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Año 1478 - Dinastía de Joseon

Reino Suh

La noche se hizo ver y todas las luces del palacio fueron apagadas en cuestión de segundos. El príncipe Jisung se hizo el dormido cuando su madre se asomó en su habitación.

El príncipe espero unos segundos a que los pasos de su madre a lo lejos cesarán para abrir los ojos. Acomodo su cama para que pareciera que alguien estaba durmiendo cuando fueran a vigilarlo.

Abrió la puerta y miro a ambos lados tratando de acostumbrar sus ojos a la oscuridad, observo a unos guardias cerca de su habitación protegiéndola y tuvo que pensar en otro plan.

Hoy nevaría y él necesitaba ver eso. Era su oportunidad, sus padres siempre le negaron verla pero esta vez los ignoraría.

Se aguantó hasta la respiración para hacer el mínimo ruido y comenzó a caminar hasta las escaleras del palacio que daba dirección a la habitación de Taeyong. Lo bueno fue que nadie se dio cuenta y en cuanto llego se adentró y lo encontró sentado en el suelo dándose masaje en sus brazos.

─Aún no duermes.

Taeyong se sobresaltó al escuchar ese susurro infantil detrás de él.

─ ¿Príncipe? ─pregunto Taeyong mirando.

La única iluminación que había era la luz de la luna adentrándose por la ventana, destacando el cuerpo de Taeyong.

El rostro del príncipe también fue iluminado cuando se acercó con una enorme emoción. Su sonrisa estaba grande y sus ojos se achicaron viéndose más tierno de lo usual.

Taeyong juro que el príncipe Jisung brillaba más que la luna cuando estaba feliz.

─Hoy va a nevar, veámosla juntos. ─susurro sentándose frente a él y lo tomo del brazo─. ¿Te duele?

─ ¿Nevar? ¿Para qué quieres ver eso?

─El guerrero Doyoung me conto que cuando llega la primera nevada al reino significa que tu primer amor se hará realidad y estarán juntos el resto de sus vidas. ¿No lo sabias?

Taeyong negó con la cabeza levemente. ¿Qué tantas historias inventaba ese guerrero?

─ ¿No sería adecuado verlo con alguien que ames de manera romántica?

─Supongo que si pero no tengo a nadie que me guste, pero tu me agradas y me gustaría verla contigo. Después de todo tu siempre has estado a mi lado.

─ ¿Si veo la primera nevada contigo significa que estaré contigo para siempre? ─pregunto Taeyong tratando de ocultar su emoción.

─Si, estarás conmigo para siempre.

─Eso es mucho...

─Tendrás que seguir cuidándome para siempre. ─respondió comenzando a darle un pequeño masaje─. Supe que hiciste mucho esfuerzo con las órdenes que te dieron, también te pidieron cargar las nuevas armaduras. Debes estar cansado.

─No, no lo estoy. ─mintió en susurro para no preocuparlo.

─Yo si lo estoy.

Taeyong mostró una expresión de tristeza mientras que Jisung seguía aliviando el dolor de su brazo. Tocandolo con delicadeza, como si cualquier movimiento brusco pudiera lastimarlo.

─ ¿Por qué dice eso, príncipe heredero?

─Me gustaría que me llamaras Jisung. Es cansado escuchar eso todo el día.

─No puedo hacer eso, no esta permitido.

─Pero me gustaría escucharlo de ti.

─No puedo, lo lamento. ─dijo Taeyong para después alejar lentamente su brazo─. No debería estar aquí y menos ayudándome, yo debería hacerlo. ¿Está herido? ¿Se lastimo?

El príncipe asintió, la preocupación de Taeyong aumento.

─ ¿Qué paso? ¿Qué se hizo? ¿Dónde?

Jisung apunto a su pecho, en donde se encontraba su corazón.

─Me duele el corazón.

─De-eberiamos ir a que lo revisen, usted no pue-...

─ ¿Sabes cómo puede curarse?

Taeyong no entendió a que se refería.

─Veamos la primera nevada juntos.

El mayor iba a negarse y hasta pedirle que regresara a dormir pero lo sorprendió totalmente cuando Jisung lo tomo de la mano con cuidado para sacarlo del palacio con sumo silencio y cuidado. Llegaron detrás del palacio, en donde estaba un pequeño lago con una buena vista del bosque.

Pero se encontraron a Doyoung sentando en el suelo con la vista fija en las estrellas.

─Usted. ─dijo Jisung de inmediato acercandose─. ¿Qué hace aquí? ¿También va a ver la primera nevada?

Doyoung lo miro y le dio una leve sonrisa. Fue una inesperada coincidencia.

─Buenas noches príncipe, hoy te ves adorable.

─Creí que ibas estar afuera. ─dijo Taeyong mirándolo.

─El rey me ordenó no hacer nada por el momento. Esta esperando a que ellos hagan el primer movimiento. 

─ ¿De qué están hablando? ─pregunto Jisung.

Taeyong miro al guerrero con advertencia, no tenia que decir eso enfrente de un menor y menos si se trataba del príncipe heredero.

─ ¿Tu padre no te lo dijo? ─pregunto el guerrero con simpleza, como si eso no le afectara─. ¿Por qué crees que regrese? ¿Por qué crees que están apresurando todos los preparativos para hacerte rey?

─Doyoung, para. ─intervino Tae pero solo fue ignorado.

─Tengo que admitir que esta vez me preocupa, cuando fui con mi ejército perdí a la mitad de ellos. Son fuertes, a este punto podría venir una catástrofe.

Jisung comenzó a sentirse aterrado y se quedó mirando hacia la nada sin saber que pensar. ¿Se venía una guerra?

─Serás rey de un reino caído.

─ ¡Doyoung no digas eso! ─le grito Taeyong totalmente molesto.

Los ojos de Jisung comenzaron a arderle por las lágrimas que deseaban salir y un nudo en su garganta lo asfixio. Él no quería terminar muerto.

─No es cierto lo que dice, solo esta mintiendo. ─dijo Taeyong mientras consolaba a Jisung.

Doyoung se sintió mal, dijo todo eso porque estaba enojado y frustrado. Pero al ver al príncipe comenzar a sollozar sintió culpa.

─Tiene razón, he mentido. Soy un mentiroso. ─le siguió Doyoung actuando infantil─. Aigo, no debí contarte ese cuento. Tonto Doyoung, tonto.

El príncipe los ignoro y comenzó a llorar en silencio con la mirada baja. Desde que supo que iba a convertirse en un rey sintió toda la enorme responsabilidad y tan solo imaginarse lo peor le aterraba.

Iba a escapar de vuelta a su habitación pero sintió frio en la punta de su nariz y después en su mejilla. Alzo la mirada y se dio cuenta que estaba comenzando a nevar.

La primera y última nevada había llegado al reino. 

DandelionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora