XVI

75 38 1
                                    

-Fue muy emocionante porque nadie se lo esperaba- le cuento- y salió bastante bien, logramos recaudar los fondos suficientes. Los chicos estaban muy contentos.

-Lo que hubiera dado por haber estado ahí- responde Vitto del otro lado de la pantalla de mi teléfono- Sam dice que cantas muy bien.

-Con que Sam te dijo...-comento- ¿no se supone que ustedes deberían odiarse? Ya sabes, ambos son los capitanes del equipo enemigo y eso. Parecen bastante amigos por lo que veo.

-Qué anticuada eres Eider, eso es solo dentro de la cancha. Fuera de ella nos llevamos bastante bien de hecho.

-Quién lo diría, el mundo es un pañuelo.

-Así es. Por cierto, mañana es su cumpleaños. Lo sabías, ¿no?

- ¿Mañana sábado catorce? - pregunto insegura- sí, por supuesto que lo sabía.

-Eres muy mala mintiendo.

-Ya lo sé- contesto de mala gana- en unos minutos entro a clase, hablamos más tarde.

-Está bien, ten un buen día.

-Tú también, te quiero- respondo y cuelgo la llamada.

Guardo el aparato en el bolsillo de mi pantalón y cuando levanto la mirada, diviso una cabellera castaña oscura a la distancia. Me acerco a Elvis antes de que se vaya.

Había pasado una semana entera desde nuestro...momento. No voy a mentir y decir que no fue incomodo porque sí lo fue, pero ahora mismo me conviene olvidar y hacer de cuenta que nada pasó.

Él estaba sacando algunas cosas de su casillero como libros, papeles, una llave, lápices etc.

-Hey, te estaba buscando- digo un poco rara.

-Ah, hola. ¿Qué pasa?

-Vitto me contó que mañana es el cumpleaños de Sam y pensaba organizar algo pequeño para celebrarlo, ¿quieres participar?

-Claro-accede rápidamente- Espera, ¿Vitto no es el que te besó? - pregunta con desconfianza.

Suelto un bufido.

-Ya tuvimos esta conversación, él es gay, no le intereso en esa forma. Confía en mí por favor.

-Ya lo veremos, si quieres dile que pueden venir a casa esta tarde para planear bien todo.

- ¿En serio? - pregunto emocionada- ¡gracias! Nos vemos después, llego tarde- digo y me despido con un beso en la mejilla.

...

Vitto se ofrece a llevarme a la casa de Elvis y yo acepto gustosa pues realmente no tenía ganas de caminar. El viaje es solo de diez minutos, pero transcurre aún más rápido entre risas y canciones.

Bajamos del coche y caminamos juntos hacia la puerta dándonos pequeños empujones. Toco el timbre y un Elvis con no tan buena cara me recibe.

-Te van a salir arrugas de tanto fruncir el ceño señor amargado- comento bromeando- Los presento oficialmente, ya que antes no pudimos- digo refiriéndome a sucesos... pasados- Vitto, él es Elvis Scott; Elvis, él es Vittorio Bianchi.

Vitto, con su personalidad luminosa le sonríe y le extiende la mano para saludarlo. Elvis me mira y cuando le advierto con los ojos que sea educado le devuelve el saludo secamente.

-Pasen, allí está la sala.

Entramos y nos sentamos en los cómodos sillones blancos de su living, exactamente los mismos de la otra vez.

- ¿Quieren un café? O sino algo más para tomar, lo que quieran.

-Un café está bien- contesto.

Guía para enamorar a Eider (GUÍA PARA AMAR #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora