𝐷𝑒𝑠𝑡𝑖𝑛𝑜

19.|𝑆𝑎𝑛𝑖𝑡𝑦|

Los dedos de Sebastian le daban las indicaciones a la guitarra para expresar el sonido correcto. La voz de la pelirroja se acoplaba a la improvisación del hermano de Leith. Hasta ahora el trabajo para una nueva canción era un tema bastante extenso, pero más rápido de lo que se esperaría en un amateur. Apuntó mentalmente todos los consejos que la mayoría de artistas en la empresa le planteaban, mas que nada los de Palaye Royale por obvios motivos, la cercanía que con el pasar de los días se volvía más fuerte. La banda casi siempre la invitaba a ensayar con ellos mientras almorzaban o componían. Su nuevo lugar seguro, que le brindaba la mejor de las armonías.
Se olvidó de casi todos los demás que involucraban su malestar, o bueno, ese ambiente melancólico y gris de hace unos días atrás. Jungkook no le habló directamente, Hoseok a través de Emi le comunicó que tuvo un "accidente". Estaba bien, no había molestia ni rencor por lo de ese jueves, pero el interés absoluto se perdió. Era como si su propio mundo se estuviese creando, lejos de casi todo lo que había a su alrededor unos meses antes. Extraño pero pacífico.

Me mantiene en silencio

(Me mantiene en silencio)

¿Qué me pasa?

Mitad de canción escrita, una adrenalina se acumulaba en lo más profundo de su pecho nacía. Quien sabría como saldría este proyecto, pero teniendo en cuenta al porrista Leith, no importaba el resultado, estaría feliz. Sonaba extraño, pero el vínculo que compartía con Remmington no se asemejaba a nada anterior experimentado con otra persona. Un hermano menor de actitud pero mayor en edad, risueño, comprensivo, creativo, tranquilo (cuando quería) y sobre todo ¡enérgico! Un universo diferente, pero muy acogedor.

Suspirando cruzó la puerta giratoria con paso dudoso. La elegancia no le sacaba lo tétrico al lugar. Habiendo dado el proceso por terminado hace no mucho, volver al juzgado era algo molesto pero aparentemente necesario. Subió las escaleras de caracol blancas de piedra pulida hasta dar con el segundo piso. Su abogado la esperaba sentado a un costado de la puerta principal color dorado con las iniciales de la compañía escritas prolijamente. En la segunda banca más apartada, se topó con el rostro del que aún en lo mas profundo de su corazón amaba, Chang Hyun. ¿Por qué dolía tanto todavía? ¿Por qué no puede odiarlo? El hombre estaba acompañado de su propio defensor, los últimos retoques del divorcio implicaban tener ambas partes justas.
Cuando les tocó a los cuatro pasar, tuvo que mantener el rostro quieto para no mostrarse afectada. Un simple trámite más. Un detalle más.
No quería, pero terminó dirigiéndole miradas de reojo al que ahora era su exesposo. Vestido con un traje negro, aparentemente nuevo y con detalles lujosos en los bolsillos. Recordó como si hubiera sido víctima de un balde de agua fría una de sus primeras citas. Lo nervioso que él estaba en aquel entonces, lo mucho que se amaban y con locura soñaban con formar una familia. Ojalá esa lágrima silenciosa no haya sido captada por la jueza. Firmó otra pila de papeles que reseteaban sus palabras y votos en aquel día tan feliz. "Hasta que la muerte los separe".

--Oficialmente listo, pueden retirarse.--guardando las copias en carpetas numeradas, la jueza dio por terminado el asunto.

Salieron con un aura exhausta, seguramente una larga hora se perdió en aquel cuarto infernal.
Lo miró, él también lo hizo. Sus abogados estaban acordando los últimos detalles sobre este acuerdo. La expareja no cruzó palabras, era como si estuvieran por irse a planetas distintos. Una despedida.

--Cuídate, Aldana.-- soltó esa voz grave perteneciente al que alguna vez le dijo "Acepto" .

--Chang Hyun...-- quiso tomar su mano, en lo mas profundo de su ser, esto no debería estar pasando. Era mentira, ella nunca dejó de amarlo. El joven al darse cuenta de la cercanía de Aldu, retrocedió.