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Cuando Doyoung regreso, Jisung seguía moviendo el cuerpo de su amigo como si en cualquier momento volvería de vuelta, jalándolo e implorando entre gritos desgarradores.

Taeyong se acercó con Doyoung, pero este no se atrevió a mirarlo. Ni siquiera se atrevía a confesarle del libro.

─ ¿Estas bien? ─pregunto Tae al verle la sangre en su rostro pero bajo la mirada hasta sus manos vacías y comprendió todo. Los pensamientos se detuvieron al igual que su respiración─. No puede ser...

─Salgamos de aquí. ─llevo su vista al menor─. ¡Jisung, vámonos, rápido!

Tenia en mente ir con el dios del destino, tenia que haber una solución a todo esto. Se apresurarían e irían al inframundo. Jisung quiso ir corriendo con ellos en busca de que lo ayuden pero en cuanto se levanto con cuidado de dejar el cuerpo de su amigo, su cuerpo temblo más de lo normal. Dio pasos hacia sus ángeles pero se detuvo en seco cuando un escalofrío apareció en la parte de su brazo izquierdo. Lo alzo ante sus ojos y su rostro se paralizo.

Su mano se estaba desvaneciendo. El aire le sofocaba, se sentía asfixiado de pánico y cada parte de su cuerpo adormecerse. Cayó al suelo de rodillas al no sentir sus piernas. Taeyong y Doyoung se acercaron corriendo junto a él igual de aterrados. Las manos de Jisung se desvanecían cada vez más hasta llegar a sus hombros y este no sabía que hacer.

─ ¿Qué esta pasando-o? ─pregunto Jisung mirándolos con ojos llenos de terror, comenzó a sollozos de nuevo─. Voy a perde-erlos, voy a perder a todos. No es ju-usto...

─Lo sabemos Jisung, encontraremos una manera. El libro no tiene que ser...

─No la hay. ─interrumpió el menor mirándolos─. No quiero alejarte de ustedes, no puedo pensar que volveré a estar solo. Se irán y no regresaran.

─Es nuestra culpa, no pudimos protegerte...lo sentimos. ─se disculpó Taeyong con un dolor en su pecho. Sintiendo en el fondo que él también desaparecía pronto. A su lado, Doyoung ya se encontraba con los ojos llorosos.

─No es su culpa, este era mi destino después de todo. Lo fue antes y lo es ahora. ─trato de embozar una sonrisa ante las lágrimas─. Todos los días fueron especiales para mí gracias a ustedes.

─No digas eso...─susurro Doyoung con un hilo de voz.

─Ustedes dos son mi familia. Me dieron los mejores momentos que siempre atesorare. No tienen idea de lo feliz que me hicieron. Gracias...por haberme acompañado todo este tiempo.

En un rápido movimiento Jisung atrajo a los dos en un abrazo. Un último abrazo de tristeza y sollozos. Sintieron el calor de Jisung disminuir cada vez hasta que desapareció por completo.

Taeyong observo como de igual manera él y Doyoung se estaban desvaneciendo, como si el tiempo quisiera apresurar todo.

Pudo escuchar el sonido de la ambulancia desde afuera y agradeció de que al menos la familia de Mark no estarian preocupados de encontrar su cuerpo. Mientras que todas las personas involucradas con Jisung no recordarían nada de él y sus vidas cambiarían por completo.

El matrimonio de sus padres nunca sucedió, Johnny nunca conocio a Taeil y tiene un trabajo diferente, todos en la escuela olvidaron a Jisung y están devastados por la muerte de su mejor alumno, Mark. La madre de Mark llorando al momento en que se entero de la noticia y Taeil adentrando en una depresión alcohólica.

Doyoung le dio una última mirada a su acompañante de vida para después sonreírle con tristeza hasta  desvanecerse por completo para ser convertido en una niebla blanca y opaca que desapareció con el viento.

Taeyong siguió con su sollozo a medida que observaba como su cuerpo estaba yéndose. Pero algo vibrante bajando de arriba llamo su atención, era un diente de león en su última fase. Como si se tratase de una flor que se desprendia de un árbol y estuviera cayendo al suelo.

No comprendía de donde había llegado, el lugar estaba cerrado. Coloco su mano en frente y el diente de león se posó en ella. Todo su cuerpo estuvo cálido. Sintió vívidamente los últimos momentos del príncipe Jisung en su mente.

Antes de desvanecerse por completo soplo el diente de león y las semillas salieron volando, cumpliendo un ultimo deseo.

DandelionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora