Sábado, el día más esperado por todos los adolescentes. Algunos optan por salir en reuniones, fiestas, etc. Otros simplemente eligen descansar de sus trabajos o del estudio y quedarse en casa.
No me invitaron a ningún lado, pero después de volver el miércoles me quedé en casa reposando. Ya tuve suficiente.
Hoy es uno de esos días atípicos del año en el que decido hacer un poco de actividad física y tomar aire fresco. No se me ocurre nada mejor así que me visto con ropa cómoda y lleno una botella de agua fresca. Soy interceptada por mi familia cuando hago el intento de agarrar mis llaves y abrir la puerta.
- ¿A dónde vas? - empieza mi padre.
-A dar una vuelta. Quizás vaya a andar en bici- digo tranquila.
-Pero si tú no sabes andar en bicicleta- acota mi mamá.
-Ya sé, pero quiero aprender.
-No, tú sola no vas a poder, te vas a lastimar. Espera hasta el mes que viene que no esté tan ocupado y te enseño yo- agrega mi padre.
-Precisamente, porque siempre estás ocupado lo quiero intentar yo sola. Bueno, no importa. Voy a hacer ejercicio entonces- contesto.
- ¿Ejercicio? Pero si tampoco haces ejercicio- dice esta vez mi mamá.
-Bueno, empiezo hoy- respondo ya harta- me voy, adiós.
Cruzo el umbral de la puerta y me detengo hasta la reja de casa. ¿A dónde iré? ¿A una plaza? Eso sería lo más conveniente; pero no conozco ninguna cerca. Consulto la aplicación de mapas en mi teléfono y descubro que hay una a medio kilómetro. Bien, caminar no me haría mal ahora mismo.
Cada vez que tengo la oportunidad utilizo los momentos en que estoy sola para reflexionar sobre lo que sea. Tengo una vida feliz, mi sueño es ser escritora y solo el destino me dirá si podré lograrlo. Sin darme cuenta, los libros y las historias en general siempre fueron gran parte de mi existencia. Nunca me molestó la lectura, me gustaba. Desde que puedo recordar me agradó imaginar mundos irreales en los que yo era una princesa guerrera, una estrella de pop, una supermodelo o un hada mágica. Ahora me resulta imposible leer cualquier libro sin analizarlo a fondo. Leí tanto que poco a poco empecé a preguntarme si yo sería capaz de plasmar escenarios y universos tan fantásticos como los que mi cabeza creaba a diario. Comencé con cosas pequeñas: cuentos infantiles, poesías y otras estupideces que jamás verán la luz. Un día, ya mayor y con las hormonas alborotadas de una adolescente me preguntaba constantemente por qué me era tan difícil tener un novio. Noté que me costaba mucho enamorarme y tenía expectativas muy altas. Creía que, si verdaderamente no sentía algo especial por la otra persona, no valía la pena, como si fuera una mentirosa. Sostenía en mis manos los sentimientos de alguien más y cargar con toda esa responsabilidad emocional que no sabía si realmente me correspondía, me hacía sentir culpable.
De allí nació la idea de escribir un diario, una guía, o lo que sea con todo lo que me pasaba respecto a eso. Me desnudé por completo, con la certeza de que era un desahogo, de que nadie además de mí mis escritos. Claramente no contaba con mi despiste. Jamás consideré la posibilidad de que mi cuaderno podría terminar en manos de otro sujeto. Menos en las de un idiota anónimo que se quería hacer el gracioso volviéndome loca para vivir nerviosa por el hecho de que supiera que alguien más lo tenía en su dominio. El tiene el poder de destruirme si así lo quisiera. Bueno, tampoco sé si tanto como "destruirme" pero no me gustaría ni un poco que el mundo entero se enterara lo que escribí ahí adentro.
Por más que pienso y pienso no logro averiguar qué es lo que obtiene mi "pretendiente secreto" a cambio. Hasta donde puedo buscar en mi memoria, no recuerdo deberle nada a nadie ni haberle hecho ninguna maldad a alguien en específico. Excepto mi hermana; rompí su rizador de pestañas hace unas semanas, pero ella solo me gritaría un poco y me obligaría comprarle otro, es demasiado vaga para planear una venganza tan rebuscada. Jamás haría que un grupo de chicos interrumpiera mi almuerzo-sin comida para cantarme una canción romántica. No tengo ni idea de qué hacer y eso me pone ansiosa.
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Guía para enamorar a Eider (GUÍA PARA AMAR #1)
Roman d'amourEider solo quería desahogar su frustración y El solo quería amarla. Un diario robado es lo que los conecta y para ambos puede significar un futuro magnífico... O la perdición. Ella trata de descubrir quién es el ladrón y él solo busca la manera de e...