se trataba el mensaje recientemente recibido, miro la hora. 5:28 am.

—Tengo mucho tiempo más para dormir —sin pensarlo dos veces, se tumbó en su cama, cubriéndose con las cobijas a su alcance para taparse del creciente frío.

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Lee Taeyong era estricto con todos, siempre poniendo más y más tareas a cada uno, a veces sin dar descansos muy prolongados. No le gustaba tener que estar gritando una y otra vez los nombres de sus trabajadores.

Todo le generaba un dolor de cabeza insoportable. Muerte tras muerte, desaparecido tras otro. Todo era un caos.

Sólo deseaba llegar a su casa, acostarse en su cama y disfrutar de ella hasta que se sintiera nuevamente bien. Pero por cada vez que Mark y Donghyuck entraban por la puerta de su oficina su deseo se alejaba millones de veces más.

—¡Mark! —gritó por quinta vez en los últimos diez minutos.

—¿Sí? —el pelirrojo entró con el cabello despeinado y notables ojeras en sus ojos por el cansancio.

—Toma un descanso y dile a tus chicos lo mismo... —se rindió Taeyong, finalmente.

—No Taeyong, déjame seguir yo... Nosotros...

—Basta, están cansados, así no harán bien su trabajo.

Mark permaneció unos segundos en silencio para después hacer una reverencia y salir de la oficina.

—El jefe acaba de anunciar que tomemos un descanso —al regresar anunció fuertemente.

Todos suspiraron cansados relajándose en sus sillas.

—Quiero que vayan a sus casas y descansen, los quiero mañana a las 6:00 de la mañana para seguir con su trabajo, vuelvan con cuidado —aclaró sentándose en su silla.

Poco a poco la sala se fue despejando hasta que Mark se encontraba solo en esta.

—¿Qué paso aquí, donde están todos? —Donghyuck entró viendo a Mark solo trabajando con su computadora.

—Taeyong dijo que descansaremos, ¿A ustedes no les dijo nada?

—Me acaba de llamar, seguro es eso... —caminó de una esquina de la sala a la otra—. ¿Tú no te vas a ir? —preguntó nuevamente. El canadiense negó sin despegar su vista de la pantalla.

El más alto entró a la oficina de Taeyong y como ya se lo esperaba, le pidió que tomara un descanso.

Mark estaba dispuesto a quedarse el tiempo que fuera necesario. Y Donghyuck también. Estaban seguros que se quedarían en la estación con tazas de café para el sueño, papeles en mano y sus computadoras prendidas hasta que encontraran por lo menos una pista de quién es JM.Zero. El problema es que ambos realmente estaban cansados y Taeyong tenía razón, no harían su trabajo bien de esa manera.

—Me prepararé otro café, ¿Quieres? —El más alto preguntó, a lo que Mark asintió con una sonrisa cansada.

Estaba frente la máquina de café cuando Donghyuck se perdió en sus pensamientos.

¿Qué será de "Na Jaemin"? Sabía que debía estar buscando a ese tal JM.Zero, pero de pronto se acordó del pelinegro. La primera vez que lo vio, aunque ante el se mostró algo frío, se le hizo muy tierno como sus mejillas se pusieron rojas al estar enojado; o eso parecía.

Y su amigo, el rubio, si había ido a la estación de policía una o dos veces a visitar a Mark. No sabía de donde pero Jen y Mark parecían amigos de toda la vida o hermanos. Jeno era de las pocas personas con las que Mark decía oraciones de mas de tres palabras y obviamente Donghyuck sabía el porqué.

—Esta muy caliente ten cuidado —advirtió el menor— Makku, ¿Cuándo volverás a ver a Jeno?

—Mañana, lo invité a... Un lugar —sus mejillas se tornaron de un color rojo pero su expresión seguía seria.

—¿Cuánto tiempo estarás fuera?... Sabes, para que Tae no se ponga histérico —rio Donghyuck, seguido por Mark.

—No mucho, es para sacar información acerca de Jaemin.

—¿Jaemin?

—Sí... No confío mucho en él.

—Se ve inofensivo no creo que hasta el momento haya salido de su casa.

—Mmm, tal vez, pero prefiero estar seguro. Tomaré esta salida con Jeno como una cita de trabajo así que Taeyong no tiene que preocuparse por nada.

—No tiene que ser de trabajo, disfruta tu tiempo con Jeno y que sea una "cita" normal —levantó sus cejas incomodando al más bajo.

—Basta, mejor ponte a trabajar —evitó la conversación—. Donghyuck...

—Dime.

—¿Es muy obvio que me gusta?

—Realmente no, haces un buen trabajo ignorándolo —le guiñó un ojo.

No volvieron a cruzar palabras otra vez. Y tampoco estaban completamente concentrados en lo que hacían. Uno pensaba en un lindo rubio y el otro pensaba en porque desconfiar de Jaemin.

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#𝐇𝐄𝐋𝐋𝐄𝐕𝐀𝐓𝐎𝐑¡! - 𝐍𝐂𝐓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora