La mañana de un lunes otoñal le dió la bienvenida a Eli, quien estaba lista para inciar su partida.
Solo un par de mensajes hicieron falta para acordar encontrarse y disfrutar del día y... la noche lo más posible.
Un pantalón engomado negro, el brallete que le habían regalado color azúl oscuro con una remera negra medio transparente por debajo para evitar el frío, las botas altas que tanto le gustaban y su campera de jean gris favorita. Estaba lista para el encuentro.Su ropa dió la impresión que buscaba, Taehyung se la comía con la mirada. Al estar en un lugar público, tampoco podía ser tan obvio, pero era evidente la frustración de no poder disfrutar la vista en ese mismo instante.
--Buenas tardes, señorita.-- saludó Tae con una pequeña reverencia y besando la mano de su acompañante.
--Demasiada formalidad, aunque con tanta dulzura me dan ganas de deborarte.-- comentó por lo bajo Eliana guiñando un ojo.
Una charla banal acompañó a los cafés y tostadas servidos en la mesa como merienda. Aproximadamente se trataban de las 6 y media de la tarde. Aunque al principio estaban que casi se lanzaban en uno contra el otro, supieron sobrellevar algo casual.
Pasada una hora y pico, los dos jóvenes decidieron pasar el resto de la velada en un lugar más "tranquilo". Y para conveniencia, la casa de Taehyung se encontraba a pocas calles de distancia.
Apenas pudieron abrir la puerta, pues con cruzar el portón comenzó la oleada de calor entre ambos, dando incio a besos apasionados y posesivos. La pelirroja se había subido a la cintura de su amante para agregarle más potencia al beso. La falta de aire era una tortura por el simple hecho de tener que separarse por un segundo.
Ambos hervían, llegaron chocando con casi todo a la cama por fin, y de modo posesivo Tae agarró a Eli de la cintura y la recostó en las sábanas rojas que cubrían el cómodo colchón. Y sin perder tiempo, ambos comenzaron a retirar prendas innecesarias para ese momento.
Eliana quería el poder, por lo que se paró, hizo sentar a su compañero y le hizo un pequeño show de baile personal. Las caderas de la chica se movían de un costado a otro, eran seguidas por la mirada de aquel muchacho que comenzaba a tener un problema muy grande entre sus pantalones aún puestos (solo se había sacado la camisa, dejando ver un torso de dios griego).Eliana amaba tener el poder, saber que eso estaba pasando por ella, le subía el ego hasta las estrellas. Las caderas pasaron a dar giros lentos, mientras sus manos se posaban en su escote, por su cintura y por todo su cuerpo, remarcando cada extremidad hermosa que portaba.
Pasando a otro acto, se sentó sobre la "situación" que tenía Taehyung y optó por moverse, rozando profundamente ambas intimidades por encima de la ropa. Al principio Tae se limitó a jugar con los pechos de su compañera, pero al quinto movimiento de Eli ya no aguantó y la volvió a recostar.--Estas en problemas cariño, calentaste el infierno, recibirás tu castigo.-- terminada esta frase con una voz ronca y sensual, Taehyung procedió a retirar cada una de las prendas de Eli, a su vez que comenzaba a introducir un par de dedos en el sexo de ella por debajo de la ropa interior. Los movía en círculos, los introducía y volvía a sacar, ahora entraron 3... después 4... y casi podría decirse que la mano de Tae estaba dentro de la pelirroja.
Eli por su lado, no retenía los cánticos pasionales que le generaba su amante peliazulado. Sin embargo no se quedó atrás y con una de sus manos acariciaba el paquete de Taehyung por encima del bóxer, pues el pantalón logró sacárselo aunque con ayuda de la mano libre de su compañero. El amiguito de Tae estaba como piedra.
Los labios del jóven fueron a parar al escote de la pelirroja, dejando una marca justo en el centro, un pequeño "recuerdo". Aunque siendo sinceros, no habría forma de olvidarlo.Lo siguiente fue retirar las últimas prendas de ambos, quedando expuestos y llenos de pasión en las venas.
Taehyung luego de ponerse la protección, se introdujo fuertemente en Eli. La habitación se llenaba de los sonidos característicos de un acto erótico.
Al principio el ritmo fue lento pero profundo, cosa que aprovechó Tae para dirigir su boca a los senos de Eliana y casi deborárselos enteros. Su compañera lo agarraba del pelo mientras solo podía cerrar los ojos debido al conjunto de emociones que sentía fluir en su cuerpo.
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𝐷𝑒𝑠𝑡𝑖𝑛𝑜
De TodoA veces las simples casualidades de la vida, son lo que nos cambian para siempre.