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─No fue nada grave, solamente un pequeño rasguño. ─comento la enfermera pasando un húmedo algodón para desinfectar su herida. Mark soltó un quejido al arderle, no pudo evitar morderse el labio del dolor─. No es necesario llamar a tus padres. Descansa todo el rato que necesites y después vuelves a clases.

Mark le agradeció y la enfermera se fue de ahí regalándoles una sonrisa. Jisung estaba al lado de la camilla de su amigo, sentado en una pequeña silla.

─Me siento mareado, como si me fuera a desmayar. ─dijo Mark mirando su rodilla lastimada. Tenía la pierna derecha pegada a su pecho para verse la rodilla más de cerca y verificar que no hubiera más sangre. Sostenía la pequeña bolita de algodón en su herida y se limpiaba de inmediato cuando veía cualquier mínima sangre que salía.

─Exagerado. ─susurro Jisung con una leve sonrisa en su rostro, de alguna manera le causo ternura ver a su amigo todo asustado por algo tan pequeño. Al parecer a Mark también le dio un poco de ánimo esa palabra porque trato de ocultar la sonrisa que exigía salir.

─Tal vez lo sea. ─acepto.

─No es para tanto...hasta cierto punto. ─admitió─. Cuando era más pequeño recuerdo ver algunos niños jugar brusco y se raspaban la rodilla. Después seguían como si nada y sus padres los regañaban porque se podían lastimar.

─Siempre quise ser ese tipo de niño. ─comenzó a contar recordando su mala infancia─. Salir con tus amigos a jugar toda la tarde, esperar a que tu madre te grite diciendo que la cena esta lista. De pequeño siempre soñé con eso, pero solo me quedaba en mi cuarto encerrado o en clases particulares.

─ ¿Tu madre...? ─pregunto Jisung sin saber sobre si seguir con la pregunta o si sería algo privado─. Hablas de ella como si no estuviera contigo...

─Mis padres están divorciados. ─confeso Mark bajando la mirada, dejo caer el mentón un poco más arriba de la rodilla para no lastimarse─. Mi madre me abandonó cuando tenía nueve. Ella quería llevarme con ella porque mi padre era muy sobreprotector y exigente. Al final mi mamá se dio por vencida en mí y se fue, un día desperté y ella ya no estaba.

─ ¿Le preguntaste a tu padre que sucedió?

─Lo hice, varias veces. Pero estaba cegado por su trabajo. ─Mark cerró los ojos con un gesto de dolor sincero y prosiguió. ─Después me uso, desde pequeño me manipulo para sobresalir y verme mejor que todos...hasta la fecha sigue siendo así. Me mando al extranjero cuando me lo ofrecieron, de alguna manera mejore estando lejos de mi padre. Todo es mejor cuando estoy lejos de mi él.

Mark no quiso contar más, aun no. No le gustaba recordar esos momentos que solo lo abrumaban.

─Y volviste. ─siguió Jisung la historia─. Y nos conocimos. No somos tan diferentes por lo que veo.

─ ¿Por qué?

─Mi padre también me obliga a sobresalir, la diferencia, es que a mí me cuesta y no lo logro tanto como tú. Siempre voy a envidiar a esos con tan buenas calificación, ver como reciben todo el reconocimiento...me gustaría sentir ese orgullo de mí mismo algún día.

─No lo hagas. Lo recibes pero no sientes nada. No sirve. ─le dijo por experiencia─. Tus padres lo disfrutan más que tú.

─Supongo que siempre es así.

─Jisung.

─ ¿Si?

─Lo estás haciendo bien. ─lo alentó Mark con una sonrisa sin mostrar dientes, una tranquila─. Nos tenemos el uno al otro, eso es suficiente.

Jisung también se contagio de esa sonrisa. Miro la pequeña mesita detrás de él y abrió el kit de primeros auxilios que uso la enfermera minutos atrás. Saco una bandita.

─Tú también lo estás haciendo bien. ─le respondió quitándole la bolita de algodón y colocando la bandita en la herida con total delicadeza.

Mark para divertirse tomo otra bandita y se la coloco en el brazo del menor. Jisung supo de que se trataba todo eso.

Todo otra bandita del kit y ahora se la coloco en su frente, Mark se rió en alto.

─Exagerado e infantil. ─bromeo Jisung dejando una última bandita en su muñeca derecha, donde se encontraba la herida grave de Mark.

(...)

Tomo asiento en una pequeña banca que daba vista al estacionamiento y espero que su padre llegara con paciencia. Dejo descansar su cabeza en la pared detrás suya y saco su celular.

Tenía una notificación de Jisung. Al parecer la envió cuando se fue de la escuela.

Jisung
Cuídate mucho, te veo mañana.

Déjame el desayuno, está en mí.

No es necesario, en verdad.

Jisung
Si lo es, si te duele muchisisisimo la rodilla entonces no vengas a la escuela.

Inventare una excusa si preguntan por ti, ponte calcetines mojados y tendrás un pequeño resfriado.

Así te desharás de tu padre y te creerá.

Mejor cómprame el desayuno para mañana.


Salió del chat y observo un mensaje de un número desconocido, entro al chat.

Desconocido ha enviado una imagen

Detente.

Mark le dio click al contacto y estaba a punto de bloquearlo pero de alguna manera su cuerpo no respondió. Se quedó mirando la fotografía, donde el "desconocido" envió una foto de un anillo. Un anillo con miles de recuerdos, tan solo verla le causaba escalofríos.

El sonido del claxon lo saco de su pequeño trance. Alzo la vista y encontró el auto de su padre. Apego su mochila y se subió apagando su celular con el temor que su padre viera el chat.

─ ¿Cómo estuvo tu día? ─pregunto su padre una vez que Mark se subió al asiento del copiloto y se colocaba el cinturón de seguridad.

─Bien, solo me lastime un poco.

─ ¿En dónde? ¿En tu cara? ─preguntó examinándolo, Mark se encogió en su asiento─. No puedes lastimarte, tu cuerpo no es tan fuerte. No puedes darte el lujo de enfermarte o lastimarte.

─ ¿Lujo? ─preguntó Mark en bajo─. ¿Es un lujo?

─Te detienes, te curas, pierdes valioso tiempo y otro tomo tu puesto.

Mark ignora sus palabras y en todo el viaje se dedico a mirar el recorrido por la ventana. Preguntándose si la vida de las personas que pasaban serian mejores o peores que la suya.

─El chico que fue contigo al parque de diversiones.

Mark volteo de inmediato.

─ ¿Qué hay con él...? ─pregunto inseguro.

─Invítalo al campamento escolar.

"¿Iba a ver uno?", pregunto notablemente confundido. Taeil abrió la guantera y le dejo una carpeta en sus piernas para seguir manejando con ambas manos en el volante. Mark la abrió, había dos hojas de permiso, una ya firmada por su padre y otra vacía, supuso que era para Jisung.

─Acabas de decirme que no tengo que perder tiempo. ─le recordó Mark sin entender.

─Lo sé pero...solo ve.

"Algo no está bien", pensó Mark al ver como se contradijo.

─ ¿Solo a Jisung?

─ ¿Es tu único amigo, no?

Mark no dijo nada. Solo se quedó mirando el folleto de la escuela sobre el campamento. Todo fue muy raro, algo estaba ocultando su padre. No le daría un gran descanso como ese, había algo más detrás.

─Tómalo como un regalo por ser el número uno en la escuela, me felicitaron cuando recién entraste. Hasta el director quedo asombrado por tus calificaciones.

─Lo tendré en mente.

DandelionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora