Una cita para la boda

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Veo la invitación y parece un insulto para mi, Trish y Nathaniel me invitan oficialmente a su boda, me parece casi ridículo que lo hagan, teniendo en cuneta nuestra relación, pero al parecer ser hija de Quentin Sting es una parte fundamental para ellos, no pueden arriesgarse a perder terreno por mi, aunque no creo que sea algo que haría, no perjudicaría a nadie por un capricho.

Guardo la invitación y de una manera que desconozco, me concentro en trabajar, los diseñadores y Robert están atentos al nuevo taller que hice instalar, quiero que haya un área adecuada de trabajo, así como solo quiero pensar en mi trabajo. No he visto Luka desde que hablamos en su casa, hace ya tres días, me pregunto si está con su asistente ahora, claro que lo está, no puede solo dejarla, la necesita de una manera.

Todo lo que dijimos me hizo bien, quiero decir, ambos sabemos que hay sentimientos encontrados, pero que ahora mismo, debemos hacer otras cosas, como yo, debo organizar una nueva colección para dentro de unos meses, así como he estado trabajando en la tienda física, mi madre también me esta ayudando con eso, así como yo he estado atenta, no he tenido tiempo o no he querido hacerlo para pensar en que necesito hacer o sentir para perdonar a Luka.

-Hola, ¿puedo pasar? -dice una voz masculina en la puerta, al verlo sonrio, Cameron.

-Claro, pasa -le digo y le ofrezco un asiento. - ¿A que me debo tu compañía?

-Bueno, como sabes, tengo que cumplir con turnos en mi trabajo, he terminado y me gustaría invitarte a comer o a un café, lo que te convenga más.

-Eso es muy dulce, gracias -digo y siento mis mejillas sonrojadas. -El café no me gusta, pero muero de hambre, podría darme unas horas para comer algo.

-Vaya, ya me había asustado, no soy bueno con el rechazo -dice y pone una mano en su pecho con dramatismo. -Vamos, señorita.

Sonrio y tomo mis cosas, es inevitable pasar un buen rato con Cameron, es bastante divertido y amable como para negarme a pasar unas horas con él, es bastante tranquilo, nada intenso, lo que me gusta bastante, ya he lidiado con muchas emociones intensas. Salimos del edificio y él nos dirige a un auto negro, es un Audi nuevo, lo que me indica que es una persona dedicada en su profesión. Subimos a su auto y conduce a un restaurante que no conozco, suelo frecuentar más a los Reinoso que otros lugares de la ciudad, tal vez deba hacerlo más seguido, estar en lugares nuevos siempre es un reto, pero me agrada.

El restaurante tiene dos pisos, subimos al segundo, a una terraza que da una vista bonita de la ciudad, nos sentamos y nos traen la carta, la comida es italiana, genial.

-¿No te gusta la comida italiana? -dice Cameron apenado. -Podemos irnos si gustas.

-No, no, está bien -digo y me siento un poco tonta. -Pediré vino blanco y rissoto, gracias.

El camarero toma rápido la orden y se retira, Cameron parece atento a todo lo que hago, lo que me da la impresión que le he causado una imagen de algo, no sé de que, pero no es normal que me mire así.

-¿Que pasa? -le pregunto para saber que soy para él.

-Nada, es solo que me he dado cuenta que eres muy guapa sin todo el asunto del collarín y la ropa deportiva -dice y parece serio. -Perdona.

-No pasa nada, es un lindo cumplido -digo sin evitar que mis mejillas se sonrojen. -Tú también te ves bien sin tu bata de doctor.

-Oh no, yo creía que me veía mejor con ella -hace una mala cara y después sonríe. -A pesar de ser tu médico, no sé mucho de ti, al menos no hemos hablado mucho de nosotros.

-Tienes razón, no nos conocemos mucho -digo y bebo del agua en la mesa. -¿Como son tus padres?

-Maravillosos, podría decir, mi madre es maestra de secundaria y mi padre también, aunque él lo es de universidad -dice y parece orgulloso de sus padres. -Ambos son increíbles, siempre me han apoyado, sobretodo cuando decidi mi profesión.

Until You Forget MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora