Dandelion

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SEÚL, COREA.
25 DE ENERO DEL 2015

Cuando el primero golpe sonó, Jisung se despertó con rapidez. Se quito las sabanas y fue directo a ponerle seguro a la puerta. Los gritos de sus padres se unieron en cuanto volvió a la cama, volviendo a tomar las sabanas y cubriendo completamente su cuerpo con la respiración agitada. Era de esperarse que sus padres estuvieran discutiendo, había reprobado un examen.

Los gritos de su padre aumentaron al otro lado de su cuarto y solo causo que buscara su celular entre las cobijas, se colocó los audífonos para después subir la música a todo volumen. Cerro los ojos y susurro millones de veces que todo pasaría rápido.

Los padres de Jisung se casaron por un matrimonio forzado cuando eran jóvenes, al principio todo fue una molestia pero todo empeoro cuando su madre, Haesoo, quedo embarazada. Ella no quería tener un hijo pero la madre de su esposo la obligo, porque todas las críticas vendrían hacia ellos.

Desde el inicio, Jisung nunca tuvo el amor y atención de sus padres, sus únicos recuerdos de pequeño era ser cuidado por alguna señora o estando estudiando tan tarde en la escuela ya que sus padres siempre estaban ocupados. Ni siquiera a corta edad tenía tiempo para ser amigos.

Cuando Jisung cumplió los cinco años hizo su primera fiesta de cumpleaños pero nadie llego y sus padre no le creyeron cuando él decía que dos personas habían asistido, pero solo dieron por hecho que eran mentiras de niños.

Su segundo cumpleaños fue igual, nadie llego. Ni cuando cumplió los seis y se rindió en el siete. Esperaba que sus padres llegaran a casa para celebrar con él, pero Jisung solo se enfocaba en mirar el pastel con una triste expresión que en segundos se terminaba en lágrimas.

Las noches se volvieron largas cuando cumplió los once años. Las peleas de sus padres aumentaron de sobremanera cuando su madre pidió el divorcio, su padre no quería aceptar esa decision y al final fue un tema perdido.

Fue ahí cuando el primer golpe quedo marcado en su cuerpo, solo por una pequeña travesura que le costó bajar de nivel en la escuela. Jisung supo desde ese momento que no era como los demás. Sus compañeros podían divertirse viviendo su infancia mientras que si él se atrevía hacerlo podría ser regañado.

Por eso había tenido la idea de encerrarse en su cuarto, de alguna manera siempre funcionaba en esos momentos.

Jisung sollozo en silencio, aguantando cualquier sonido fuerte que pudiera salir de su boca. Se llevó sus rodillas hasta su pecho y escondió su rostro deseando tener una vida mejor.

Esta es mi nueva historia que honestamente ya queria subirla después de tanto ajdjaj. Espero que les agrade mucho ^^