Si, si te conozco, lamentablemente

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LUKA

Al bajar del avión lo primero que pienso es en ir y buscar a Amy al hospital, pensar en el daño que se causo y en lo mucho que yo la necesito me hacen pensar en volver como si nada hubiera pasado, pero sé que las cosas no funcionan así. Le he mandado unos girasoles, no son rosas blancas, pero quiero hacerle ver que aunque no sea lo que es predecible, yo siempre estaré para ella, tambien sé que enviar una nota por computadora no es tan especial como una escrita a mano, pero he sido sincero.

Camino por el aeropuerto y voy por mi maleta, se supone que mi nueva asistente vendrá por mí, ella es de Londres y ha comenzado a vivir por aquí, ahora no tengo auto y mi motocicleta no es adecuada para cargar mis maletas, por lo que le pido que pase por mí. Antes de que Nicoletta me hiciera perder todo, tenía una asistente en la empresa que era de mi padre, son de gran ayuda, pero a esta mujer no la conozco de nada, solo espero que pueda cumplir bien con su trabajo.

Salgo del aeropuerto y le llamo, ella contesta al instante y parece emocionada.

-Buen día, estoy en el área de taxis -dice y camino en esa dirección. -Es un auto azul, un Honda.

-De acuerdo, gracias.

Soy cortante y camino en esa dirección, mis maletas son ligeras, deje la mayoría de mis cosas en casa, solo empaque para unos días, los días del juicio. Para mi suerte, mi abogado, que es amigo mío de la infancia, supo llevar el caso y todo lo que me correspondía ha vuelto a mi, aunque renuncie a mi derecho de dirigir la empresa de mi padre y solo soy dueño de acciones, mi hermano pude tenerla, yo ahora tengo la mía y tengo que reconocer que sin la ayuda de mi dulce Amy, no seria nada, venir aquí me ha abierto muchas puertas y por eso tengo que trabajar aquí lo más posible, además de que quiero tener mi estancia permanente aquí, quiero quedarme para el día que Amy me acepte de regreso, no tener que irme o hacerla irse.

Veo el Honda azul y a una mujer recargada en él, usa una falda larga y una chaqueta, abajo usa un top y sus ojos se ocultan por los lentes de sol, su cabello está agarrado en una coleta, es de color castaño obscuro, me parece un poco atractiva, aunque claro que no tanto como Amy Sting.

-Hola señor Bradamanti -me dice y me da la mano. -Es un placer, soy Megan Dean, en verdad es un placer.

-Igualmente para mi -le digo y suelto su mano al instante. -¿Puedes abrir el maletero, por favor?

-Claro, perdón -dice dejando de observarme y con las llaves abre el maletero.

Meto mis maletas y vuelvo a cerrarlo, mi asistente, Megan, asiente al ver que termine y sube al auto, yo hago lo mismo, solo que subo de copiloto y me pongo el cinturón de seguridad, al hacerlo me pregunto si Amy usaba cinturón cuando tuvo el accidente, muchas preguntas están en mi cabeza, pero la que más me molesta es, ¿A dónde iba esa noche? Me atormenta saber que soy causante de que ella esté peor después de que se enterara de la verdad, solo quiero que se recupere.

-¿Nos dirigimos directo a la dirección que me indico? -me pregunta mi asistente atrayendo mi atención. -¿O tiene planeado ir a algún otro lugar?

-No, directo a la casa, gracias, señorita Dean -digo y ella enciende el auto.

La lluvia aparece de la nada y mi asistente se quita los lentes de sol, cuando en un alto me voltea a ver y al fin la veo a los ojos, siento que me paralizó un poco, sus ojos son casi azules, son parecidos a los de Lorenzo, los ojos de mi hermano no son tan azules como los míos, sino que tiene el asombro de ser azules, cuando en realidad son grises, los ojos de mi padre eran gris claro, pero yo en cambio, parezco tener el azul de Hanna.

-Me gusta el color de tus ojos -me atrevo a decir con la intención de averiguar más el parecido. -¿Alguien en tu familia los tiene igual?

-Gracias -dice mi asistente y se apena. -Mi madre tiene ojos azules, muy azules y mi padre de un verde raro, creo que la mezcla los hace verse entre gris y azul.

Until You Forget MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora