22.|𝐴𝑛𝑔𝑒𝑟 𝑃𝑎𝑖𝑛|

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Apenas comenzó a despertarse, miró el calendario en su mesa de luz. Ya era el día. Se liberó de las sábanas y apretó duertemente el botón que llamase a la enfermera hasta que ésta apareció. Emi irradiaba felicidad. Por fin este proceso de encierro terminó. Le informaron que dentro de unos minutos le darían el desayuno junto a sus pertenencias y ropa para que se cambiase. Insistiendo en no ser necesaria la comida, solo consiguió que la amenazaran con retrasar la "liberación". Obediente, después de lavarse los dientes antes de sentarse a comer (una costumbre rara que tenía) deboró a bocados grandes lo que había en el plato. Eran las once y media. Tenía todo un día por delante para tratar de... remediar las cosas con quienes debía. Ensayó sus disculpas varias veces en esos dos días de terapia. También se preparó psicológicamente para la cantidad de reclamos por parte de las personas más importantes en su vida diaría, que estaban justificadas.
Le entregaron el protocolo (que debía seguir al pie de la letra durante estas semanas) acompañado de los papeles que informaban cuando la revisaría un médico domiciliario. Cualquier signo anormal podría ser indicio de necesitar otra desintoxicación. Comer bien, no exponerse a mucho estrés, bajo ninguna cicunstancia consumir comprimidos, no presentar heridas de gravedad (su cuerpo aún debía nivelar la presión) y sobre todo descansar bien. A toda prisa agarró las bolsas con su ropa. Se dió cuenta de que en una de las tres se encontraban prendas nuevas y de calidad. Prefirió no hacerse drama y cambiarse. Su pantalón cargo la hacía sentirse más ligera. El resto de las prendas eran sueltas y de gama oscura. Hoy sobre todo quería estar cómoda y dejar el regalo glamuroso para otra ocasión quizás. Dándole sus pertenencias la enfermera le comentó que no avisaron a nadie sobre el horario de su salida, cosa que no supo como tomársela. Caería de sorpresa a su casa supuso. El hospital estaba un poco alejado de su casa, pero eso estaba muy lejos de ser un problema, ella amaba caminar. Mientras dejaba que el viento le regale frescura a su cara y escuchaba su música preferida, revisó algunos mensajes y llamadas de su trabajo. Al parecer su superior estaba muy preocupado y dijo que en cuanto pueda lo llamase, ¿que mejor momento ya estando lúcida y liberada?

[LLAMADA]

{¿Emilse?} Kim Jong Woon, mejor conocido como "Yesung" entre sus colegas.

{Buenas tardes señor Kim.} Emi.

{¿Como se siente? ¿Necesita algo? ¿Pudo pagar los gastos del hospital? No tengo problema en ayudarla.} Yesung.

{No se preocupe, recién salgo del hospital, veré si puedo pasar por el trabajo en unos días.} Emi.

{Señorita, su informe médico dice que no debe exponerse a ningún tipo de estrés. Entiendo que es muy dedicada a su profesión y realmente valoramos tenerla entre nuestro equipo, pero debe cuidarse. Le ordeno como su superior que descanse.} Yesung.

{Pero Antonio...} Emi. (A veces ella lo llamaba así de cariño, desde que se enteró de que ese era su nombre bautismal)

{No puedo permitirme exponerla a un peligro. Por favor cuídese, hablo en serio. La brigada le tiene mucho aprecio como para que su situación empeore.} Yesung.

{Entiendo, gracias por la atención. En sus mensajes dijo que teníamos noticias.} Emi.

{Ah, si. Resulta que para unos nuevos casos por la localidad, un equipo de investigadores y forenses se ofrecieron a acompañarnos en este período indefinido de cambios. Vas a tener un nuevo compañero, JiU tu anterior colega ahora va a trabajar con otra persona.} Yesung.

{¿Luego me manda los datos de mi nuevo compañero por mail?} Emi.

{Por supuesto. Se llama Choi San.} Yesung.

<<¿De qué me suena ese nombre?>>

{Entendido.} Emi.

{Tu médico a domicilio me informará cuando considere que estas apta para volver. Hasta entonces, nos veremos. Saludos, querida.} Yesung.

𝐷𝑒𝑠𝑡𝑖𝑛𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora