𝕺𝖉𝖎𝖔 || 𝕿𝖔𝖒 𝕽𝖎𝖉𝖉𝖑𝖊

28

Regresaba del entrenamiento con mis compañeros de equipo y nos reíamos de un chiste que habían dicho los gemelos, pero al entrar en la sala común, me encontré a Tom con Madeleine. Disimulé lo mejor que pude mi disgusto al verlos juntos e iba a irme lo más pronto posible, pero mi prima se acercó, sonriente.

—Emily —me dijo—, hay una fiesta y deberías venir —luego señaló a Fred, George y Oliver—. Ustedes también deberían venir.

—¿Nosotros? —preguntó Oliver.

—Cuenta con ello —dijo Fred—, nos bañamos, nos cambiamos y nos vamos.

Los tres chicos desaparecieron en segundos de la sala común y mi prima me miró a la espera de una respuesta de mi parte.

—Bien —acepté—, pero tienes que esperar a que me ponga presentable.

Ella sonrió.

—No tardes.

Regresó a donde estaba sentada y yo me fui lo más rápido posible y evité verla junto a Tom. Me di una ducha y me vestí lo más rápido que pude. Me sequé el cabello con magia y elegí un vestido vinotinto sin mangas que me gustaba mucho. Cuando bajé a la sala común, Fred, George y Oliver ya estaban esperando junto a Madeleine y Tom. Todos juntos salimos y nos dirigimos a donde sería la fiesta, en la sala común de Slytherin.

Era la primera vez que entraba ahí, y al principio me pareció que todo estaba muy oscuro. Había personas de todas las casas, algunos bailaban, otros bebían y otros más charlaban en pequeños grupos. La música sonaba a alto volumen y lo primero que hice al entrar, fue tomar un vaso de whisky de fuego, eso me ayudaría a soportar ver a mi prima y a Tom fingiendo ser una pareja feliz. Vi a Cedric Diggory con sus amigos cerca de la chimenea y me pareció que tal vez no debería haber ido. Pero ya estaba ahí, así que al menos trataría de pasarla bien.

—¿Bailamos? —me preguntó Oliver, y terminó de un solo sorbo su bebida.

Asentí y lo tomé de la mano. En el centro de la sala, había varias parejas que bailaban, asi que buscamos un lugar entre ellos.

—¿Te pasa algo? —preguntó después de un rato de silencio.

—No soporto ver a mi prima con Riddle —le respondí, haciendo un gesto de desagrado.

—¿No has hablado con él sobre eso?

Negué con la cabeza.

—No, pero tengo que hacerlo.

Los busqué con la mirada, estaban sentados en uno de los sillones que estaban alrededor de la sala, pero no hablaban, y me di cuenta de que Tom parecía estar mirándome. Traté de ignorarlo, porque cuando estaba con mi prima, a penas y me hablaba, y en verdad odiaba que fuera una cosa cuando alguien nos veía, y otra completamente distinta cuando estábamos a solas. Bailé un par de canciones más con Oliver y luego nos fuimos a buscar algo de beber.

Estaba tomando un vaso de whisky de fuego, cuando Tom llegó a mi lado.

—Tengo que decirte algo —dijo.

Giré un poco para mirarlo y me sorprendió la cara de pocos amigos que tenía. Le indiqué con un gesto que esperara y me acerqué para hablarle a Oliver.

—Necesito que Madeleine no se dé cuenta de que estoy hablando con Riddle —le dije.

—No te preocupes por eso —me respondió.

Se fue hacia donde estaba ella y se la llevó a bailar en el lugar más apartado que pudo. Le agradecí con una sonrisa y miré a Tom, a la espera de que me dijera qué quería. Él me tomó del brazo y yo lo seguí hacia lo que me parecía que era la entrada de los dormitorios.