44

398 88 21
                                    

─Toma. ─Doyoung extendió la paleta que compro en la tienda cerca. Taeyong la acepto con felicidad─. ¿Cuánto más tenemos que esperar a que termine?

─No sé. ─respondió con la mirada enfocada en su paleta de melón.

─Sigo con ganas de volver a ese establo. ─dijo recordando ese bonito momento─. Aunque extraño a Hura.

─Ajá. ─respondió en voz baja.

─Llevamos esperándolo aquí afuera dos horas, ya debió terminar. ¿Para que le dieron esas clases en primer lugar? Nunca entenderé como las películas de adolescentes se ven tan felices pero en la vida real están todos estresados, a cualquier parte que voy los veo cansados. Pobre de Jisung, el idiota de su padre ni siquiera cambio en su segunda vida, sigue igual de maldito enojón.

─Sí. ─fue lo único que respondió Taeyong sin estar enfocado en la plática, tenía la vista perdida en el suelo y disfrutando su paleta. Doyoung soltó un suspiro exagerado para mirarlo.

─Ya, dime la verdad. ¿Por qué estas así desde esta mañana? ─pregunto harto─. Respondes muy cortante y seco, hasta ni querías levantarte esta mañana.

─Nada, estoy cansado.

─Te conozco como la palma de mi mano. ─se la mostró y si fuera otra situación le hubiera golpeado la cara con la palma y Tae le hubiera gritado molesto. Que eligiera ser ignorante enojaba a Doyoung─. Se que algo te pasa, háblalo ahora antes de que me enoje.

Ahí fue cuando Taeyong lo miro directo a los ojos, pensando en las palabras correctas para decirle ese "algo" que no lo dejaba en paz.

─Vi a Mark en la pelea, al príncipe Mark. ─confeso casi en susurro.

Doyoung se incorporó impactado por esa confesión y lo miro sin creérselo.

─ ¿Ya apareció...? ¿Ya estamos a la mitad? ─pregunto Doyoung temeroso─. No, aun no debe l...

─No tengo idea si Jisung lo conoce o algo. Pero no deben conocerse, por nada del mundo deben hacerlo.

─Si Mark aparece entonces...

─No. ─interrumpió Taeyong serio─. No, vamos a cambiar eso. ¿Has revisado el libro de Jisung?

─No serviría de nada mirar. ─le recordó─. Se actualiza al mismo tiempo que sus acciones, no puedo ver su futuro.

─Me refiero del primer libro.

Doyoung entendió a que se refería, había olvidado ese detalle. Se aclaro la garganta.

─No puedo hacerlo, esta prohibido leer los libros de las vidas pasadas de los humanos.

─Podríamos intentarlo, tendriamos mejor memoria de lo que paso en su primera vida. Ah, espera un segundo. El Dios del destino no nos lo permitirá. ─le recordó Taeyong volviendo con su paleta.

─Solo queda convencerlo, apuesto que se dejara si le damos manzanas.

─ ¿Y qué le diremos a Jisung? Tenemos que ir al inframundo.

─Voy solo. ─se ofreció Doyoung.

─ ¿Estás loco? Ese tipo de lugares son peligrosos, te encuentras criaturas extrañas. Deberías ir con protección y aunque vayas con eso es peligroso para un ángel.

─ ¿Entonces qué quieres? ¿Dejar que la historia se repita? ─pregunto─. Sabes que Jisung y Mark...tu sabes. El destino repite todo.

─Ya te dije que vamos a cambiar eso.

─Te creo. Pero tenemos que leer el primer libro para saber que paso realmente y hacer el cambio. ─lo dijo casi implorando.

─Jam...

─ ¡Mis dos ángeles! ─grito Jisung a lo lejos saliendo del lugar de estudio. Los dos se alejaron de inmediato con cara de asustados, sin darse cuenta de lo cerca que se encontraban, como si fueran descubiertos en un robo o haciendo algún romance. Con rapidez se acabaron las paletas para tirarlas a la basura.

El menor sonrió tan brillante al verlos y no dudo en correr hacia ellos para abrazarlos mientras daba saltitos.

─Los extrañe tanto, me siento tan cansado. ─susurro con puchero y sintiéndose tan agradable abrazandolos.

─ ¿Tan malo estuvo? ─pregunto Doyoung dejando su mano en su cabello para despeinarlo.

─Terrible, pero al menos entendí varias cosas. Hasta la profesora me felicitó.

─Que bien, me alegro por ti. ─hablo Taeyong con un tono más entusiasmado─. ¿Tienes frío?

El menor asintió y se alejó al ver como Taeyong se quitaba el largo abrigo que traía para dejarlo en sus hombros. Jisung los tomo a ambos de la mano y comenzaron a caminar directo a su casa.

─ ¿No te duele nada, verdad? ─preguntó Doyoung mirando la ceja herida de Jisung que apenas se estaba recuperando.

─Un poco el estómago y la cara pero pasará.

─Me alegro.

─Me hubieran comprado una paleta. ─quiso mientras movía las manos hacia delante y atrás como niño pequeño con sus padres.

─A la próxima. ─prometio Taeyong.

DandelionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora